UTECLa UTEC avanza, de eso, no hay dudas.

Se han construido desde el año 2014 a la fecha 22.519 metros cuadrados; existen once sedes en nueve departamentos y diecisiete carreras de grado, de pregrado, grado y siete formaciones de posgrado, apostando a la formación continua; 213 egresados solo en el 2021 de 19 departamentos; y un 65% de nuestros docentes están radicados en el interior.

Así se desprende de los aportes realizados por una delegación de la Universidad Tecnológica, UTEC, encabezada por la licenciada Graciela Do Mato el pasado 20 de julio ante la Comisión de Presupuesto integrada con Hacienda de la Cámara de Representantes.

DO MATO (Graciela). Es un placer estar acá, nuevamente, dando un breve resumen de lo que hemos realizado en 2021. En primer lugar, podemos decir que crecimos, y crecimos porque somos una universidad tecnológica pública dirigida al interior del país que apunta a formar, a educar profesionales, innovadores, emprendedores, buscando soluciones reales en el país real. Como ustedes saben, el Uruguay es muy chiquito; lo solemos dividir entre Montevideo e interior. El hecho de haber transitado muchos kilómetros nos ha permitido vivir y sentir que las regiones son muy diferentes, y que las soluciones y las formaciones que se necesitan también son muy diferentes siguiendo las estrategias país. Crecimos y en 2021 llegamos a tener once sedes en nueve departamentos y diecisiete carreras de grado, de pregrado, grado y siete formaciones de posgrado, apostando a la formación continua. Seguimos creciendo en infraestructura, no solo edilicia, sino también tecnológica, de punta. Por ejemplo, hicimos una ampliación muy importante en el Instituto Tecnológico Regional Norte, ubicado en la ciudad de Rivera, al que en 2021 se incorporaron 1.400 metros cuadrados. Esto costó aproximadamente US$ 1.500.000. Estamos hablando de laboratorios de punta de manufactura de control numérico, de un centro de innovación, de un centro de ciencias de los materiales. Cuando nombramos a un centro como de innovación para emprendedores y empresas, queremos significar que ahí hay un desarrollo integrado. Hoy, Rivera es uno de los departamentos más pujantes, en el que se está desarrollando un ecosistema muy interesante.

Ese espacio que estamos viendo en la transparencia, algunos lo llaman de cowork: empresa, universidad y sociedad trabajan juntas para innovar, para planificar e, inclusive, preincubar proyectos que se desarrollarán en el futuro. Otros, lo llaman de forma más compleja, porque ciertamente implica una complejidad. Allí ya hay instaladas empresas, como el LATU, como Arkano, una empresa muy importante de computación; la denominada Área B implica un concepto más importante porque se está apuntando a lo que también se creó en este período, que es el parque tecnológico; todavía no está en funcionamiento, pero esperamos que comience a estarlo a la brevedad. Otro laboratorio muy importante es el del centro de materiales. ¿Qué está pasando acá? Mucha cosa, de la que después vamos a ir hablando; allí hay puestas muchas expectativas. De acuerdo con nuestra planificación estratégica, vamos cumpliendo etapas muy estrictas y el presupuesto que solicitamos lo llevamos adelante específicamente para lo que planteamos.

En esta diapositiva vemos que la sede de Paysandú está en la ex Paylana; allí hicimos nuestra primera fase de implementación, creciendo con una inversión cercana a los US$ 500.000 en equipamiento, que ya estaba comprado, porque nuestra planificación se va cumpliendo paso a paso, porque es lo que nos parece más eficiente; en algunos momentos, primero compramos tecnología; en otros, primero edificamos. En esa imagen se puede ver parte de las plantas piloto para cereales. Se instalaron y están en funcionamiento, por ejemplo, para la licenciatura en Análisis Alimentario, que implica hasta una cocina comunitaria, porque, como dijimos, vamos viendo las zonas, prestando servicios a la comunidad y formando gente para cada una de las regiones y acá tenemos un polo de alimentos muy importante. Esta imagen tiene que ver con un emprendimiento muy lindo que surge de la actividad conjunta entre la Dirección General de Educación Técnico Profesional, UTU, en la escuela de Nueva Helvecia, donde en 2020, si no me equivoco, inauguramos un tambo de primer nivel. Estábamos con los chicos en containers, que se llovían; sin lugar a dudas, teníamos que realizar una inversión y así lo hicimos, construyendo un aulario de primer nivel en 400 metros cuadrados, con la tecnología acorde. Allí, nuestros estudiantes -y no solo nuestros estudiantes, sino también los de UTU- reciben clases en una infraestructura de inmejorables condiciones.

Una de nuestras aspiraciones, que planteamos el año pasado, que logramos concretar y por lo cual estamos muy contentos, era instalar la semilla del ITR Este en la ciudad de Minas. Hoy es una realidad; es nuestro cuarto Instituto Tecnológico Regional (ITR).

Como ya sabrán, tenemos el Norte, del que ya hablamos; el Suroeste; el Centro-Sur y el Este, que es una semilla, frente a la plaza, en una acción conjunta con la Intendencia, muy interesante, por la que esta paga el alquiler de este local y nosotros proveemos toda la infraestructura. Hoy podemos decir, como lo planteamos el año pasado, que en este semestre, para agosto, largaremos la primera carrera en el ITR Este, denominada Licenciatura en Tecnologías de la Información; ya están realizadas las inscripciones y seleccionados los estudiantes por sorteo.

