La reiteración de noticias sobre niños y adolescentes que desaparecen de sus hogares, ha generado inquietud en varios sectores sociales del país. Algunos de estos casos han tenido un trágico desenlace, detrás de los cuales luego suelen descubrirse oscuros contextos de abuso sexual, explotación, fragmentación familiar y ausencia de programas preventivos.
Integrantes de la organización no gubernamental “Ciudadania 21”, para interiorizarse del tema, se reunieron con el jefe de la Unidad de Personas Ausentes del Ministerio del Interior, el psicólogo Robert Parrado y con la directora del Instituto Interamericano del Niño, Dolores Aguilar.
En la reunión mantenida con Parrado se explicaron los procedimientos existentes para centralizar las denuncias de desaparición de menores y las dificultades para lograr una respuesta inmediata de los organismos públicos una vez que la denuncia se formula.
A la vez, en la instancia mantenida con la directora del Instituto Interamericano del Niño, Dolores Aguilar, se analizaron las diversas políticas que sobre el punto tienen los países de la región. Entre otros aspectos se analizó la falta de protocolos únicos de actuación para identificar cuando una denuncia conlleva riesgos inminentes de vulneración de derechos y la necesidad de coordinar acciones entre los países de la región. También se apuntó que será muy útil realizar un ejercicio comparativo de los programas de búsqueda urgente que existen en algunos países, de manera de sacar conclusiones de las mejores prácticas en la materia.
En ambas reuniones se señaló cómo la falta de capital social y la fragmentación familiar constituyen contextos de vulnerabilidad que debilitan la protección y favorecen la violación de derechos. Asimismo, se planteó que el gran desafío es llegar con planes preventivos a los sectores de mayor riesgo, pero también contar con mecanismos de reacción y búsqueda inmediata cuando un niño o adolescente desaparece de su hábitat cotidiano.