Compartimos la Declaración del Comité Central del Partido Socialista realizado los días 19 y 20 de noviembre de 2022.

A FRANKENSTEIN NO SE LO PUEDE MAQUILLAR

Construir una alternativa donde la vida valga más que el capital

El Comité Central del Partido Socialista, reunido los días 19 y 20 de noviembre de 2022, ha definido su plan político para los próximos años y ha aprobado por unanimidad los planes de trabajo de las distintas secretarías y comisiones nacionales.

Al comenzar estas jornadas hicimos memoria de la trayectoria y el compromiso militante de las compañeras Daisy Tourné y Elena Clavel, y del compañero Marcelo Rodríguez, recientemente fallecidos. Finalizamos las sesiones con la noticia del fallecimiento, en la hermana República Argentina, de la compañera Hebe de Bonafini, Madre de Plaza de Mayo, símbolo de la lucha por la memoria, la verdad y la justicia, con la que nos sentimos profundamente consustanciados.

En las sesiones de estos días reafirmamos una serie de orientaciones y objetivos, y decidimos expresar con claridad algunas posiciones políticas:

1) Consideramos que la respuesta a la política egoísta, concentradora, represiva y antipopular que padecemos, no pasa por discutir frases oponiéndoles otras frases, sino por lanzarnos decididamente, con convicción, desprendimiento y pasión militante, a la construcción de una alternativa, siendo capaces de dialogar con las múltiples expresiones de lo nuevo que surgen en los barrios, las comunidades, las luchas sociales; alentando desde abajo y desde adentro esos cambios concretos y tangibles. A relaciones viejas y desgastadas, caracterizadas por el lucro, la rigidez, el machismo, la explotación de los otros y de la naturaleza, sólo podemos enfrentarlas con una apuesta creativa y renovada a la dignidad humana, la libertad, la solidaridad, el cuidado y la igualdad. Hacerlo posible implica procesos trabajosos pero no medias tintas. No queremos cortar el vino con agua y sabemos que gestar lo nuevo nos exige romper con estructuras y lógicas viejas.

2) Asumimos como un desafío urgente la búsqueda de un diálogo fecundo entre la vida cotidiana de las personas y la política, entendida como herramienta de cambio social. Estamos convencidos y convencidas que hacerlo posible implica renunciar a los esquemas rígidos, los apresuramientos electorales, la disputa por perfiles personales y candidaturas, y los relatos repetitivos que proponen una restauración del ciclo progresista, sin revisión ni autocrítica. Lo nuevo no pasa por restaurar lo anterior ni por reproducir modos de la política tradicional, tampoco por trazar un mapa perfecto y seguro sobre el futuro, sino por escuchar y estimular los sueños y las energías liberadoras de nuestro pueblo.

3) Condenamos el inadmisible ataque que sufren las ollas y merenderos populares por parte de funcionarios y dirigentes que, a la vez que minimizan la corrupción y el crimen organizado en las altas esferas, agravian y descalifican a quienes solidariamente se hacen cargo del hambre de sus vecinos y vecinas, luchando por vida digna. Vemos con esperanza el apoyo a la autogestión de estos colectivos sociales por parte de políticas públicas generadas desde la Intendencia de Montevideo como los “Fondos por más” del plan ABC, que buscan estimular el desarrollo de la organización popular y de iniciativas comunitarias que superen la asistencia alimentaria, incursionando en alternativas laborales y educativas.

4) Respecto de la reforma previsional propuesta por el gobierno sostenemos que debe ser rechazada de plano. Esta reforma se introduce sin diálogo real y sin siquiera hacer un mínimo balance de la reforma del 96, ideada por el mismo Rodolfo Saldain bajo la promesa de “sustentabilidad” con la que retorna ahora. A su vez es evidente que si el objetivo es -según el lenguaje del propio gobierno- “bajar el déficit” y no se tocan los ingresos, lo que bajarán son las jubilaciones y pensiones, en un contexto donde además se deberá trabajar más años. O sea, el lema de esta reforma es: “trabaje más para cobrar menos”.

Las y los trabajadores no queremos que nos obliguen a trabajar más años y si – gracias a los avances que nosotros mismos hemos conseguido – podemos vivir más tiempo, queremos elegir qué hacer de nuestra vida y no condenarnos a sacrificarla en aras del mercado y las ganancias de unos pocos. Tampoco aceptamos que se siga extendiendo un régimen de AFAPs, fracasado en el mundo, que garantiza a las administradoras enormes ganancias mientras se nos rebajan prestaciones y derechos, afectando con especial saña a las mujeres más pobres y a las y los jóvenes de hoy.

