El centro infantil del Ejército de Salvación atiende a 52 niños de 0 a 3 años, que reciben desayuno y almuerzo, afecto y la estimulación necesaria para su edad. Si bien es un centro abierto a todos, atiende especialmente a niños de bajos recursos que no acceden a guarderías. Actualmente asisten 52 niños, de los cuales 39 en modalidad diaria (de lunes a viernes de 8 a 14) y el resto a estimulación oportuna, en dos talleres semanales vespertinos, acompañados por sus padres.

«El Ejército de Salvación desarrolla un programa social que les permite brindar desayuno y almuerzo, y un programa de educación inicial de 0 a 3 años. La idea es abarcar las edades que no están contempladas ni contenidas en las escuelas», dijo el director de la institución, Rafael Giusti, quien junto a Karina Acosta, su esposa y directora del centro infantil, se encuentra en Paysandú desde febrero.

Complementariamente, brindan talleres de información y capacitación para los padres. «Hay ocho o nueve talleres anuales en los que se hace un recorrido por todo lo relacionado con la vida del niño: higiene corporal, nociones sobre cómo darle de comer, cuáles son los tiempos para el pecho y la mamadera, psicología, y uno en especial sobre fonoaudiología, para detectar problemas como el frenillo, por ejemplo, que es bastante normal, para que no se transformen en una psicopatía. La idea es abrirle la cabeza al papá y a la mamá para que se preocupen, porque a veces tenemos instalados en el imaginario nuestro que, como es un niño, después lo va a superar o se puede atender después. Pero el dicho dice que prevenir es mejor que lamentar», explicó.

El centro cuenta con la colaboración de un equipo técnico integrado por sicóloga, psicomotricista, asistente social, maestra coordinadora, directora y administador, que se ocupan de organizar los talleres. Estos son preparados en base a las inquietudes de los padres y las necesidades que se aprecian en los pequeños. «A partir de ello se construye un programa, que ya lo tenemos elaborado para el año que viene. Dentro del equipo técnico, cada uno se responsabiliza de contactarse con tal o cual persona», añadió Giusti.

Abierto a todos

El centro infantil atiende mayormente niños de bajos recursos, aunque «no tenemos discriminada la clase social o el estándar económico de los niños: todos pueden venir. Evidentemente, nosotros siempre hemos atendido a la gente de bajos recursos o pobres, que no tienen otra opción», dijo.

En su mayoría, los niños permanecen en el centro mientras sus padres trabajan. «Lo más importante es la socialización, aunque lo más urgente es la cuestión económica; pero se ha conjugado con algo que el gobierno está exigiendo: que todo niño de 0 a 3 años debería estar en algún Centro de Asistencia Integrada a la Familia (CAIF) recibiendo la estimulación para que, cuando llegue a Primaria, esté con más ganas de aprender y listo para socializar. Para ello debió haber pasado por un proceso en el que haya entendido que hay otro, que hay que esperar; algo tan común, pero que es difícil que lo aprendan», añadió el director de la institución.

El Ejéricto de Salvación, de rama evangélica, trabaja en tres bloques: «llevar el evangelio a la gente, formar santos, logrando que las personas cambien su modo de vida y ayudar a la comunidad que sufre». Dentro de este último se inserta lo social. «Esto significa que, aunque somos un grupo religioso, respetamos la libertad a la hora de ofrecer el servicio», dijo.

Financiamiento

El Ejército de Salvación mantiene su centro infantil gracias a un aporte del gobierno debido a un convenio, una red de padrinos del exterior y colaboradores de la comunidad. «En algunos aspectos no alcanza, pero no podemos quejarnos. Entendiendo cómo es la realidad, podríamos tener un desfasaje peor. Sin embargo estamos ahí, tratando de llegar al presupuesto que, por lo menos, nos permite darles la comida y cubrir los costos de los profesionales y maestras que los atienden. A veces no podemos darnos otros gustos, como hacer una ampliación. Pero esas cosas son para pelear y hacer un esfuerzo que nos permita tener, por ejemplo, recambio de elementos que se gastan o de material didáctico», señaló.

En Paysandú cuentan con un reducido número de colaboradores, solo 50, pero anhelan que se incrementen. Esto es posible acercándose al Ejército de Salvación, en Sarandí 1573, o a través del teléfono 22709.

Fuente: En base al diario El Telégrafo de Paysandú. http://www.eltelegrafo.com/ y Uruguay Solidario http://www.uruguaysolidario.org.uy