Estados Unidos vigila la mitad de la frontera mexicana con drones, aviones no tripulados encargados de controlar los tramos desérticos en los que no hay agentes, torres con cámaras, sensores o cercas.

Los vuelos cubren ahora 1.400 kilómetros, gran parte en Texas y prácticamente la mitad de la frontera (de 3.145 kilómetros), y se espera que se extienda a la frontera canadiense para finales de 2015, informó este viernes la Agencia Associated Press (AP).

Este nuevo método representa un cambio significativo respecto al anterior, consistente en colocar vallas y agentes a lo largo de toda la frontera.

Desde el 2000 el número de agentes se ha duplicado hasta superar los 18 mil y la colocación de vallas se multiplicó por nueve, alcanzando 1 mil 126 kilómetros. «Actualmente los drones Predator Bs vigilan montañas, cañones y ríos con cámaras de video de alta definición», afirman dos funcionarios no identificados.

«Los videos son analizados para detectar los cambios más pequeños, como el paso de un ganadero, vacas, inmigrantes ilegales o un Hummer lleno de drogas», añadieron.

Los detalles de la estrategia no se han hecho públicos de forma oficial. El 92 por ciento de las misiones se encuentran con la frontera sin cambios, pero al mínimo indicio se envían agentes, en ocasiones con helicóptero, que buscan indicios de actividad humana, como huellas, ramas rotas o basura. El 4 por ciento de las misiones son falsas alarmas y el 2 por ciento son inconcluyentes.

Otro 2 por ciento evidencia pruebas de entradas ilegales en México gracias a la colocación de sensores en el suelo.

Según AP, desde 2013 Estados Unidos ha llevado a cabo unos 10 mil vuelos no tripulados dentro del programa conocido como «detención de cambios». La mayor parte han sido realizados en mil cuatrocientos kilómetros de la frontera de Texas (donde la actividad ilegal es más alta).

Se espera que este método se extienda a Canadá en 2015.

Mientras esta nueva estrategia es elogiada por los republicanos, el presidente de los EEUU, Barack Obama, se prepara para emitir una orden ejecutiva a final de este año para reducir las deportaciones de inmigrantes ilegales y mejorar la seguridad de fronteras. El primer paso es que los responsables de sector de la Patrulla identifiquen zonas propensas a atraer contrabandistas, que por lo general están lejos de pueblos y carreteras.

Los analistas revisan los vídeos aéreos en centros de Gran Forks, Dakota del Norte; Riverside, California; y Sierra Vista.

Tras un primer vuelo, los drones regresan una semana después para otro barrido. Asociaciones defensoras de la privacidad se muestran preocupadas por los drones afirmando que se podría vigilar a gente inocente bajo ninguna sospecha.

Lothar Eckardt, director ejecutivo de la agencia nacional de operaciones de seguridad aérea, dijo que los «ciudadanos decentes no tienen nada de lo que preocuparse», ya que las cámaras no pueden capturar detalles como matrículas o rostros.

 

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