Por todo esto decimos con contundencia y apelando a una frase de nuestro entrañable Guillermo Chifflet en ocasión de discutirse la reforma que creó las AFAPs: para el Partido Socialista “no se puede maquillar a Frankenstein”. La izquierda no tiene motivos para votar un solo artículo de un proyecto de ajuste estructural que nos afectaría por décadas: el proyecto es globalmente desastroso para quienes vivimos de nuestro trabajo y las partes son piezas de ese todo, piezas que lo componen y se utilizan para legitimarlo. Insistiremos con esta posición en el seno de nuestro Frente Amplio, proponiendo además la discusión sobre las bases de una reforma alternativa e integral de la seguridad social que se sostenga en gravámenes al gran capital, en impuestos sobre la tecnología que desplaza mano de obra, en la eliminación de privilegios e inequidades, en la supresión de las AFAPs, en la reducción de la jornada laboral para mejorar la calidad de vida de las mayorías y combatir el desempleo juvenil, en prestaciones y servicios sociales universales más ambiciosos, con jubilaciones y pensiones dignas, valorizando las tareas de cuidados y contribuyendo a revertir la injusta división sexual del trabajo.

Rechazo social

5) Por todo lo anterior no nos resignamos a la aprobación de la reforma jubilatoria del gobierno. A su vez sabemos que la única forma de evitarla es conversando mucho con nuestro pueblo sobre sus consecuencias, haciéndole sentir a la coalición de derecha el profundo rechazo social sobre esta iniciativa y el enorme costo político que pagará si avanza con ella. En este marco convocamos a la movilización ciudadana, la misma que en otras partes del mundo le ha puesto un parate a este tipo de reformas alentadas por gobiernos burgueses y organismos internacionales. La Intersocial, junto con todas las organizaciones del campo popular, es un instrumento idóneo para organizar esta lucha, y los mensajes políticos de la izquierda no deben confundir ni matizar el descontento.

6) El gobierno nacional atenta contra la educación de diversas formas, cuestión que ha sido sistemáticamente denunciada por los movimientos sociales con su lucha. Primeramente, el gobierno realiza un salvaje recorte presupuestal en UDELAR y ANEP. En segundo lugar impone formas de gobierno no participativas, ejemplos de esto son: la exclusión de la participación de docentes en ANEP, la eliminación de la obligatoriedad de convocar al Congreso Nacional de Educación, y el proyecto de ley que modifica el cogobierno previsto en UTEC, eliminando toda capacidad de incidencia real de docentes, estudiantes, egresados y egresadas. En tercer lugar, realiza cambios curriculares en ANEP inspirados en valores y concepciones del bloque dominante.

Reforma educativa

7) Nos manifestamos en contra de la reforma educativa por su forma y contenido. Por la forma, porque esta no involucra a docentes ni estudiantes, se lleva adelante en un inadmisible clima de persecución y no respeta los tiempos institucionales necesarios para concretarse en 2023. Por sus contenidos, debido a que la misma compra el modelo de organismos financieros internacionales e incorpora lógicas de gestión del sector privado, realizando un viraje pedagógico y filosófico que prioriza enseñar lo evidentemente útil para el mercado laboral, renunciando a la transmisión cultural intergeneracional y a una mirada crítica del conocimiento, fundamental para una educación emancipadora. La llamada “transformación educativa” promueve entre los y las estudiantes su adaptación a las lógicas de una sociedad desigual y deposita en esta capacidad las posibilidades de alcanzar el éxito, con un corte meritocrático. A su vez pone en riesgo el acceso a determinadas áreas del saber ubicándolas como optativas: ciencias, artes, sexualidad, entre otras. Esta tendencia se visibiliza en toda la educación obligatoria y también en formación en educación. Por ello reafirmamos nuestro compromiso con una Universidad de la Educación autónoma y cogobernada. Como socialistas reivindicamos el carácter político de la educación y la necesidad de aportar a un cambio cultural. Tenemos la convicción que existe otro modelo educativo posible para nuestro país, uno que rescate las más valiosas tradiciones de nuestro continente y ponga a las personas -especialmente a los y las estudiantes- en el centro. Nuestro proyecto defiende el valor de la educación pública, el involucramiento de las comunidades en la educación y su incidencia real, con un presupuesto justo.

Proyecto Neptuno

8) El gobierno, desconociendo la Constitución de la República y diversos pronunciamientos ciudadanos, está perforando y debilitando varios entes y bienes públicos. El modelo encierra una hipoteca a nuestro futuro nacional, poniendo en peligro el ambiente, nuestra riqueza y calidad en recursos naturales y entregando soberanía. Nos oponemos al negociado del proyecto Neptuno, así como la privatización del cemento portland y a los escandalosos favores a grandes empresas privadas en la ANP y las telecomunicaciones.

