La discriminación no conoce de fronteras ni tampoco discrimina -aunque parezca un contrasentido- entre el primer y los otros mundos. Bajo el lema «Besarse hasta que venga el dueño» se llevó a cabo en Berlín una manifestación por el derecho de las parejas del mismo sexo a manifestar de ese modo su amor, después de que recientemente se diera un incidente con dos mujeres lesbianas en un local público.
Por nuestro país sigue en marcha la campaña «un beso es un beso» que pretende tirar abajo los prejuicios sobre manifestaciones amorosas de personas del mismo sexo.
Según la policía berlinesa, unas 1.000 personas participaron en la manifestación, donde unas 50 parejas del mismo sexo se besaron apasionadamente ante una heladería y cafetería cuyo dueño echó del local hace unos días a dos mujeres que se dieron un beso.
Los manifestantes exigieron más tolerancia hacia las parejas del mismo sexo y pidieron que se boicotee la heladería. Tras una hora de besos, el dueño del comercio bajó la cortina, acto que fue acompañado por un sostenido aplauso de los manifestantes.
«Después de que las dos chicas se besaran durante 20 minutos les pedí que se fueran por respeto a los otros clientes», se justificó a DPA el dueño del local, quien aseguró que no tiene nada contra lesbianas o gays.
La de este sábado 9 fue la primera edición de la manifestación «el beso como acción afirmativa» («Knutschen als Statement»), una iniciativa del proyecto anti-violencia de Berlín que se repetirá en la capital germana el 17 de mayo.
Para esa fecha el proyecto planea una manifestación mucho más numerosa, a la que bajo el lema «protege cada beso» convocó a «todos los homo, hetero, bi o transexuales» a manifestar con besos demostrativos frente al monumento a los homosexuales asesinados por el nazismo una señal clara a favor de la tolerancia.