El 13 de noviembre de 2009, cuatro personas vinculadas al Grupo Guayubira nos desplazamos a pueblo Grecco, en el departamento de Río Negro. La recorrida comenzó por la ruta 24, a partir de su entronque con la ruta 3. Durante la primera parte del trayecto, el paisaje estuvo dominado por extensos cultivos de trigo y cebada, acompañado de áreas de pradera destinadas a la ganadería de carne. Varios kilómetros antes de llegar al Pueblo Grecco, el paisaje cambió abruptamente, apareciendo grandes masas de eucaliptos a ambos lados del camino. El camino de entrada al pueblo también estaba flanqueado por extensas plantaciones de eucaliptos. De acuerdo con la gente

local, las plantaciones pertenecen a dos empresas: Forestal Oriental (Botnia) y Eufores (Ence).

Este pueblo se encuentra totalmente rodeado por grandes plantaciones, ver imagen en

http://www.guayubira.org.uy/plantaciones/recorridoGrecco2009.pdf

Dicha situación genera un peligro permanente para los algo más de 700 habitantes del pueblo (726 censados en el 2004). Si bien se nos informó que existen torres de control contra incendios, solo podemos decir que no estaban a la vista. De acuerdo con gente local, no existen reservorios donde extraer suficiente agua para el caso de que llegara a estallar algún incendio de proporciones.

Lo que trajo la forestación

Según se nos informó, Grecco tuvo un momento de cierto auge al momento de establecerse las plantaciones, pero una vez instaladas, el movimiento se acabó y se volvió a una situación similar a la anterior. En materia de empleos para la gente local, solo parecen estar trabajando (para contratistas) unas 20-30 mujeres aplicando

herbicidas y hormiguicidas. Otros trabajos son realizados por alguna gente proveniente de otras zonas del país y, a diferencia de lo que ocurrió al iniciarse el proceso plantador, no habitan en el pueblo sino en cascos de estancias compradas por las empresas forestales.

Ello tiene ventajas, ya que en el pasado hubo episodios de cierta violencia cuando los trabajadores externos vivían en el pueblo, pero como contrapartida presenta la desventaja de que no generan ingresos en el pueblo.

El trabajo de las mujeres

Sobre el trabajo femenino, existen en el pueblo dos visiones. Para algunos, esto es algo positivo, ya que al tener una oportunidad de empleo e ingresos, las mujeres obtienen una mayor independencia de los hombres. Al parecer, la forestación sería casi la única posibilidad de trabajo fuera del hogar. Sin dejar de reconocer eso, otros ponen el

énfasis en las malas condiciones de trabajo, que incluyen una paga muy exigua, un trabajo muy pesado y con altas exigencias de rendimiento y el peligro para la salud que implica el estar permanentemente esparciendo agrotóxicos.

En cuanto a la paga, se destaca que el jornal diario no es malo, pero que el tipo de trabajo requiere determinadas condiciones climáticas (sin lluvia, sin viento) que hacen que muchos días no se trabaje y por tanto no se cobre. A fin de mes, los ingresos son por tanto siempre escasos.

En cuanto al trabajo en si, éste implica caminar largas distancias cargando sobre la espalda una mochila inicialmente cargada con 15 litros de productos químicos, que se va “alivianando” a medida que la trabajadora va esparciendo el herbicida. Una vez que la mochila se vacía, la trabajadora debe trasladarse para recargarla y volver con la mochila cargada al sitio donde estaba haciendo la pulverización. La máquina pulverizadora funciona a mano, o sea, que la presión necesaria para que el líquido salga en forma de lluvia requiere del constante accionar de la palanca que produce la presión

en el tanque. La forma de pago es a destajo. Es decir, cada una debe cubrir determinada área durante las 8 horas de trabajo.

Quizá el hecho más preocupante del trabajo que realizan las mujeres es el que estén permanentemente expuestas a agrotóxicos. Por lo que se nos informó en el pueblo, algunas empresas forestales son más exigentes que otras en cuanto al cumplimiento de las normas de seguridad por parte de los contratistas, que son quienes están a cargo de la tarea. Sin embargo, más allá de que usen o no equipo protector, es prácticamente imposible que una persona que manipula permanentemente tales productos no esté expuesta a riesgos a su salud. En cuanto a los productos utilizados, se nos informó que en materia de herbicidas se utiliza una mezcla de glifosato, sulfamonia y BB5 (éste último un coadyuvante). En cuanto a hormiguicidas, se utilizan tanto granulados (Lampo a base de fipronil) como otros que se aplican en forma líquida: Sofión y Fluramin (éste último en base a sulfluramida).

