por Marcelo Márquez

Trabajan muchas veces en silencio.

Cumplen los sueños de aquellos que muchas veces, por situaciones extremas de la vida o de la propia naturaleza humana, por momentos, han perdido la esperanza.

Se trata de la Fundación Manos de Héroes que ya entregó  gratuitamente “más de 120 manos y brazos en todo el país”, y van por más porque en este momento tienen 35 pendientes, y como dato también alentador, fueron parte de la creación del “primer brazo biónico del Uruguay”.

Y el viernes 14 de julio concurrió a la Comisión de Presupuesto integrada con Hacienda de la Cámara de Representantes que analiza la Rendición de Cuentas para exponer sobre su actividad, y solicitar la posibilidad de ser incluídos en las organizaciones que reciben algún tipo de aporte económico.

Y vaya que lo tienen merecido.

El presidente del grupo parlamentario (subcomisión), Álvaro Viviano (PN) le dio la bienvenida a la delegación de la Fundación Manos de Héroes, “dedicada a proporcionar manos y brazos en impresión 3D en forma gratuita, integrada por las señoras Andrea Cukerman y Carla Delpoggio”.

CUKERMAN (Andrea). Nos dedicamos a hacer manos y brazos en impresión 3D para niños a quienes les faltan sus dedos, que nacieron sin parte de su mano o de su brazo, o adultos que tuvieron algún tipo de accidentes y debieron ser amputados, o por enfermedad, y no tienen los medios económicos como para afrontar lo que es el costo de una prótesis. Ya hemos entregado gratuitamente más de 120 manos y brazos en todo el país. Nosotros hacemos manos para niños como Benja, que nació sin sus dedos. Él tiene la mano con la muñeca funcional; entonces, él usa este tipo de 60 diseños que nosotros le trajimos aquí. Él pone su muñón aquí adentro, en el agujero -no sé si llegan a ver-, y con el movimiento de muñeca -porque él puede hacer el movimiento de muñeca-, la mano puede abrir y cerrar. Cada una de estas piezas están hechas con una impresora 3D y después es un proceso de ensamblado, de encastre, como hacemos con un lego, donde cada pieza se une a través de tornillos, hilos y gomitas para que pueda ser articulada.

Les hacemos brazos a personas como César, que fue la última historia que subimos a las redes. César llegó a la Fundación con una bebé en brazos; hacía cinco días que había sido padre. Sufrió una descarga eléctrica; es de San José, y estaba desarmando, de favor, una estructura de metal de conciertos, y había un cable pelado; tocó la estructura, se electrocutó y perdió ambos brazos. César usa estas manos, que no funcionan como las de Benja, que es a partir del movimiento de muñeca, pero sí a partir del movimiento del codo, porque él tiene amputado hasta el antebrazo. Entonces, él coloca su muñón aquí y con el movimiento del codo, la mano hace un pequeño movimiento de pinza, que le permite sostener diferentes cosas y objetos.

Les hicimos manos a Benjamín. Es de La Capuera. Benjamín tuvo un accidente; cuando lo conocimos, creo que tenía ocho años y tuvo un accidente hacía dos años. Él metió la mano en una máquina de hacer pozos de agua y le amputaron tres dedos. No había diseño acá que lo pudiera ayudar, y la pidió de los colores de Iron Man. Esta fue una de las entregas que hicimos al lado de la ruta porque no tenían dinero como para poder trasladarse hacia Montevideo. En estos tres años que llevamos de Fundación, hicimos el primer brazo biónico del Uruguay. Funciona un poco diferente a estos brazos; no es a partir del movimiento de una articulación, sino de sensores y botones que envían señales eléctricas a un microprocesador, que hace mover motores, que abre y cierra los dedos. Esto es para personas amputadas por encima del codo. La primera era de la muñeca; la segunda era del codo, pero para los amputados del codo, no hay ningún tipo de solución, por lo menos, para que tenga movilidad. Nosotros, con un equipo de trabajo y fisioterapeutas, logramos hacer un brazo que pudiera controlarse electrónicamente. Este tipo de brazos, en el exterior, cuestan entre US$ 20.000 y US$ 30.000. Es impensado para Federico, hijo de padre obrero y madre empleada doméstica, que pueda salir al exterior. Estas manos, además de contarles cómo se manejan funcionalmente, permiten a los niños andar en bicicleta porque necesitás las dos manos para poder sostenerte; les permite sostener un vaso de agua; les permite autonomía para comer solos; les permite sostener un tenedor, porque para poder cortar necesitás una mano para el tenedor y otra mano para el cuchillo; les permite, por ejemplo, reacercarse a la música. Estas herramientas que nosotros les damos son para hacer lo que quizás antes hacían y ahora no pueden hacer más.

Es el caso de César, el hombre amputado de los dos brazos, que dejó de ir a los asados de fútbol porque no podía cortar. Se perdía todos los asados porque le daba vergüenza pedir a otro hombre que le cortara la comida. El los quería para cortar la comida.

¿Trompetista o violinista?