Otro gran logro fue llegar a la ciudad de Melo, como vemos en esta diapositiva. Allí, a través de un trabajo en conjunto muy interesante con la Intendencia, logramos que nos cediera en comodato el viejo granero Gramón.

Esperamos que el año que viene tengamos nuestra sede en Melo dependiente del Instituto Tecnológico Regional Norte.

Hemos cumplido con que el 98% de la infraestructura se encuentra en el interior del país; hemos construido desde el año 2014 a la fecha 22.519 metros cuadrados, y logramos un porcentaje interesante de construcción y de infraestructura tecnológica, que se ve en la gráfica que se está exhibiendo en pantalla, con un 42% en el suroeste, un 23% en el norte y un 32% en el centro sur, lo que va marcando un poco la historia de la UTEC.

El primer ITR que se creó fue el Suroeste, muy extendido, abarcando los departamentos de Paysandú, Río Negro, Soriano y Colonia. El segundo ITR que se creó fue el Centro-Sur, que incluyó Durazno y San José. Por su parte, el ITR Norte se inició en Rivera; ahora lo estamos extendiendo hasta Melo y esperemos en 2023 llegar a Artigas. Ya se iniciaron las conversaciones y este Consejo entiende, desde su concepción, una deuda personal y moral la de llegar a Artigas. No solo crecimos en infraestructura sino que consolidamos nuestro modelo educativo. En este mismo lugar, en rendiciones de cuentas anteriores, y con el Plan estratégico 2015-2020, creamos una serie de carreras de pregrado, de grado y de posgrado. Desde el inicio entendimos que esta universidad tecnológica tenía que ir en un modelo educativo diferente, flexible, formando a la gente, capacitándola y brindándole las competencias necesarias para llegar a una educación de calidad, con posibilidad de trabajo de calidad, que es lo fundamental que nosotros entendemos que una universidad tecnológica debe hacer. Que la pandemia haya llegado a todos nos impactó con lo que es la virtualidad. Ahora bien, la Universidad Tecnológica, desde el año 2015, habiendo iniciado sus dos primeras carreras en 2014, tiene carreras en modalidad semipresencial y hoy podemos decir que totalmente virtuales, como la licenciatura en tecnologías de la información. O sea que ese modelo educativo flexible, híbrido, del cual se habla tanto hoy pospandemia, es una modalidad de enseñanza en el mundo de todos los días y por suerte nosotros -por haber sido creadas estas carreras en el siglo XXI- pudimos aportarla desde el año 2015. Esta sería una de las carreras que, como ya dije, se inicia en el segundo semestre en Lavalleja, en la semilla del ITR Este y en Melo, con un acuerdo con la Intendencia brindando lugares con la Universidad de la República, a través de la Casa de la Universidad, y con la infraestructura tecnológica aportada por nosotros. Hoy en día tenemos siete carreras. Les hice esta historia del año 2015 para que podamos comprender que la hibridez es un modelo en el mundo, es un modelo en el Uruguay a través de la Universidad Tecnológica y no es solo fruto de la pandemia. En ese sentido, por ejemplo, la ingeniería agroambiental es una carrera semipresencial. Es difícil entender con nuestras tradiciones que se puede hacer una ingeniería híbrida, pero se puede. Y fuimos a más; y las carreras en ingeniería agroambiental o ingeniería en agua y desarrollo sostenible también se hacen en régimen semipresencial, en acuerdo con la Intendencia de Cerro Largo. Los chicos hoy son trasladados en ómnibus puestos por la Intendencia una vez por semana, una vez cada quince días, en un horario completo de ocho o diez horas de trabajo presencial, mientras están recibiendo virtualmente todos los días sus clases. Creo que esto es fruto de trabajar juntos; si no se logra trabajar juntos, no podemos. Y el hecho de que hoy la carrera de ingeniería en agua y desarrollo sostenible esté en Melo, sin ladrillos, es un logro: un logro muy importante para nosotros. Cuando hablamos de que consolidamos el modelo educativo, debemos recordar que también discutimos varias veces acá en el sentido de que crear una Universidad, crear una carrera, implica un dinero un año, otro año, otro año, porque la carrera requiere contratación de docentes durante tres años si son tecnólogos, cuatro años si son licenciados, cinco años si son ingenieros y acá peleamos cuando nos faltaba: «no podés no darme plata, porque me faltan dos años para terminar una carrera». La peleamos y nos comprendieron todas las fuerzas políticas. Hoy cumplimos con haber culminado todas las carreras. Nos dijeron: «no creen más carreras». No creamos más