Una reunión de alto nivel en la OPS/OMS analiza las posibilidades de ampliar su disponibilidad en los programas nacionales de diagnóstico y tratamiento.

Washington, DC, 13 de mayo de 2014 (OPS/OMS).- Expertos de alto nivel y defensores de la salud pública se reúnen hasta hoy en la sede regional de la Organización Panamericana de la Salud/ Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) con el fin de analizar posibilidades de colaboración para ampliar el acceso a la prueba de detección de la infección por el virus del papiloma humano (VPH) como método de cribado primario para el cáncer cervicouterino en América Latina y el Caribe.

La reunión se realiza en seguimiento a la publicación de las nuevas directrices de la OMS que recomiendan, cuando sea posible, la prueba del VPH como el método preferido en mujeres de 30 a 49 años, seguido por el tratamiento de las lesiones precancerosas. Los expertos señalan que un mejor y más amplio acceso al diagnóstico y al tratamiento para las mujeres de este grupo etario de riesgo podría prevenir muchas muertes por cáncer cervicouterino en la región, donde la enfermedad se diagnostica a menudo en las etapas finales y donde más mujeres tienen dificultades para acceder a un tratamiento. Alrededor del 80% de las 36.000 mujeres que murieron de cáncer cervicouterino en las Américas en 2012 se encontraban en América Latina o el Caribe.

Existen más de cien tipos de virus de papiloma humano (VPH), de los cuales al menos 14 pueden causar cáncer. La prueba del VPH detecta la infección por este virus y es mucho más sensible para detectar la presencia de células anormales.

“La evidencia muestra que esta nueva tecnología permite detectar más lesiones precancerosas lo que, seguido de tratamiento, puede salvar la vida a muchas mujeres”, señaló la asesora regional en prevención y control del cáncer de la OPS/OMS, Silvana Luciani. “También tiene la ventaja de que la muestra podría ser tomada por la mujer en su casa sin necesidad de concurrir a un centro de salud, quebrando barreras geográficas y culturales”, agregó.

La prueba de VPH también permite espaciar más el intervalo entre exámenes: las mujeres de 30 a 49 años con un resultado negativo de este examen pueden volver a ser testeadas cada 5 a 10 años. “En caso de ser posible, implementar este test en los programas de tamizaje y tratamiento puede evitar que muchas mujeres pierdan la vida, sobre todo las que viven en situación de pobreza y aquellas con dificultades de acceso a los servicios de salud”, afirmó Luciani.

Argentina y México son los únicos países de América Latina que la han introducido en sus programas nacionales de control del cáncer cervicouterino. Otros como El Salvador, Colombia y San Vicente y las Granadinas la están implementando en áreas demostrativas. En los Estados Unidos, una prueba de VPH que anteriormente había sido aprobado para su uso en combinación con la prueba de Papanicolaou recibió a finales de abril la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) para ser usada por si sola en el cribado primario. La prueba puede distinguir el VPH 16 y el 18 (que provocan aproximadamente el 70% de los casos de cáncer cervicouterino) junto con otros 12 tipos de VPH de alto riesgo.

Hasta ahora, la disponibilidad de las pruebas de VPH y su alto costo han sido algunas de las barreras que limitan la ampliación de su uso en los países de America Latina y el Caribe. Además, algunas pruebas de detección que están actualmente disponibles pueden ser difíciles de llevar a cabo en entornos de bajos ingresos debido a limitaciones de infraestructura. En la reunión de esta semana, organizada por la OPS/OMS y el Instituto Nacional de Cáncer de los Estados Unidos (NCI, según su sigla en inglés), los participantes evalúan estas y otras barreras para hacer efectivo el diagnóstico del cáncer cervicouterino y tratar de identificar soluciones para extender su acceso.

Qué dicen las directrices de la OMS

Las Directrices de la OMS/OPS sobre detección y tratamiento de las lesiones precancerosas para la prevención del cáncer cervicouterino proponen un enfoque integral para su prevención y control durante toda la vida de la mujer, comenzando con la vacunación contra el VPH en las niñas 9 a 13 años, combinada con el tamizaje de lesiones precancerosas en las mujeres de más de 30 años y seguida de un tratamiento adecuado.

