El ex dictador uruguayo Juan María Bordaberry Arocena murió este domingo 17 de julio sobre las 5 de la mañana a los 83 años de edad. Sus restos fueron velados en la tarde de este domingo en su casa y el entierro se produjo en el Parque Martinelli.

Su muerte se produjo por problemas respiratorios-pulmonares, que padecía desde hacía años, informó radio MonteCarlo.

Sin honores de Estado y sin la presencia de grandes figuras de la política salvo su hijo, Pedro Bordaberry, senador y líder del Partido Colorado, unos 300 familiares y amigos del fallecido lo acompañaron hasta el cementerio, al que no se permitió la entrada de la prensa, mientras que una veintena de militantes en favor de los derechos humanos coreaban desde la carretera de acceso gritos en su contra. En la entrada al cementerio había cuatro móviles de Policía Caminera.

La historia del ex presidente de facto

También estanciero, Bordaberry fue presidente constitucional entre 1972 y 1973 y de facto entre 1973 y 1976.

Desde noviembre de 2006 Bordaberry cumplía una pena de penitenciería, tras ser sometido a procesos por diversos delitos de lesa humanidad, como desaparición forzada de personas bajo su período dictatorial, crímenes de homicidio político y atentado contra la Constitución en reiteración real. En un principio cumplió su detención en dependencias carcelarias uruguayas, pero desde enero de 2007, a causa de su estado de salud, permanecía bajo arresto domiciliario.

Bordaberry nació en junio de 1928 en una familia de origen colorado y antibatllista. Presidió desde muy joven la Liga Federal de Acción Ruralista, y fue senador entre 1963 y 1965 cuando la Liga se alió con el Partido Nacional.

Empresario rural, fue ministro de Ganadería y Agricultura entre 1969 y 1971. En 1971 fue electo presidente de la República por el Partido Colorado, ya que su mentor, Jorge Pacheco Areco, no obtuvo votos suficientes para una reforma constitucional que permitiera su reelección.

En febrero de 1973 resistió una sublevación militar, pero luego -escaso de apoyo político- transó con éstos en el acuerdo de Boiso Lanza. En junio acompañó el Golpe de Estado y permaneció en la Presidencia.

Decididamente antiliberal, en 1975 propuso a los militares crear un nuevo sistema constitucional de inspiración corporativa, en el que las Fuerzas Armadas ejercerían una fuerte centralidad, desplazando a los partidos políticos que, a su entender, habían caducado. Tras un fuerte debate dentro del régimen, los militares (que no quisieron «asumir la responsabilidad histórica» de eliminar los partidos, el sistema democrático y el voto popular) lo removieron en junio de 1976.

(En base a la Gran Enciclopedia del Uruguay, publicada por El Observador).

Fuente: Observa. www.observa.com.uy