El diputado Juan José Bruno (Alianza Nacional) presentó un proyecto de ley con el propósito de declarar a la ciudad de Durazno como «Capital de los Caudillos».

La iniciativa lleva como fecha 25 de julio de 2007.

En la exposición de motivos, Bruno indicó que «así como podemos decir que Montevideo y Maldonado, patrimonialmente, representan la ciudad española colonial, y que Colonia del Sacramento es el paradigma de la ciudad lusitana, Durazno, en buena medida, representa la ciudad de la fundación de la Patria, es decir, emblemática de los tiempos genéricos de nuestra nacionalidad que tuvieron en ella epicentro político y militar de excepción».

Incluso, «significativamente, los testimonios inmuebles del papel protagónico de este lugar central del territorio en formación de la nación oriental se remontan al período pre urbano, cuando el General José Artigas y el pueblo oriental al regresar del Éxodo, al finalizar 1812, establecieron su gran campamento a orillas del río Yí, oportunidad en que el gran Caudillo firmó el célebre documento conocido como Precisión del Yí, en el cual de manera categórica se establece la indeclinable vocación autonómica de los pobladores del territorio oriental».

Según Bruno, «aún hoy, a poca distancia de la costa del Yí, se conserva buena parte de la edificación original donde seguramente se alojó Artigas y suscribió tan fundamental documento; sin embargo el riesgo de su desaparición es muy alto dado que hasta el presente no goza de ninguna protección».

Menos de una década después, a partir de 1821, se iniciaba la fundación de la Villa de San Pedro del Durazno, cuyos pobladores fueron identificados por el Fundador, el entonces Coronel Fructuoso Rivera, como «los Huérfanos de la Patria» por ser en su mayoría veteranos de guerra por la Revolución que habían luchado por la causa artiguista y federal y que carecían de hogar.

Prácticamente desde su origen, la Villa del Durazno estuvo signada por jugar un papel decisivo en todo el acontecer de los orígenes de nuestra nación, asociada sobre todo al papel protagónico que le dieron las figuras de los Brigadieres Juan Antonio Lavalleja y Fructuoso Rivera.

Tanto uno como otro, en sus respectivos momentos de esplendor, hicieron de la humilde Villa de San Pedro, ubicada en el corazón del territorio nacional, la base principal de su decisiva acción política militar. Y también ambos, por la vía de los hechos, la erigieron en Capital de la Provincia y del Estado, sucesivamente.

Es cierto que otros centros urbanos relativamente cercanos, caso de Florida, por ejemplo, tienen también indiscutibles y brillantes antecedentes históricos correspondientes al mismo período de la formación nacional; sin embargo, no lograron conservar un patrimonio inmueble que fuera testimonio de tan ricos antecedentes.

En el caso de Durazno estos testimonios existen. Esa Durazno histórica que hoy ha sido denominada «Capital de los Caudillos» por la dilatada y decisiva presencia de Lavalleja y Rivera en ella, pese a haber perdido a lo largo de dos siglos de existencia muchos testimonios originales, ha logrado conservar, especialmente en el núcleo fundacional en torno a la Plaza Independencia, testimonios materiales realmente significativos. Como ha sucedido en otros casos, en Colonia por ejemplo, el lento proceso de crecimiento urbano que caracterizó su transitar vital a lo largo del pasado siglo XX permitió que escaparan de la piqueta fatal testimonios de relevancia.

En las últimas décadas, el esfuerzo de sucesivos investigadores en exhumar los tan ricos como olvidados antecedentes históricos de Durazno; la formación de Museos como La Guayreña, Casa del Teniente Coronel Pablo Galarza y Casa del General Rivera; la promoción e interés creciente por el patrimonio histórico cultural local han contribuido en forma decisiva a poner en valor tan ricos antecedentes. Por ejemplo, se conserva la edificación desde la cual el General Lavalleja dirigió los destinos de la Provincia Oriental entre 1826 y 1828, donde está previsto instalar el Memorial de la Independencia; se deben realizar trabajos de restauración y excavaciones arqueológicas en la Casa del General Fructuoso Rivera, la cual, mediante la reciente adquisición por la Intendencia de otra fracción, recuperó sus dimensiones originales; se encuentran también la Casa de los Reyles; el Cuartel «General Rivera», de mediados de siglo XIX; parte de la pulpería de Martín Martínez, donde se firmó la declaración de la Guerra Grande, y destacándose especialmente la Iglesia San Pedro, cuyo interior es obra del ingeniero Eladio Dieste. Este bien, si bien de época muy posterior, por su relevancia mundial merece sin duda ser tratado de una manera muy especial e integrarlo de manera preferencial a ese casco histórico-cultural de Durazno.

Indudablemente, estos importantes, bienes y otros que sin duda deben agregarse, hacen necesario encarar de manera global la puesta en valor de tan singular patrimonio, que nos remite al período fundacional de nuestra nación.

Finalmente, debe señalarse que por iniciativa del Ejecutivo departamental, la Junta Departamental de Durazno, por unanimidad, sancionó el 17 de octubre de 2003, el Decreto Nº 1882, por el cual se declaró de interés cultural el proyecto ‘Durazno: Ciudad Histórica’».