carreras; culminamos las existentes, pero sí peleamos darles continuidad educativa. Y el tecnólogo en jazz y música creativa hoy es una licenciatura; creamos con reingeniería y recursos existentes el tecnólogo en control ambiental, y se siguen manteniendo -me dirán: «Acá tenés cuatro y vos me decís que son siete»- nuestra querida licenciatura en tecnologías de la información, que sigue siendo virtual y la licenciatura en ciencia y tecnología en lácteos y la licenciatura en análisis alimentario, también en carácter híbrido. Entendemos que hay que dar formaciones de tendencia actual; esta es una línea que hemos instalado en UTEC. Será una discusión posterior si seguimos creando carreras o si creamos formaciones cortas para reciclar a las existentes. El tecnólogo en control ambiental, como les dije, fue una reingeniería; las especializaciones en machine learning y fabricación digital y en supply chain son formaciones cortas de un año de duración, aproximadamente, que no se crearon con recursos presupuestales, sino extrapresupuestales. Nosotros entendemos que la búsqueda de recursos extrapresupuestales es fundamental. En 2022 tenemos nuevas formaciones, también con recursos extrapresupuestales. Es una discusión que tendremos que dar en el futuro si es necesario seguir creando carreras o si es preciso reciclar. Cuando creamos la Universidad Tecnológica hicimos un fuerte estudio de demanda de las carreras que se necesitaban a fin de seguir las líneas estratégicas país. Ahora este Consejo ha decidido iniciar, en este segundo semestre, un nuevo estudio de mercado; pasaron ocho años. ¿Qué es lo que necesita el Uruguay hoy? No es crear por crear, sino adecuar las políticas. Vamos a iniciar un nuevo estudio de demanda, principalmente, para ITR Este va a ser el cuarto instituto tecnológico regional y nuevamente consideramos que tiene que haber carreras o formaciones de punta, diferentes, actuales; ocho años es mucho en el mundo -y en nuestro país- y tenemos que adecuar la formación a lo que Uruguay necesita. Cuando hablamos de continuidad educativa, cumplimos; cuando vinimos el año pasado dijimos: «El tecnólogo en mecatrónica industrial en Rivera debe llegar a la ingeniería», cumplimos; «El tecnólogo en ingeniería biomédica tiene que pasar a una ingeniería», cumplimos; la licenciatura en jazz y música creativa hoy es una realidad, y era un tecnólogo. Pedimos recursos para ingeniería en logística e ingeniería agroambiental, porque nos faltaba el último año. Se nos dieron y cumplimos. Estamos desde hace un tiempito con fondos extrapresupuestales, que hay que competir, que hay que ganar, que hay que planificar, que hay que trabajar mucho en una nueva modalidad, que son entrenamientos intensivos, de los que ya les hablamos el año pasado, los bootcamp on line, con apoyo del BID. Se trata de un entrenamiento de 10 semanas, de 8 horas diarias, con poblaciones pequeñas que se forman rápidamente, para que tengan un trabajo esos jóvenes o no tan jóvenes. Son cursos virtuales y tenemos resultados: está trabajando el 70% de quienes los hicieron en modalidad full time y 90% de quienes optaron por la modalidad part time. Esto lo pusimos en particular -porque no es tan fácil estudiar en determinadas etapas de la vida; para los jóvenes es una realidad y para los no tan jóvenes es otra-: qué tipo de modalidad y cuánto tiempo tenemos para estudiar, porque también tenemos que trabajar y en lo posible, vivir. Otra modalidad muy interesante es la primera doble titulación. Es un tema complejo; algunos están de acuerdo y otros, no. Nosotros lo defendemos claramente. Acá en estas dos carreras que al principio estaban -y siguen estando- una, en Paysandú y otra, en Colonia, rediseñamos los planes de estudio. Por supuesto, todos nuestros planes de estudio casi todos los años se modifican. Para nosotros eso implica mucho trabajo, pero también es una satisfacción y una forma de entender que la educación hoy, la formación, necesita una actualización casi anual y no tenemos problema en cambiar esos planes. Estas dos carreras hoy tienen un tronco común. Se pueden iniciar en Colonia o en Paysandú: si tú comienzas la formación en Paysandú dentro de la carrera de análisis alimentario, y tu vocación es la licenciatura en ciencias y tecnologías de lácteos, los próximos dos años te vas para Colonia. Son dos años menos de desarraigo: es mucho y viceversa. En ese interjuego es que estamos tratando de que los jóvenes permanezcan, primero que nada en el interior y, segundo, principalmente en su zona de residencia.

