“Me subí al ómnibus a las 9.35 de la mañana y me bajé 9.47. En doce minutos mi vida cambió”, cuenta Andrea, que desde hace dos años está en silla de ruedas por el descuido de un camionero que la dejó parapléjica.

En su nueva condición, ella elige salir de su casa para seguir con su vida y, a pesar de sus esfuerzos, llegar a ciertos lugares le resulta imposible. La ciudad no está diseñada para todos y la sociedad colabora poco aún en integrar a quienes tienen una discapacidad, que son cerca de 300.000personas en Uruguay.

Ir al cine, un show, dar un paseo por la rambla, pagar cuentas, entrar al supermercado, visitar un amigo o subirse al transporte público, deberían ser actividades realizables por todos. Por eso, en el año mundial de la accesibilidad, la Fundación Alejandra Forlán lanzó una campaña por un país más accesible, para que efectivamente se cumpla la ley 18.651 que promueve la integración de las personas con discapacidad. Esta ley todavía no ha sido puesta en práctica, a pesar de existir desde 1989 y que se reafirmó en marzo de 2010.

Realizar algunos cambios edilicios en escuelas y liceos, mejorar veredas, centros públicos y de salud son algunas de las pequeñas obras que promueve la Fundación Alejandra Forlán para empezar a hablar de una ciudad accesible.

“Cambiar la urbanidad es necesario, no solo para contribuir a la integración del 10% de la sociedad que tiene alguna discapacidad, sino también pensando en el alto porcentaje de ancianos que tiene el país”, explica el arquitecto Nicolás Li Calzi para asegurar que el beneficio de lograr una ciudad accesible, tarde o temprano alcanzará a todos.

Li Calzi se ha especializado en los requisitos técnicos para lograr una urbanidad accesible y es uno de los principales aliados de la Fundación. Desde su rol profesional, se encuentra formando a los futuros arquitectos en la Universidad, para que no salgan de la carrera desconociendo cómo llevar a la práctica una arquitectura amigable con las personas con discapacidad.

Así como este arquitecto desde su profesión contribuye a generar una ciudad accesible, Alejandra Forlán te invita a vos a tomar conciencia sobre el tema y a colaborar desde tu lugar, para lograr una ciudad que no discrimine, que sea accesible y disfrutable para todos.

“La mejor manera de entender la falta de accesibilidad es ponerse en el lugar de quien tiene una discapacidad” –Alejandra Forlán-

VOS PODÉS AYUDAR

El 25 de abril del 2010 estaba yendo a trabajar. Como llegaba tarde, decidí ir a mayor velocidad en mi moto y tuve un siniestro. Salí despedido y golpee mi espalda contra una columna y un contenedor. Tenía 19 años cumplidos el 6 de marzo, y me dedicaba a la profesión que había estudiado, que era Técnico Farmacéutico.

Ahora estoy en silla de ruedas porque sufrí paraplejia por el choque y trabajo para Radio TAXI 141 como telefonista desde mi casa, porque no puedo trasladarme hasta la central.

Ojalá algún día haya más trabajo para las personas con alguna discapacidad. También se podría mejorar la ciudad. Hay muchas veredas rotas, faltan rampas y, entre otras cosas, nos es difícil ir al supermercado porque no podemos pasar por las cajas a pagar. Faltan taxis accesibles y ómnibus de todas las líneas para nosotros. La ciudad no está hecha para quienes tienen una discapacidad. Y lo cierto es que somos varios.

Mi objetivo personal es algún día volver a caminar. También me gustaría mejorar como persona, y ser cada día un mejor padre.

Estas son las palabras de Ángelo Perla, pero en este mismo momento, hay otros miles de uruguayos en sus hogares que, al igual que él, sueñan con la posibilidad de lograr una mejor calidad de vida, sentirse integrados y ser dueños de transitar por sí mismos hacia su felicidad.

Para ayudar a Angelo a trasladarse a más lugares, entrá a http://porunaciudadaccesible.com/