No sabemos cuando empezó ni quien fue, pero de un día para el otro, de repente, escuchamos hablar de «la cuenca del Casavalle» y sus problemas.

No soy especialista en recursos hídricos, ni mucho menos geógrafo, pero trataré de exponer lo mejor posible algunos conceptos investigados que me hacen poder afirmar que está mal hablar de la cuenca del Casavalle.

Para empezar, no existe tal cosa como el «arroyo Casavalle», lo que existe es la cañada Casavalle, la cual forma parte de los afluentes del arroyo Miguelete, como también lo es la cañada de la calle Matilde Pacheco, la cual proponemos que se llame Cañada Iyuí (de las ranas, en Guaraní).

No es coherente hablar de la «cuenca del Casavalle», por lo tanto no se debe seguir repitiendo este error. Ni siquiera podríamos hablar de la cuenca del arroyo Miguelete, en todo caso podríamos hablar de una sub-cuenca del arroyo Miguelete, pero nunca cuenca. ¿Por qué es una subcuenca? Porque forma parte de la Cuenca del Plata, en su vertiente austral y más específicamente en su vertiente platense.

Agrego que esto no es una ocurrencia personal, sino que institutos como el ECOPLATA*  hablan de la subcuenca del Miguelete, subcuenca del Pantanoso, etc…

Pensemos en las características de la cuenca. Toda cuenca tiene un río principal. Si alguna vez pasó por la cañada Casavalle, verá que la misma está seca la gran parte del año y más bien funciona como un desagüe de aguas pluviales que como otra cosa. Según datos históricos, es probable que ese lugar fuera una de las ZANJAS REYUNAS, construida a partir de un pequeño hilo de agua, de los tantos que existen en la zona.

Cuando uno ve un mapa hidrográfico de Montevideo, en muchos ni siquiera figura la cañada Casavalle, mucho menos sus hipotéticos afluentes los cuales juntos conformarían la tan mentada «Cuenca del Casavalle».

Si flexibilizamos nuestro criterio, en lugar de hablar de subcuenca del Miguelete, podemos hablar de Cuenca del Miguelete, pero siendo amplios en materia conceptual.

Toda cuenca también tiene un relieve propio. No existe ningún relieve de una supuesta cuenca «del Casavalle». Lo que si existe es un relieve de la subcuenca en sentido estricto, o de la cuenca en sentido amplio del arroyo Miguelete que en lo que respecta a la zona de Casavalle, está conformada al oeste por la Cuchilla del Miguelete, al Norte por la Cuchilla de Pereira y al este por la Cuchilla de Legris, todas emplazadas en la Penillanura Cristalina.

Toda cuenca además tiene afluentes, subafluentes y tributarios menores…¿cuales son los afluentes «del Casavalle»? ¿Los desagües de los vecinos? ¿El cañito que cada uno larga a la cuneta por no estar conectado al saneamiento?

Como todo en el mundo, se que algunos estarán dispuestos a defender esa supuesta cuenca del Casavalle…la cual no existe pero que al igual que el diablo tendrá sus abogados.

¿Cuál es el problema de seguir hablando de esta supuesta cuenca?

En primer lugar que no nos permite concentrarnos en la cuenca o subcuenca del arroyo Miguelete, y por lo tanto no nos permite centrarnos en sus problemas de contaminación ambiental, incluidos los bañados del Miguelete o bañados de Casavalle, contaminados y cada vez más usados como basureros y depósitos de escombros. Recordamos que esos bañados, por pequeños que puedan parecer comparados con otros, cumplen una función importantísima en lo que es la recarga del Acuífero Raigón. Cuidar la subcuenca o cuenca del Miguelete, es importantísimo también para evitar la contaminación de las aguas subterráneas del Acuífero Raigón que es el que está justo debajo de nosotros.

En segundo lugar, está el tema de la estigmatización. Que al hablar de la «cuenca del Casavalle» -que ya dijimos que está pero igual lo repetimos- sirve para englobar a los pobres de Montevideo y estigmatizar la zona, porque al hablar de esa supuesta cuenca ya podemos incluir una gran cantidad de asentamientos irregulares y zonas pobres, desde Piedras Blancas, pasando por Marconi y Coppola hasta el Cuarenta Semanas, y no es que nos excluyamos entre nosotros, sino que cada uno con su pobreza, porque sino terminamos estigmatizando a Casavalle, como la zona del 70% de los pobres, como la zona de los marginados, desnutridos y analfabetos, lo cual por un lado sirve para declarar al resto de Montevideo como «libre de pobres» y por otro lado, es caldo de cultivo para algunas ONG que lucran con la pobreza y las cuales, salvo honrosas excepciones, le harían un gran bien al barrio simplemente desapareciendo, ya que es más lo que perjudican a la zona en su conjunto que lo que ayudan. Ahora bien, más allá de nuestros deseos, y como sabemos que no van a desaparecer, sería bueno por parte del Estado que se ejercieran buenas auditorias y férreos controles, empezando por solicitar transparencia a cada organización, tanto en su financiamiento, los sueldos de sus dirigentes y empleados, nombres y relación de parentela si la hay, en el caso de los que tercerizan servicios cuanto cobran por mes por cada trabajador y cuánto le pagan, además de qué programas sociales aplican y cuánto invierten en ellos.

No olvidemos que el oenegismo, surgió como consecuencia del Uruguay neoliberal que «achique del Estado» de por medio e impidiendo todo acceso a la función pública por la legal, desarrollo este sistema «alternativo» y amplio generador de plusvalor.

Para finalizar, recordamos que es necesario hablar con las autoridades del INE para redefinir la zona de Casavalle, la cual está basada en criterios perjudiciales para nuestra zona, y según entendidos, poco ortodoxos de lo que debería ser una división demográfica coherente.

Por ahora, y en lo que a nosotros respecta, por lo menos, no sigamos propagando ese error.

Wilton Andrada.

*ECOPLATA (Gestión Integrada de la Costa del Río de la Plata) es un programa interinstitucional en el cual participan el Ministerio de Vivienda Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (MVOTMA), la Dirección Nacional de Recursos Acuáticos (DINARA–MGAP), el Servicio Oceanográfico Meteorológico Hidrográfico de la Armada (SOMHA–MDN) y la Universidad de la República a través de la Facultad de Ciencias Sociales y la Facultad de Ciencias por intermedio de la Sección Oceanografía y el Departamento de Geografía.