En el año 2021 ingresaron 1.072 alumnos.

No son números grandes, no queremos una universidad grande; no queremos una universidad que no se pueda manejar; queremos una universidad, como dijimos desde el inicio, con no más de 10.000 estudiantes.

Con 1.072 estudiantes por año en el interior, 213 egresados solo este año de 19 departamentos y con un crecimiento impresionante en localidades, de 243, en nuestra modesta opinión entendemos que vamos por el camino correcto.

Es muy bueno que en una universidad, en una carrera que se inició en el 2017, ya tengamos ingenieros en energías renovables. Si cuentan los años, en un ámbito controlado, con una excelente infraestructura, equipamiento y compromiso docente, con una cercanía muy interesante entre los docentes y los estudiantes, con apoyo este año por primera vez de psicopedagogos, debido a todo lo que hemos vivido, creemos estar cerca de nuestros jóvenes en un compromiso muy importante. Tenemos el desvelo de que lo que formemos, nuestros jóvenes, tengan trabajo en áreas relacionadas con lo que se formaron.

En ese sentido, un dato muy interesante es que hay un 82% de egresados trabajando.

Cuando decimos que nuestro modelo educativo está centrado en la realidad país, ponemos dos ejemplos. El primero. Una empresa de Rivera -no importa cuál, pero existe, lo que no queremos es hacer propaganda- pensaba construir un edificio de tres pisos para un mejor almacenamiento, porque habían aumentado muchísimo las ventas on line durante la pandemia. La empresa pensaba hacer una fuerte inversión en infraestructura e iba a ir al norte, a Brasil, a pedir asesoramiento. Nosotros estamos comprometidos con la universidad y la pusimos a disposición. Nuestros estudiantes tienen que cumplir en sus carreras proyectos reales, en empresas reales, y aquí se cambió totalmente el diseño de lo que el empresario iba a construir. Hizo una solo planta, por asesoramiento nuestro, de nuestros equipos docentes, y con una infraestructura logística interesante espera lograr, y lo está consiguiendo, un 60% menos de inversión. Fue una solución. En ese sentido es que decimos que damos soluciones a problemas reales. Como no podía faltar, y para que nadie diga que no lo decimos, también trabajamos con UPM. La gente del ITR Suroeste, la carrera de ingeniería en mecatrónica, junto con la licenciatura en tecnologías de la información, desarrolló un software que permite monitorear la plantación de eucaliptos.

GIL (Andrés). Como el último ejemplo que manejaba la consejera Do Mato, teníamos dos buenos casos de vinculación que se dio en Rivera y en UPM. La vinculación es un objetivo muy importante para la UTEC, porque busca trabajar en relación con el sector productivo y con el sector social. Una ventaja importante que tenemos es que el 65% de nuestros docentes están radicados en el interior y eso implica que conocen la necesidad del territorio, identifican esas necesidades y pueden establecer vínculos, que lo hacemos fundamentalmente a través de investigación aplicada y servicios. Para ofrecer investigación aplicada y servicios desde mi punto de vista necesitamos tres componentes, que son los recursos humanos formados -estamos hablando de que ya tenemos en territorio un importante grupo de recursos humanos-, infraestructura edilicia y equipamiento. La licenciada Do Mato explicaba hoy todo lo que se había elaborado en 2021 en infraestructura edilicia, que ha sido hecha fundamentalmente con fines educativos, pero que también ha ofrecido espacios para la investigación y para los servicios. En el 2021iniciamos becas en el área de ciencia para jóvenes porque es fundamental que contemos con suficiente masa crítica en el área de investigación; estos jóvenes trabajan con nuestros investigadores. Y esas becas son para nivel de grado, de posgrado. El nivel de posgrado implica que nuestros jóvenes docentes también tienen oportunidad de crecer y de formarse en sus áreas. Además, hicimos un acuerdo con el INIA y con la ANII a partir del cual creamos un fondo para trabajar en áreas estratégicas del sector agropecuario; ese fondo es administrado por la ANII. O sea que estamos buscando la formación de jóvenes investigadores que complementen nuestro plantel docente. Por otro lado, el pasado año incorporamos equipamiento de gran porte para brindar servicios tecnológicos y para hacer investigación aplicada.

Invertimos aproximadamente $ 50.000.000 en equipos: drones acuáticos para monitorear los recursos hídricos; sensores para monitorear el aire y la tierra; equipamiento para estudiar la movilidad de los humanos, que no solamente sirve para detectar o estudiar patologías, sino también para optimizar los recursos de los atletas en cuanto a sus movimientos.

Todos esos equipamientos que no existían en el interior hoy están disponibles y están ya brindando servicios o están involucrados en la investigación. Decíamos equipamiento, estructura edilicia, recursos humanos, todo eso, tiene que ser gestionado de buena forma y para eso creamos seis unidades tecnológicas que figuran ahí: agroalimentos; monitoreo terrestre; recursos naturales; energías renovables; lácteos, y automatismo y sistemas inteligentes, que están sobre veinticinco laboratorios y dos plantas piloto que ya habían sido mencionadas anteriormente, que son las plantas piloto de alimentos en Paysandú y la de lácteos en Colonia, con distintas disponibilidades para hacer ensayos y elaborar nuevos productos. Para nosotros, las unidades tecnológicas son clave porque ponen en conjunto investigadores que están en distintas carreras, que pueden generar nuevas líneas, desarrollar proyectos y que, la mayoría de las veces, van más allá de los territorios del ITR: son a nivel global. En resumen, en el 2021 ofrecimos veintiún servicios tecnológicos en distintas áreas. Por ejemplo, de monitoreo; se colocaron boyas donde se monitorea la calidad del agua del Río Negro; se hicieron diagnósticos en procesos logísticos de distintas empresas; hicimos un acuerdo entre la licenciatura en análisis alimentario y los productores lecheros del litoral, que tenían dificultades para contar con los análisis microbiológicos necesarios de la leche, o sea que tenían que remitir la leche a Colonia y no siempre estaban los resultados en tiempo y forma. A través de ese convenio logramos brindar ese servicio que no es un gran aporte hacia adentro de la Universidad, pero sí es un gran aporte al sector productivo. En ese sentido, es importante mencionar que la idea de brindar servicios no es competir en forma desleal con otros servicios; estamos brindando servicios donde no hay. Este es un tema importante. A modo de resumen, en el 2021 tuvimos dieciséis proyectos financiados con fondos extrapresupuestales, en el interior.

