La mayoría de la población no tiene acceso al agua potable y el cólera sigue siendo una amenaza. Médicos Sin Fronteras administra cuatro hospitales en el país.

Enero de 2013, Buenos Aires. A tres años del terremoto, el sistema de salud de Haití continúa devastado. Médicos Sin Fronteras (MSF) gestiona cuatro hospitales construidos para reemplazar las improvisadas estructuras que la organización médica había establecido en los días posteriores al 12 de enero de 2010. Decenas de miles de haitianos reciben atención médica de calidad, de manera gratuita, gracias a estos hospitales. Pero la posibilidad de que las autoridades locales retomen las actividades que realiza MSF aún parece lejana.

“El proceso de transición es demasiado lento debido a la debilidad de las instituciones haitianas, a que las promesas de los donantes internacionales no fueron cumplidas y a que el gobierno y la comunidad internacional no establecieron prioridades claras,” explica Joan Arnan, jefe de misión de MSF en Haití. El terremoto que causó 222.000 muertes y dejó 1,5 millones de personas sin hogar, también destruyó la mayoría de los hospitales de la zona o los dejó seriamente dañados.

La respuesta deficiente a la epidemia de cólera, la otra gran catástrofe que golpeó a Haití en 2010, demostró la falta de recuperación del sistema de salud. Desde entonces, los brotes de la enfermedad han sido recurrentes en el país. En 2012, los centros de tratamiento de cólera de MSF trataron a más de 22.990 personas en Puerto Príncipe y Léogâne. El número de casos aumentó a raíz del paso de los huracanes Isaac y Sandy el año pasado, ya que las lluvias provocaron el desbordamiento de los desagües abiertos, favoreciendo la propagación de la bacteria que causa la enfermedad. A pesar de la reciente caída en el número de casos, MSF aún trataba más de 500 casos por semana a fines de 2012.

“La mayoría de la población no tiene acceso al agua potable y a instalaciones sanitarias, y el tratamiento de cólera no ha sido adecuadamente integrado en los pocos centros de salud pública existentes,” explica Arnan. En la ciudad de Léogâne, situada a unos 30 kilómetros de Puerto Príncipe, varias organizaciones humanitarias que trabajaban contra la epidemia se retiraron por falta de financiamiento. Desde entonces, MSF ha visto un incremento en la cantidad de pacientes ingresados en sus centros de tratamiento. La situación es la misma en Puerto Príncipe. Los centros de tratamiento de cólera de la organización en Delmas y Carrefour son la única opción para los pacientes, por lo que se ha constatado un aumento en los ingresos a consecuencia del retiro de los otros actores.

Léogâne, la ciudad más cercana al epicentro y que fue en gran parte destruida por el terremoto, hoy parece una obra en construcción; y la mayoría de los sobrevivientes han sido reubicados. Sin embargo, el hospital de MSF es la única estructura de la región que ofrece atención médica gratuita disponible las 24 horas en caso de emergencia.

MSF llegó a Léogâne justo después del terremoto e instaló ahí un hospital en tiendas de campaña para atender a los sobrevivientes. Esta estructura provisional fue posteriormente reemplazada por un edificio hecho con contenedores, abierto en septiembre de 2010. El hospital se encarga de la atención materna y de las urgencias médicas, y también dispone de un servicio de cirugía. Las cesáreas y los accidentes viales son la causa de la gran mayoría de las intervenciones quirúrgicas. En otro edificio se realizan consultas externas a mujeres embarazadas y a niños menores de cinco años.

Aunque MSF tiene como objetivo traspasar sus proyectos al Ministerio de Salud Pública, en Léogâne su hospital atrae cada vez a más pacientes. Algunos llegan desde Puerto Príncipe, demostrando la falta de atención médica adecuada, incluso en la capital. La maternidad registra un promedio de 600 nacimientos por mes con picos de más de 800 partos. Las otras estructuras médicas se ven obligadas regularmente a referir pacientes al hospital de MSF, desde partos sencillos hasta complicados que requieren de una cesárea y, por lo tanto, de una unidad de cirugía que funciona las 24 horas.

“El hospital llena un vacío que existía mucho antes del terremoto. La mayoría de los haitianos no tenían acceso a los servicios de salud antes del 12 de enero de 2010, ya fuera por una oferta deficiente de servicios o porque no contaban con los recursos”, dice Joan Arnan; de hecho, MSF está presente en Haití desde 1991. “Nosotros intervenimos para responder a las consecuencias de la catástrofe, con la intención de quedarnos hasta que la reconstrucción avanzara y que las estructuras sanitarias locales pudieran hacerse cargo de la situación. Desafortunadamente, han pasado tres años y casi nada ha cambiado en materia de acceso a los servicios de salud”.