9) En la lucha por lo nuevo somos conscientes que es imprescindible rediscutir la matriz constitucional del país. Por eso seguimos sosteniendo la necesidad de impulsar una reforma de la Constitución para el Uruguay del Segundo Centenario, que aborde cuestiones sensibles como la soberanía y seguridad alimentaria, la economía social, los bienes y empresas públicas, la igualdad de género y el reconocimiento pleno de diversidades y disidencias, los derechos ambientales, el protagonismo popular en la toma de decisiones políticas, la readecuación y democratización de las Fuerzas Armadas, temas de protección y seguridad social, entre otros. Mantendremos esta postura en todos los ámbitos donde militamos y la impulsaremos en el Congreso del Pueblo previsto para el año próximo.

10) Finalmente, manifestamos al conjunto de la sociedad uruguaya que desde este Partido que en pocas días cumplirá 112 años de vida orgánica, redoblaremos nuestros esfuerzos para la construcción de una corriente socialista en el movimiento social y de un espacio político poscapitalista, radicalmente democrático, libertario, autogestionario, feminista y comprometido con la justicia ambiental dentro del Frente Amplio. A su vez pondremos energía y recursos para la construcción de una Fundación abierta y plural que genere espacios que alienten los diálogos entre sociedad y política, estimulen la confluencia de quienes compartimos estas perspectivas, desaten la imaginación de los que luchamos por una sociedad nueva y divulguen y desarrollen la metodología de la educación popular.

Nos toca vivir y militar en un mundo signado por la guerra y la violencia, por la erosión de la legitimidad de la política y por la voracidad del capital que con sus dinámicas arrasa con la vida. Este escenario de crisis civilizatoria e incertidumbre, caracterizado por el descontento social y la creciente movilización en varios países del mundo, nos desafía y exige.

En una región marcada por la desigualdad y con movimientos políticos esperanzadores, nuestro país asiste a una brutal transferencia de ingresos de la clase trabajadora a los sectores más concentrados del capital. Las exportaciones están 63% por encima de las de 2019, concentradas en veinte grandes empresas y cinco grandes rubros. La ganancia del sector exportador está 13% por encima del promedio de 2019. El producto industrial creció 11% con respecto al período enero-julio de 2019 y los depósitos bancarios en Uruguay crecieron 36% y en el exterior 60%. De los diez mil millones de dólares que crecieron los depósitos, el 85% son de las cuentas de más de 100 mil dólares.

La contracara de este crecimiento concentrado es el empobrecimiento de las mayorías: el salario real ha caído un 3%, producto de la política salarial del gobierno y los aumentos de los precios. El salario se ubica por debajo de la inflación por tercer año consecutivo, y esto afecta también a jubilaciones y pensiones. Simultánemente asistimos a un proceso de deterioro de la calidad del empleo y se profundiza la desigualdad estructural en las tasas de desempleo por sexo y por territorio, siendo más altas en las mujeres, en los departamentos del norte del país y en Montevideo, en los Municipios situados en la periferia del Departamento. La masa salarial está por debajo del crecimiento del PIB, lo que significa que las y los trabajadores pierden participación en la riqueza nacional, participación que gana el capital. El ingreso promedio de los hogares está 5% por debajo de 2019 y este año cayó nuevamente respecto de 2021. Esta coyuntura de reducción de salarios y jubilaciones y por ende del ingreso de los hogares, impacta sobre un conjunto importante de actividades volcadas al mercado interno (las micro, pequeñas y medianas empresas explican dos terceras partes del empleo en Uruguay) cuya economía está igualmente en dificultades. Finalmente, mientras la economía crece, la ganancia de las grandes empresas aumentan y se multiplican los grandes depósitos, hay más personas en situación de pobreza. La pobreza creció 2% respecto de 2019 y este año aumenta respecto de 2021, este fenómeno está asociado fundamentalmente al mercado de trabajo. A esto hay que sumarle los alarmantes datos sobre inseguridad alimentaria, que – en un país con capacidad de producir alimentos para 10 veces su población – ubican a casi 500 mil compatriotas con distintos niveles de vulnerabilidad en este plano.

Este cuadro configura una situación de emergencia nacional para las y los trabajadores y jubilados, y en medio de esta realidad se sigue resintiendo el gasto público en áreas de fuerte impacto social (educación, vivienda y salud), privatizando desde adentro el Estado, saqueando al país, e intentando implementar un ajuste estructural de mediano y largo plazo a través de una reforma jubilatoria que blinda nuevamente al capital afectando la vida del pueblo trabajador.

A Frankenstein no se lo puede maquillar. No queremos discutir en la cancha que nos marcan los poderosos. Nuestra convocatoria es a movilizarnos, recorriendo diversos caminos para construir alternativas donde la vida valga más que el capital. ¡Vamor por la vida digna, con la rebeldía de nuestro pueblo!

Comité Central

Partido Socialista de Uruguay

APROBADA POR UNANIMIDAD

Casa del Pueblo, 20 de noviembre de 2022.

Fuente Imagen: lr21.com.uy