Las pruebas de tamizaje disponibles son la prueba de detección del VPH, la inspección visual con solución de ácido acético (IVAA) y la citología (prueba de Papanicolaou).

El grupo de expertos de la OMS que revisó la evidencia científica sobre las pruebas de tamizaje disponibles y sobre los efectos de diferentes tratamientos de las lesiones precancerosas, recomienda en las guías cuatro estrategias de tamizaje y tratamiento. Utilizar una estrategia de tamizaje con la prueba de detección de VPH seguido con un tratamiento adecuado aparece con preferencia como primer examen.

“La elección de la estrategia más adecuada se basa en diversos factores entre los que figuran los costos, la infraestructura requerida, la disponibilidad de recursos humanos y financieros, los beneficios y daños para las pacientes, la disponibilidad y accesibilidad a los servicios de salud, y la reducción de las pérdidas de seguimiento”, puede leerse en las directrices.

Como mínimo, se recomienda someter a tamizaje a toda mujer de 30 a 49 años de edad al menos una vez en la vida. Según las guías de la OMS, el tamizaje puede extenderse a mujeres tanto más jóvenes como de más edad, según su riesgo inicial de presentar lesiones precancerosas.

Las nuevas guías fueron publicadas en inglés a finales de 2013 y en español por la OPS en febrero de este año.

Datos sobre el cáncer cervicouterino

• Con un estimado de 528.000 nuevos casos anuales en el mundo, el cáncer cervicouterino es el tercero más común y la tercera causa de muerte por cáncer en las mujeres.

• Cada año, alrededor de 266.000 mujeres mueren de cáncer cervicouterino, más del 85% de ellas ocurren en países de bajos y medianos ingresos.

• En las Américas, más de 83.000 mujeres fueron diagnosticadas en 2012 y casi 36.000 murieron, la mayoría (80%) en Latinoamérica y el Caribe.

• Si bien es altamente prevenible, las tasas de mortalidad son tres veces más altas en América Latina y el Caribe que en Norteamérica.

• El tamizaje seguido del tratamiento de las lesiones precancerosas constituye una estrategia costo-efectiva de prevención.

• En la mayoría de los casos, sobre todo en las mujeres más jóvenes, las infecciones por VPH de alto riesgo oncogénico son transitorias y remiten sin ningún tipo de intervención. Una pequeña proporción de las infecciones de ciertos tipos de VPH pueden persistir y progresar hacia un cáncer.

• El tratamiento temprano previene más del 80% de los cánceres cervicales en los países en desarrollo.

La OPS trabaja con los países de las Américas para mejorar la salud y la calidad de la vida de su población. Fundada en 1902, es la organización internacional de salud pública más antigua del mundo. Actúa como la oficina regional para las Américas de la OMS y es la agencia especializada en salud del sistema interamericano.

Enlaces:

Cáncer cervicouterino:

www.paho.org/hq/index.php?option=com_topics&view=article&id=348&Itemid=40242

Directrices de la OPS/OMS sobre tamizaje y tratamiento de las lesiones precancerosas para la prevención del cáncer cervicouterino

www.who.int/reproductivehealth/publications/cancers/screening_and_treatment_of_precancerous_lesions/es/

Reunión. El rol de la prueba de VPH en la reducción de la carga mundial del cáncer cervicouterino

www.paho.org/hq/index.php?view=details&id=44%3AHPV+Testing%E2%80%99s+Role+in+Reducing+the+Global+Cervical+Cancer+Burden&option=com_eventlist&Itemid=39913&lang=es

Guía de orientación de la OPS/OMS. Prevención y control integrales del cáncer cervicouterino: un futuro más saludable para niñas y mujeres

www.paho.org/hq/index.php?option=com_docman&task=doc_view&gid=22013&Itemid=