Benja, el primer caso que les mostramos, que nació sin sus dedos, quería tocar la trompeta. La verdad es que no sé si en un futuro va a ser un gran trompetista; no lo creo, pero no queríamos ser nosotros los que le dijéramos que no podía hacerlo por una diferencia. ¡Que lo intente! Este es el caso de Nicolás que, una vez que se probó las manos, lo primero que hizo fue tocar el violín. (Se proyecta un video).Las manos que hacemos nosotros, como pueden ver, son de colores y llaman la atención. Si esto me pasara a mí o a alguno de ustedes, posiblemente eligiéramos una del color de la otra mano, pero los niños no lo piensan así. Los niños son niños y quieren los colores del hombre araña, los colores de Peñarol, los colores de Nacional, de Iron Man, de unicornios. Así lo sienten los chicos. La gran ventaja de verlo de esta manera es que cuando vuelven a la escuela son los superhéroes.

De supertímido a superpoder

Mateo es de Rivera. Es un niño super pero supertímido. Cuando llegan a los siete u ocho años los niños empiezan a esconderse porque los demás compañeritos les hacen sentir la diferencia, y les dicen: «¿Podés hacer esto? ¿Podés hacer lo otro? Vos no podés hacer esto porque te falta una mano». Les dicen cosas terribles como: «Tu mano parece una pata de pollo». Entonces, se quieren ocultar, esconder: en las fotos ponen sus brazos detrás del cuerpo y en verano usan campera, aunque se mueran de calor. Darles una mano de superhéroe, de los colores que ellos eligieron, es darles un superpoder. Entonces, vuelven a la escuela y los mismos chicos que antes les hacían burlas o comentarios feos ven las manos y dicen: «Mostráme cómo se mueve. ¡Yo también quiero una!». Y el niño pasa de tener vergüenza a sentirse orgulloso. Este fue el caso de Cristofer. Walter, su papá, nos contactó hace un par de años y nos contó que había nacido solo con su pulgar. Funcionalmente, podía sostener cosas porque tenía su pulgar, pero le hacían mucho bullying en el liceo y luego de la pandemia no quería volver, no quería estudiar. Walter nos contó que es cuidacoches y que quería un futuro diferente para su hijo. Para él era muy importante que terminara sus estudios; nos dijo que lo único que quería era que volviera a estudiar. Entonces, le hicimos la mano de Peñarol. Para nuestra sorpresa, a los tres meses nos envió el carné de notas: Cristofer había terminado el año. A nosotros nos llegan historias como la de Mía. Nos contactan muchos pediatras, padres como Walter, madres y maestras como Luz; se contactan porque escucharon de nosotros en algún medio de comunicación. El caso de Luz, por lo que significa que una maestra supere los límites del aula y vaya más allá y quiera ayudar, trascendió fronteras, lo tomaron diferentes periodistas, y la historia se replicó en la CNN, en la BBC, como ejemplo de solidaridad uruguaya. Y nos llegan fotos como estas. (Se exhiben fotos). Luz, la maestra de Mía, se contactó con nosotros y nos dijo que Mía había nacido sin sus dos manos. La había escuchado llorar en el recreo diciendo que su problema, porque así lo vivía ella, no tenía solución. Le pedimos a la maestra que le tomara las medidas y le sacara fotos para poder diseñarle las manitos. Mía vive en Salinas norte, en un contexto muy crítico; vive en una fábrica abandonada, junto a sus cuatro hermanos y su madre de veinticinco años. Mía pidió sus manos de unicornio. Este fue el momento en que se las puso. Está con la maestra y la mamá. (Se proyecta un video). Mensajes así nos llegan todas las semanas. Les voy a leer el mensaje que nos llegó hace dos días, de Florencia, que nos escribió por Instagram. Dice: «Buenas tardes, espero que se encuentren bien. Mi nombre es Florencia y tengo veintiocho años. No sé ni cómo empezar mi mensaje, realmente. Les escribo porque nací sin mi antebrazo izquierdo. Si bien al ser de nacimiento siempre me manejé muy bien y busqué la forma de hacer todo con una sola mano, el ver el Instagram de ustedes me movilizó bastante, ya que cuando era niña usé prótesis gracias a mucho esfuerzo y sacrificio de mis padres, pero no era algo cómodo y como era chica no me importaba mucho. Estaba más cómoda si no la usaba. Pero de adolescente viví situaciones muy feas, que me llevaron a querer esconder mi brazo para ser tratada con normalidad, sin miradas ni preguntas incómodas. Incluso, averigüé para hacerme otra prótesis, pero eran muy costosas, además de ser una nueva excusa para esconderme. Y así la fui llevando hasta que hace unos años me cansé de esconderme y me animé a mostrarme tal cual. Por eso, cuando vi las fotos que subieron, con personas en la misma situación que yo, me hicieron emocionar porque si bien intento seguir el mensaje de quererme tal cual soy, hay días en que es difícil y hay días que me gustaría sentir lo que es tener mi otra mano». Les agradecemos el tiempo. Estamos aquí porque ya hemos hecho ciento veinte manos, pero nos quedan treinta y cinco pendientes. Además, como los niños crecen, juegan y las manos se rompen, hacemos el seguimiento de todas ellas y las reponemos cuando es necesario. Les dejo el resumen de lo que hicimos. (Se proyecta un video).

Muchas Gracias.

PRESIDENTE (Viviano). Gracias a ustedes.

Es un poco difícil seguir; es muy gratificante, muy emocionante todo lo que hacen. Ya nos conocíamos, pero uno no deja de sorprenderse todo el tiempo. Además, vimos hace poco la repercusión internacional que tuvieron, y verdaderamente impacta.

Les agradecemos mucho, y vamos a considerar con mucho interés la propuesta.

Sobre Manos de Héroes

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