A modo de ejemplo podemos mencionar proyectos sobre la valorización de residuos sólidos; la microbiología de efluentes -hay un proyecto que está estudiando la microbiología de los efluentes de forma de buscar la descontaminación del suelo y del agua-; el mantenimiento predictivo de parques eólicos, que es importante para el sector productivo de los parques eólicos saber cuándo tiene que intervenir y evitar el deterioro de esos parques.

La vinculación busca impulsar el desarrollo del interior. Ya fue mencionado el pacto con la innovación y creación del ecosistema binacional en Rivera, el área B, donde participaron treinta actores del sector educativo, del sector empresarial, de los gobiernos locales de Rivera y Livramento, a partir del que se ha creado un espacio para emprendedurismo e innovación.

También es importante mencionar el tema de los hongos que aparecen ahí, en la foto.

Tenemos 240 productores que recogen hongos de eucaliptos, que no parecería mucho, pero en realidad recogen 250.000 kilos de hongos por año y están trabajando con nuestra gente de alimentos para ver cómo agregarle valor, saber cuál es su composición nutricional, ver cuál es la forma de mantenerlos y cuál es su vida útil e, inclusive, elaborar algún subproducto.

Tal vez, el impacto no sea nacional, pero en la región tiene un impacto importante y eso se está haciendo a través de un acuerdo entre una empresa, los productores y la Universidad. Tenemos otro ejemplo a través de un proyecto financiado por ANII, para diagnóstico en pequeñas y medianas empresas que quieren hacer un escalado para ir al comercio electrónico. Nosotros estamos ayudándolos en esas etapas. También se ha hecho formación en monitoreo de estrategias de especialización inteligente con distintas agencias donde han participado ochenta personas. A modo de resumen del aspecto de vinculación y pasándolo a números: tenemos 5235 personas que participaron en actividades de educación continua con la UTEC; 1146 personas externas a la UTEC accedieron a los cursos que esta pone a disponibilidad, cursos virtuales para la sociedad. En el programa de emprendimientos destacamos que hay 28 emprendimientos nuevos apoyados por UTEC, donde se destacan, por ejemplo, la producción de yogures saborizados, la producción de plantas aromáticas con hidroponía, empresas de desarrollo de página web y una serie más de pequeños o medianos emprendimientos. Para favorecer eso hemos capacitado a 1492 participantes en 29 actividades de capacitación para desarrollar habilidades para emprender. Tenemos mucho camino para recorrer todavía en la parte de vinculación, pensando en la corta historia de nuestra Universidad y en los sectores con los cuales tenemos que seguir vinculándonos, seguir desarrollando proyectos. Hemos dado y estamos dando los pasos en esa dirección.