Un problema adicional es que si bien la jornada de trabajo es de 8 horas, en general el trabajo se realiza a distancias bastante grandes del pueblo, por lo que es común que las mujeres salgan muy temprano en las mañanas y vuelvan a casa al caer la noche. En consecuencia, normalmente están muchas horas fuera del hogar, lo que en algunos

casos hace necesario que le deban pagar a alguien por el cuidado de sus niños.

De la ganadería tradicional a la ganadería forestal

Antes de la llegada de la forestación, la gente trabajaba en las estancias de los alrededores, dedicadas a la cría de ganado. Según se nos informó, si bien en teoría la paga en la ganadería era menor que en la forestación (en términos de jornal diario), en realidad era mejor en términos de ingresos totales. Ello se explica, en primer lugar, porque en las estancias se cobraba por mes, independientemente de que se trabajara todos los días o no. En cambio, en la forestación la paga no es mensual sino que se cobra por jornal efectivamente trabajado. El problema radica en que muchos son los

días en los que no se puede trabajar (en particular por lluvia, campo demasiado mojado o viento). En segundo lugar, porque en las estancias se proporcionaba comida a los trabajadores y en muchos casos se les permitía sembrar algo o tener algún animal con los que obtener ingresos o recursos adicionales.

Hoy las estancias ya no existen y son muy pocos quienes se pueden dedicar a la ganadería. Visitamos a uno de los últimos ganaderos de la zona (propietario de unas 400 hectáreas), quien permanece en su campo –por vocación- a pesar de que ha recibido ofertas tanto de empresas forestales como sojeras para comprar o arrendar su campo.

La única forma posible para que pueda ampliar su producción ganadera es el pago de un arriendo de pastoreo en campos forestados, porque no hay más campos disponibles. Según nos informó, el arriendo que paga no es caro y si bien los campos no dan para engordar novillos, sirven para la cría de animales.

Debajo de las plantaciones no crece prácticamente nada, por lo que las áreas que se arriendan para pastoreo son solo las no plantadas.

Esto se puede observar en fotos tomadas en la entrada de Pueblo Grecco, sobre Ruta 24, ver http://www.guayubira.org.uy/plantaciones/recorridoGrecco2009.pdf

Preguntado acerca de plagas de zorros y jabalíes y sus impactos sobre la ganadería ovina, el ganadero respondió que la principal plaga era los “animales de dos patas”. Dado que su campo se encuentra muy cercano a pueblo Grecco, eso estaría indicando niveles de pobreza, desempleo y marginalidad en el pueblo.

En materia del reciente arribo a la zona de murciélagos (vampiros), el mismo productor se mostró muy preocupado por el posible contagio de enfermedades (rabia) que podían traer y dijo que “ahora hay mucho murciélago porque encuentran refugio entre las plantaciones” e informó que ya se constataron casos de rabia en Paso de los Toros.

Unas palabras sobre suelos

En general se dice y se cree que la forestación ocupa suelos que “no sirven para nada”. Al igual que en muchos otros casos, en Grecco se comprueba que ello no es así. Se nos comentó que en esta zona los índices CONEAT varían enormemente en cortas distancias y que los suelos forestados son buenos suelos agrícolas. Una persona afirmó que “la forestación le ganó de mano a la soja”. Cuando se le pidió que explicara esa afirmación, dijo que si la forestación no hubiera empezado antes del boom sojero, hoy todos estos campos estarían cubiertos de soja, precisamente porque se trata de buenos suelos agrícolas.

Conclusión

A simple vista, no hay nada en el pueblo que muestre que la forestación haya traído desarrollo. Se trata de un pueblo como tantos otros del interior, con muy poco movimiento comercial y donde lo más visible son los organismos públicos (OSE, UTE, Escuela, Comisaría). Solo vimos un almacén de ramos generales y para almorzar solo hallamos un pequeño comercio (fundamentalmente una panadería que además brinda otros servicios) donde nos fue posible comprar algo para comer. Lo único que la forestación puede mostrar es la generación de unos pocos, mal pagos y peligrosos empleos para algunas mujeres.

Grupo Guayubira

http://www.guayubira.org.uy