El presidente de la Cámara de Diputados, Julio Cardozo está dispuesto a pedir el cierre de la planta de impregnación de madera de UTE de Rincón del Bonete si el ente no sigue los parámetros internacionales para el uso seguro de arsénico y cromo.

«UTE cumple con parámetros internacionales porque hacemos el monitoreo de la salud de los trabajadores», dijo Ema Camacho, médica laboral de UTE.

La ordenanza internacional 337 de julio de 2004 solicita la vigilancia de los trabajadores expuestos a sustancias tóxicas. La médica informó que desde 2001 el organismo realiza análisis en orina a las personas expuestas para saber si tienen niveles elevados de arsénico y cromo (ver cuadro).

Ningún análisis que hizo UTE desde 2001 a la fecha alcanzó niveles tóxicos, explicó Camacho. En agosto de 2004 hubo pruebas que mostraron sobreexposición de funcionarios al arsénico. El resultado superó el parámetro normal de este producto en el organismo humano que es de 50 microgramos por litro de orina pero no llegó a niveles tóxicos, aclaró. «Si era por exposición al producto los niveles deberían haber sido altos en el cromo y en el arsénico, pero en 21 casos fue alto en el arsénico y sólo tres funcionarios tuvieron las dos cifras alteradas», dijo.

Ante estos resultados -21 de los 28 empleados con niveles de arsénico por encima de lo aceptable- UTE mejoró las condiciones de trabajo: dio dos uniformes por funcionario para que no se saquen la ropa fuera de la empresa, hizo cursos de manejos de sustancias peligrosas y de equipos de protección laboral a los funcionarios. Los análisis se empezaron a hacer cada seis meses y no anualmente. Esas medidas se tomaron en agosto. En octubre-noviembre de 2004 ya habían descendido los niveles de arsénico en sangre, dijo Camacho.

Ese año se detectaron 10 funcionarios con lesiones de piel. UTE consultó al dermatólogo grado 5 Probo Pereira, quien dijo que uno solo de ellos podía tener alergia por susceptibilidad al cromo. Esa persona fue trasladada. Desde 2004 otros tres funcionarios fueron trasladados por su hipersensibilidad al arsénico, dijo Camacho. Además Pereira diagnosticó, según dijo Camacho, que no había relación causa efecto de esas lesiones de la piel con el producto usado en la planta.

El ex funcionario Eduardo Rosas afirma que 11 trabajadores fallecieron de cáncer desde que abrió la fábrica en 1973. Hay funcionarios y ex empleados que tienen problemas respiratorios, de la piel y otras enfermedades. Pero hasta hoy, de acuerdo a información recogida por El País, existe sólo un funcionario cuya enfermedad está vinculada con el uso de tóxicos en la planta del ente ubicada a 15 kilómetros de Paso de los Toros (Tacuarembó).

En 2004 un análisis de orina realizado por UTE a un actual funcionario de la empresa dio que tenía 139 microgramos de arsénico por litro de orina cuando lo normal es de 50 microgramos, según el estudio al que pudo acceder El País.

Posteriormente, un peritaje médico a esta misma persona ordenado por el abogado Eder Prieto indicó que el hombre tenía un «efecto cutáneo al contacto con arsénico confirmado anátomo y patológicamente como hiperqueratosis e hiperpigmentación lo que orienta a la hiperqueratosis arsenical». El representante legal dijo que el informe concluye que esta enfermedad puede derivar en cáncer de la piel.

Camacho dijo que los informes de anatomía patológica de UTE no establecen que exista relación entre la enfermedad y el arsénico de la planta.

Prieto representa a nueve funcionarios, ex trabajadores y familiares de ex empleados fallecidos. El abogado evalúa la posibilidad de iniciar un proceso judicial contra UTE por daños y perjuicios. Pero para ello aclaró que necesita probar la vinculación entre las patologías de sus representados y el arsénico de la empresa. Por el momento logró comprobar la relación de la enfermedad en sólo uno de sus clientes. Hasta que no tenga todos esos resultados no puede saber si inicia el juicio y por ende cuánto dinero podría llegar a reclamar a UTE.

El diputado Cardozo, del Partido Nacional y oriundo de Tacuarembó, hizo un pedido de informes y además pidió la realización de un estudio médico para establecer si existe vinculación entre los problemas de salud de estos funcionarios y el uso de arsénico en UTE.

El presidente de UTE, Beno Ruchansky, y el director del ente, Gerardo Rey, dijeron a El País que si los organismos competentes – Ministerio de Salud Pública y el Ministerio de Trabajo- realizan estudios que deriven en que hay relación entre las enfermedades y/o muertes de funcionarios y ex funcionarios, la actual administración de UTE «no va a evadir responsabilidades y va a brindar todo el material que la empresa tenga». Rey aclaró que de ningún estudio que la empresa estatal realizó se desprende que exista relación entre enfermedades de funcionarios y arsénico.

Arsénico y cromo, dos productos cancerígenos

Según la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades de España, «el 90% del arsénico que se produce en el mundo es usado como preservativo para que la madera no se deteriore». El preservante es conocido como CCA, cobre cromato arsenado. El producto que utiliza la planta de UTE tiene un 47.5% de trióxido de cromo, un 18.5% de oxido cúprico y un 34% de pentóxido de arsénico.

En el sitio web de la agencia española (http://www.atsdr.cdc.gov/es/phs/es_phs2.pdf), detallan que el efecto más característico de la exposición oral prolongada al arsénico inorgánico «es un cuadro de alteraciones de la piel» como su oscurecimiento y la aparición de callos y verrugas en las manos, la planta de los pies y el torso, que a la larga pueden derivar en un cáncer de piel. El sitio web agrega que «algo que preocupa bastante es la capacidad del arsénico inorgánico que se inhala para aumentar el riesgo de cáncer de pulmón. Esto se ha observado principalmente en trabajadores expuestos al arsénico en fundiciones, minas y en fábricas de productos químicos».

«El cromo es tóxico si es ingerido, siendo la dosis letal de unos pocos gramos. En niveles no letales, el cromo es carcinógeno. El cromo irrita los ojos, la piel y las mucosas. La exposición crónica puede provocar daños permanentes en los ojos», informa la enciclopedia Wikipedia.

Eduardo: ´Se absorbía ese olor que partía el pecho´

Néstor Eduardo Rosas empezó a trabajar en la planta de UTE de Rincón del Bonete desde muy joven. Estuvo empleado 24 años entre 1973 y 1997. Hoy tiene 60 años y está esperando su jubilación. Contó que trabajaban con veneno Protóxido de Arsénico (CCA). «Yo los preparaba, éramos dos que abríamos los tanques de 100 kilos, entre 12 y 30 tanques por semana utilizando un cortahierro, había que abrirlos y se absorbía ese olor con gusto amargo que partía el pecho, levantarlos dos metros a la altura del batidor, en donde lo volcábamos y después los lavábamos con una manguera». Rosas tiene dolores en los huesos, principalmente en los pies. El ex empleado dijo que trabajaba de alpargatas en la planta y se le desintegraban. (Por Víctor D. Rodríguez).

Fuente: Diario EL PAIS.