SILVEIRA (Rodolfo). Hasta ahora los compañeros del Consejo hablaron de lo que son los ejes verticales de UTEC. Si ustedes recuerdan como teníamos armado el organigrama, sabrán que había ejes verticales que son los ITR, la oferta educativa, la presencia en el territorio, el trabajo de desarrollo a nivel territorial. Y en el año 2021 logramos consolidar los ejes transversales de la UTEC. Si lo recuerdan, en la anterior Rendición de Cuentas presentamos los ejes transversales como herramientas de gestión que tienen mucho que ver con maximizar tres o cuatro aspectos que consideramos fundamentales. Lo otro era qué hacer; esto es cómo hacer. ¿Cómo hacerlo? A través de maximizar recursos humanos y materiales que tiene la UTEC. En la diapositiva hablamos de transformación digital y vinculación global. Hemos creado tres grandes centros durante este período: el Centro de Transformación Digital, el Centro de Vinculación Global y el Centro de Desarrollo de Personas. Centro de Transformación Digital: esto no es menor. Después de la pandemia resulta que todos descubrimos que existía la transformación digital. La educación virtual, la transformación digital u otros aspectos que tienen que ver con la invasión de las tecnologías en nuestra vida diaria existen desde hace muchísimos años. Cuando vinimos acá por primera vez a presentar el Plan Estratégico 2015-2020 teníamos escrito que uno de los focos de la UTEC era la transformación digital, que el mundo de las tecnologías nos venía caminando por el lomo rápidamente y que si no nos poníamos a pensar en cómo utilizar herramientas digitales para poder colaborar no solo en el proceso de aprendizaje -soy un convencido de que nosotros enseñamos poco; la gente aprende; nosotros somos acompañantes de los procesos de aprendizaje-, iba a ser muy difícil llegar a enfrentar el año 2020. Esto lo dijimos en 2015. Cuando vino la pandemia la cosa explotó un poco, y parecía que el mundo virtual… ¿Qué pasa? Cuando uno mira las universidades en la región, en Latinoamérica, hay una clasificación que se basa en cuánto utilizan las universidades las herramientas digitales. Y ahí hay cosas que nos llaman la atención: el 43% de las universidades iberoamericanas, fundamentalmente, latinoamericanas, son resistentes digitales; les cuesta un Perú meter adentro a las tecnologías. Solo un 2% de las universidades de la región son disruptoras digitales, es decir, universidades que lideran realmente el cambio o la transformación digital que, repito, no es dar clases por Zoom. No confundamos la transformación digital con poner en una tele lo mismo que estoy dando en una clase presencial. Es otro esquema, requiere otra formación, nos cuesta un Perú. Acá tenemos un montón de gente que trabaja con nosotros todos los días, y a todos nos cuesta mucho, mucho más a los viejos que a los más jóvenes. Comenzamos con el Centro de Transformación Digital y qué requiere. Requiere en primer lugar fortalecer a las personas, precisamente por eso que decía, porque todos usamos celulares para comunicarnos todos los días, tenemos un asistente de Google, copamos Alexa, y los gurises también. Ahora, hacer estudiar a los gurises con celulares es bastante más difícil que hacerlos jugar. Siempre digo que si le pregunto a un gurí si quiere ser ingeniero digital o influencer, no tengo ninguna duda de que me va a decir influencer o youtuber; a los diecisiete años es lo que quieren. Entonces, esto no es fácil. Además, hay otro concepto, se cree que es barato; no es barato. Es bastante más caro que la otra porque la adquisición de equipamiento también lleva a un mesurado y crítico análisis de qué es lo que hay que comprar y con qué criterio hay que comprar. Estas cosas tienen una vida media programada que es nada. Yo compro hoy y dentro de seis meses me desactualicé y no me corren la mitad de las aplicaciones. Por suerte acá tenemos gente que sabe del tema pero estamos seguros de lo que estamos haciendo con respecto a la transformación digital. ¿Esto que requiere? En primer lugar, la educación de docentes. Pero nosotros a lo que apuntamos es a que la transformación digital significa, en una expresión simple y sencilla, «la universidad en la nube». La transformación digital no solo es en los procesos de aprendizaje, sino también en la gestión, y eso es fundamental. Hay conceptos muchísimos más importantes, por ejemplo, que estamos formando personas además de estudiantes, y ahí hay un concepto que es vital: la ciudadanía digital. Y no lo hacemos solos, sino con varias instituciones, en primer lugar, con Agesic. Hace unos días saltó el asunto de la ciberseguridad. Nosotros hace cuatro años que estamos trabajando en ciberseguridad con Agesic porque es un tema fundamental. Es como el asunto del doping en el deporte: yo invento el control antidoping y me aparece una nueva droga de doping; eso está clarísimo. No hay mucha novedad. En definitiva, esas son las cosas que permitió el Centro de Transformación Digital: encarar algo que la pandemia nos presentó como desafío, y creo que pudimos enfrentarlo, no digo con comodidad. La pandemia fue una cosa horrible, trágica, de las tantas pandemias que tuvo la humanidad, pero fue de las que se resolvió tecnológica y científicamente más rápido. Eso también es verdad: a los tres meses de aparecer un bicho que no sabíamos qué era, el genoma del bicho estaba publicado en una revista de publicación mundial y a los ocho meses estaba pronta una vacuna. ¿El mundo sucumbió? No. ¿A dónde fue? Se refugió en internet. ¿Colapsó internet? No colapsó. Y el mundo siguió conectado, claro, los que tenían conexión, porque también hay otros problemas. Hay que valorar las cosas como realmente sucedieron y mirarlas en retrospectiva; comparemos la gripe española en 1920 -que no sabíamos qué corno era- con lo que sucedió en esta pandemia. Es horrible porque la vivimos nosotros; nadie de esta generación había vivido antes una pandemia de estas características. ¿Qué pasa con estas cosas? Formar una matriz de habilidades digitales no es changa, no es fácil, no se construye de un día para otro. Nosotros empezamos un contacto con una universidad líder en Arizona, que lleva veinte años trabajando en este tema; fue