El precandidato presidencial Jorge Larrañaga (Alianza Nacional) sostuvo el sábado 20 de junio que «si no gano yo el 28, gana Mujica», y reconoció que pudo haber tenido un desgaste político por estar al frente del Directorio del Partido Nacional «cuando otros iban en la cola del pelotón y descansando», aludiendo sin nombrarlo a Luis Alberto Lacalle (Unidad Nacional) .

Larrañaga dijo este sábado que «si se cobrara un impuesto al disparate, el Frente Amplio pagaría buena parte del costo del Estado», asegurando que «la última perla del collar es esta idea de convocar a una Constituyente para discutir el derecho de propiedad, la segunda vuelta en las Elecciones Nacionales, y finalmente todos los artículos de la Constitución».

En actos realizados en Maldonado y Rocha, como parte de su gira de cierre de campaña rumbo a las Internas, Larrañaga llamó a los presentes a que «despierten», asegurando que «sucede que ellos no creen en la propiedad privada, como extensión de la libertad» y expresó además que «esos son los valores que están en juego dentro de ocho días; elegimos el país que vamos a tener en los próximos cinco años, que es mucho tiempo en la vida de una persona». Al respecto concluyó que «la elección es entre este proyecto y Mujica, porque si no gano yo el 28, gana Mujica».

En otro orden, dijo que «yo salí de Paysandú hace diez años para luchar contra los centralismos de siempre», agregando que «logramos sacar al Partido Nacional de la crisis en la que se había sumergido en 1999, cuando salió tercero con el 22% de los votos y lo llevamos al 35%» y que «sacamos más votos en 2004 con un solo candidato y perdiendo, que en 1989 con tres candidatos y ganando».

Señaló también que «por ahí, muchos dicen que Larrañaga, al frente del Directorio del Partido Nacional, hizo un desgaste que le costó mucho políticamente, y tal vez tienen razón, pero en los últimos cuatro años nos hemos paseado por el frente de batalla contra una izquierda trasnochada y antigua, cuando otros iban en la cola del pelotón y descansando». Concluyó que «no podíamos hacer otra cosa, porque era nuestra obligación levantar la bandera contra el impuestazo del Irpf o contra el intento de imponer una Fiscal de Corte que la mayoría del país rechazaba, entre otras cosas».

Tanto en Maldonado, como en Rocha, Larrañaga repitió que «ahora, el Gobierno, en lugar de hablar de los grandes temas de los uruguayos, como la falta de seguridad, o la crisis económica que ya es una realidad, sale con este proyecto napoleónico de trasladar los restos de Artigas», y pidió que «dejen en paz los restos del mejor de todos los orientales».

Tras asegurar que «hemos sacado al Partido Nacional nuevamente a la calle, concluyó que «nuestro compromiso de llevar las ideas de Wilson al Gobierno, es claro, concreto e innegociable».