La ludopatía es una adicción que puede llevar al suicidio. Se estima que la padecen o la han padecido aproximadamente 10.000 uruguayos. En poco tiempo más, nuestro país contará con un centro gratuito que funcionará en el Hospital de Clínicas y también atenderá a la familia del jugador. Contará con el apoyo financiero de la Dirección de Casinos y así, nuestro país se equiparará a otros que ya han abordado el problema.

Está en proceso de aprobación el convenio entre la Facultad de Medicina y la Dirección General de Casinos por el cual se instalará -en los próximos meses- en el Hospital de Clínicas, el primer centro específico para el tratamiento de las enfermedades producidas por los juegos de azar. Hasta el presente, y salvo la atención en consultorios privados, nuestro país carecía, en referencia a la atención de estas adicciones, de un centro de estas características como los hay en Argentina, México, Estados Unidos y España.

Con una experiencia de 20 años en la temática, el profesor adjunto de la Cátedra Psiquiátrica de la Facultad de Medicina, Oscar Coll, fue el artífice del proyecto que ya cuenta con la aprobación de las autoridades de la mencionada dependencia del Ministerio de Economías y Finanzas (MEC) y de la Clínica Psiquiátrica de la Facultad de Medicina.

Coll justificó la elección de ese centro hospitalario público debido a que «es de alcance nacional y atiende una franja muy grande en cuanto a grupos sociales». Además, el Clínicas es un hospital universitario, autónomo, donde están representadas varias líneas de Psicoterapia. «Más allá de su estado se respira en él, un ambiente científico y de ayuda, lo que es beneficioso para el paciente».

Coll indicó que el primer año va a ser de experiencia. «Si bien hay modelos europeos y en la región, consideramos que si extrapolamos fielmente modelos que se aplican en el exterior, cuando nuestra sociedad no está madura para aceptar eso, estaríamos condenados al fracaso».

El referido centro funcionará en forma gratuita, en un espacio del primer piso  del nosocomio, que será remodelado para que también pueda recibir a las familias de los pacientes. Allí, los técnicos realizarán una primera selección de los mismos. Se estudian a las personas que en muchos de los casos son de clase media, se arruinan y pasan a integrar la clase baja. «Por más que mantenga algún vestigio de su grupo de pertenencia, ese paciente está enfermo y no lo podemos dejar, porque las sociedades médicas no le brindan atención, salvo la medicación», señaló. No se incluyen como parte del universo de atención a «aquéllas personas adineradas que pueden atenderse en clínicas privadas», precisó Coll.

En el Centro van a trabajar dos psiquiatras jóvenes, dos psiquiatras con experiencia, psicólogos y asistentes sociales. Se prevé conformar, de modo complementario, un grupo de autoayuda, pero que en lugar que sea liderado por un ex jugador, sea un técnico. «Si vemos que el paciente es recuperable se lo pasa a un grupo terapéutico, que procurará rehabilitarlo de un mal momento de su vida y evitará que quede estigmatizado. Va a haber espacio para la familia del jugador que está angustiada, y también necesita mucha ayuda».

El Convenio, establece que Casinos no sólo aporte la financiación de seis cargos docentes durante el primer año sino también una línea 0800, para responder a aquéllos pacientes que estén en un momento de crisis. Además se compromete a capacitar al personal que interacciona con los asistentes para que estén atentos a que cuando alguno se descontrole, lo sepa tranquilizar. Incluso, Casinos deberá poner un aviso en todas las salas de juego que instará a los asistentes a jugar con precaución, porque puede transformarse en perjudicial para la salud.

«Este es un proyecto que está diseñado para el paciente y su familia, y que promueve el juego responsable», puntualizó Coll.

Consultado sobre los porcentajes de recuperación que se procuran alcanzar, el citado profesional dijo que en países donde se promueve el juego responsable como Argentina, México, Estados Unidos y España se alcanza la nada despreciable cifra de 50 a 60% de recuperación.