de las primeras. La Universidad Abierta de Cataluña tiene también habilidades digitales desde hace más de veinte años. Entonces, fuimos a buscar a quienes son socios en haber desarrollado cosas no porque queramos ser la Universidad de Arizona o la Universidad Abierta de Cataluña, sino para buscar camino recorrido, para tratar de ir por los atajos. Y a partir de ahí desarrollamos habilidades de inteligencia artificial para más de mil estudiantes en un año. Eso es muchísimo, comparado con el número de estudiantes que tenemos. Eso significa crear contenidos. Cuando decimos que montamos audiovisuales y animaciones no estamos hablando de audiovisuales que se produzcan en cinco minutos; requiere un montón de expertise, un montón de gente; requiere didáctica; requiere psicopedagogía; requiere habilidades que trascienden a la tecnología en sí misma. La tecnología sigue siendo una herramienta; no sustituye al cristiano que está atrás de la tecnología. Siempre va a haber alguien atrás de la tecnología; alguien hace los algoritmos. No hay «la máquina hace los algoritmos», por ahora; capaz que dentro de cinco años volvemos a conversar y les cambio totalmente el discurso. ¿Qué sucedió también? Nosotros dijimos hace mucho tiempo que la única forma de tener una universidad en el mundo, competitiva, es internacionalizándola; no hay forma de hacer una universidad desde el punto de vista endogámico, menos en un país como el nuestro que tiene tres millones de habitantes y, por lo tanto, no tiene masa crítica. ¿Por qué? Porque el mundo maneja el conocimiento cada vez más rápido. Si miramos cada cuánto se duplica el conocimiento en el mundo, notamos que en el año 1900 -hace cien años- el conocimiento total del mundo se duplicaba cada veinticinco años; en el año 1990, o por ahí, se multiplicaba cada cinco años; en el 2000 -o 2004; no recuerdo los estudios- se multiplicaba cada dos años; en el 2018 se duplicaba cada trece meses y hay gente que dice que en el 2030 se va a duplicar cada doce horas. Si se llegara a multiplicar cada doce horas, significa que lo que estudiemos de mañana quedará desactualizado de tarde. Hay que buscar formas ingeniosas de aproximarnos a esa realidad del 2030. Esta Universidad mira hacia el 2030; ya estamos trabajando en el Plan Estratégico 2025-2030 con ese horizonte. Y esto no es hacer futurología: hay un montón de datos que apuntan a que eso va a suceder. ¿Por qué, entonces, un Centro de Vinculación Global? Porque precisamos la internacionalización para manejar la cantidad de información y conocimiento que se genera en el mundo. ¿Por qué un centro de vinculación global o de internacionalización? Porque tenemos que darle la posibilidad a nuestros muchachos de que se formen. ¿Y dónde se forman? Se forman en el mundo. Además, hoy existe la posibilidad de formarse a distancia o de traer gente de otros lados. La captación de talento es fundamental en el Uruguay. La cantidad de docentes extranjeros que tenemos en la UTEC no es casualidad. Por algo vinieron; porque hay una política y porque la institución, de alguna manera, es creíble, pero también hay una política de atraer docentes extranjeros en áreas en las cuales estamos carentes de recursos humanos. Lo otro es posicionarnos -ese es el sueño del pibe, pero yo qué sé; me gusta pensar en ideas locas- en el mundo teniendo un diferencial, y por eso buscamos socios; ahí se muestran algunos de los socios que tenemos. Obviamente que a mí me gusta trabajar con el MIT, así como a los que estamos acá -creo que a todos-, y nos gusta trabajar con todas las organizaciones y universidades internacionales, pero también colaboramos mucho con los organismos internacionales porque, en definitiva, son fuentes potenciales de atracción de recursos. Esta Universidad siempre ha buscado recursos extrapresupuestales en instancias que tengan que ver con competencias abiertas para la obtención de recursos. Con relación al año 2021, pueden ver algunos datos en la pantalla sobre los nuevos convenios que se firmaron; tenemos muchísimos más convenios que este. Son convenios que han permitido hacer cosas que, de otra manera, no hubiéramos podido hacer si no tuviéramos un grupo de gente que piensa en la vinculación global como una herramienta estratégica de gestión y de ejecución de políticas que tiene la Universidad. ¿Y eso qué requiere? Requiere diez mil horas de capacitación, por ejemplo; porque no es changa hacer capacitación en esto, pero hay que hacerla porque ninguno de nosotros está adiestrado. Al mismo tiempo, nos habíamos comprometido a crear y mejorar lo que tradicionalmente se puede llamar -y sé que queda mal visto llamarlo recursos humanos o capital humano- el Centro de Desarrollo de Personas. Estamos convencidos de que debemos trabajar sobre las personas. También son personas los estudiantes que tratamos de formar, y eso es lo más importante. ¿Quién es el primer beneficiario del Centro de Desarrollo de Personas? La propia Universidad, y la propia Universidad en el interior. Este resultado fresquito no corresponde al año 2021, sino a 2022, pero lo trajimos porque capaz que es una buena señal. Aunque es verdad que lo iniciamos en el año 2021. ¿Será cierto que estamos en el camino correcto? ¿Qué piensa la gente? Porque somos una universidad desconcentrada: no tengo que ir a Rivera para saber si ahí se trabaja; esta Universidad está basada en ámbitos de confianza. Si esta Universidad no está basada en ámbitos de confianza, estamos pelados; no hay manera de hacer funcionar una organización de tipo multicampus si no creo en la gente que trabaja y colabora con nosotros. Es desconcentrada y tiene la autonomía suficiente como para moverse en territorio y tomar decisiones. ¿Esa gente estará contenta? Bueno, hicimos una encuesta a través de Equipos Consultores, no la hicimos nosotros; se hizo un concurso abierto que ganó la empresa Equipos Consultores. Y, sorprendentemente -lo dijeron ellos, no lo digo yo; hay muchos datos para revisar-, nos colocan en el quintil superior de organizaciones tanto públicas como privadas en las que ellos han trabajado sobre el clima organizacional. El clima organizacional de la UTEC muestra que un 80% de la gente considera que tiene una misión muy relevante dentro de la Universidad, un 76% siente que la UTEC está en constante crecimiento y más o menos el mismo porcentaje de gente siente que es una propuesta innovadora. Y eso no es menor, porque también nos da la tranquilidad a todos de que estamos trabajando en un entorno de personas que están comprometidas con su tarea. Por eso es que tenemos un sistema de evaluación de desempeño, que es una de las medidas a través de las cuales consideramos que la gente, fundamentalmente en el sector público, debe manejarse en la Universidad. Estamos haciendo una nueva versión en acuerdo con uno de los gremios, y creo que con eso vamos por el buen camino. En el Centro de Desarrollo de Personas hoy tenemos unos quinientos y tantos colaboradores. Y vean ustedes: el 25% de los docentes son extranjeros, lo que es llamativo. Y en Rivera no tenemos solo docentes extranjeros de Brasil; tenemos argentinos, colombianos, cubanos, gente de muy buena formación, y casi el 100% de los docentes extranjeros está radicado en el interior. Esto es traer valor al interior del Uruguay, y los invito a ir a Durazno, a Fray Bentos, y ver a la gente hablando con diferentes tonalidades de español; llama la atención y es algo que a mí todavía me revuelve las tripas. Está bueno hacerlo así; hay que sentirlo y verlo. La semana pasada fui a Durazno y aquello estaba bárbaro: había un congreso de química, estaban los holandeses trabajando con el agua, estaban los gurises del campamento lechero con docentes de muy diferentes orígenes porque están radicados en el interior. Ahí también importa mucho la calidad de la educación; por eso hay cuatro mil y pico de horas que tienen que ver con la educación y la gestión. Ahora vamos a los números que, en definitiva, es lo que hoy nos importa. Nosotros ejecutamos $ 1.054.000.000, aproximadamente, en el 12 año 2021; eso supone un aumento del 7% con respecto al presupuesto del año 2020. Acá tenemos un fideicomiso con CND para toda la parte de infraestructura. La UTEC sigue creciendo; como ven, seguimos edificando e invirtiendo. En las universidades modernas, los ladrillos tienen un problema: hay que pensar muy bien cómo se hacen los ladrillos, porque si el mundo apunta a lo digital, tengo que pensar que los edificios tradicionales, probablemente, pierdan sentido. ¿Tendrán sentido los aularios en el año 2030, por ejemplo? No lo sé; no tengo respuesta. Tengo que tener algún tipo de infraestructura, por ejemplo, que me permita enfrentar un futuro de seis o siete años, que es casi nada. Ahora, nuestros gurises van a estar laburando en el año 2050. O sea que es importante que para el año 2050 voy a tener que estar pensando en cómo voy a hacer para que esos gurises se encuentren cómodos en un ámbito laboral, probablemente, muy diferente desde el punto de vista profesional, laboral, empresarial, al que tenemos hoy. ¿Cómo se distribuyó el gasto? El gasto, básicamente, es: un 58%, remuneraciones; un 25%, inversiones, y un 17%, es el presupuesto. Pensamos que esta distribución viene creciendo en las retribuciones; esperamos llegar a un setenta y tanto por ciento. No queremos que las retribuciones nos absorban todo el presupuesto; esta Universidad va a tener que seguir haciendo inversiones porque es una universidad tecnológica y vamos a tener que seguir invirtiendo en actualizaciones. Acá importa mucho la distribución del gasto por sector de impacto. Fíjense ustedes que hay una parte importante de cómo se distribuye el gasto que tiene que ver con que más del 56% es para generación de empleo en el interior, y es generación de empleo de calidad; eso tanto en el personal docente como en el personal técnico y de apoyo. Trabajar en la UTEC no es menor; trabajar en una universidad en el interior es un diferencial para cualquier funcionario del orden técnico y de apoyo. O sea que eso también nos parece importante. Esto es, más o menos, un resumen; el resto ustedes lo tienen. Lo que vemos en la pantalla son los indicadores, porque nosotros también medimos. Ustedes tienen una tabla indicadora. ¿Somos perfectos? No, no somos perfectos pero, como dijo el bueno de Voltaire, lo perfecto es enemigo de lo bueno. Entonces, si miramos un poquito cómo estamos en los indicadores -que los seguimos mes a mes; ahora los estamos actualizando porque los indicadores cambian en las distintas etapas-, advertimos que en enseñanza -el color verde significa cuánto está cumplido; el amarillo, que estamos en una zona cercana a cumplirlo, y el rojo, lo que nos falta-, donde tenemos más color rojo es en la parte I + D, que es la más tiempo lleva de construcción cuando uno hace una universidad o cuando comienza una universidad de cero. Quizás esa sea la zona en la cual habría que seguir trabajando y, obviamente, debemos mantener el verde en verde y mejorar los indicadores amarillos. En cuanto a la solicitud presupuestal que ustedes recibieron y que vieron, este año se dio de una forma bastante peculiar, por lo menos para nosotros. No tuvimos reuniones con el MEC como en otras oportunidades ni 13 con la OPP. Entonces, la presentación de la Rendición de Cuentas en el Parlamento fue un jueves y el miércoles, como todavía no sabíamos el resultado -hubo un intercambio con los contadores que trabajan en la parte técnica y no estábamos seguros de cuál iba a ser el presupuesto-, enviamos ese pedido presupuestal que es el mismo que tiene la Comisión. Como puede observarse, más o menos andamos en $ 64.000.000 con esos destinos que estaban ahí y que en buena parte fueron contemplados por los artículos 357, 358 y 359 que salieron en la Rendición de Cuentas enviada por el Poder Ejecutivo. ¿Tenemos una diferencia? Tenemos una diferencia de unos $ 10.000.000. En eso, si se mantiene después de la instancia parlamentaria, vamos a tener que arreglar algunas cositas. Pensamos que esos $ 10.000.000 son para un área clave, para los departamentos que se empezaron a crear en 2021 y ahora en 2022. Estamos llamando a llenar los cargos para la dirección de departamentos. Los departamentos son estructuras que nos van a permitir aumentar la eficiencia del gasto y, fundamentalmente, la utilización de los recursos.

Fuente Imagen: Diario Norte.