A 85 años del nacimiento del «Bebe» Sendic.

Por eso te Homenajeamos.

Por haber sido y seguir siendo el que quisiste ser:

un REVOLUCIONARIO sin ARREPENTIMIENTOS

«…Un grupo humano puede ser atrasado en tecnología, pero muy adelantado moralmente…» (Raúl Sendic).

Sin aparato político, sin nadie que regale miles de dólares, sin prensa ni filmadoras al servicio del poder empresarial; con la presencia humilde y señera de vecinas y vecinos de buena memoria y ejemplar dignidad, el Compañero Raúl Sendic Antonaccio cumple 85 años otra vez entre los suyos, en el mes de las ceremonias de utilería y las venias de fantasía.

Nació el 16 de marzo de 1925 a orillas del arroyo Chamangá, al sur del departamento de Flores. Murió en Francia a los 64 años, a poco más de cuatro años de haber salido de los campos de concentración de la dictadura. Lo mató una enfermedad dejada por la prolongada tortura a la que fue sometido durante una docena de años.

«…Un grupo humano puede ser atrasado en tecnología, pero muy adelantado moralmente…»

Nació y murió como vivió: pobre y luchando contra las insanías del capitalismo, peleado para siempre con los poderosos y con sus poderes.

Nació y murió como vivió: dando un combate sin cuartel por la revolución y el socialismo. De a pié y desconfiado, de ojos bien despiertos ante las ilusiones del aparente bienestar, sin aceptar jamás nada de lo que el enemigo refregó frente a sus narices queriendo tentarlo con «las mieles» del poder.

Nació, vivió y murió en la plena e inquebrantable certeza de que la única alternativa de vida humana para los pobres de la ciudad y del campo, en cualquier lugar del planeta y bajo cualquier gobierno, está en el poder que nace del pueblo organizado, movilizado y en guardia atenta frente a un enemigo de la humanidad que a veces puede resurgir de las mismas filas del pueblo.

Nació, vivió y murió como hoy lo reivindicamos y lo recordamos: íntegro, sin dobleces, sin fallutería, sin ínfulas de omnipotencia personal. Alejado de los fogones derrotistas que ya se iban aburguesando y cocinaban a fuego lento el renunciamiento y la desmoralización de los que confundieron la revolución con una meta sin moral y de «principios» que se compran y se venden en la feria triste de las vanidades.

Por eso te homenajeamos, Compañero. Por haber sido y seguir siendo el que quisiste ser: un Revolucionario sin arrepentimientos. Un Compañero con todas las letras.

Cháu, Bebe, Venceremos!!!

¡Habrá patria para todos!!!

1925 / 16 de Marzo / 2010

Coordinación Hasta la Victoria,

Montevideo (leído en la Semana de Reivindicación Activa de Raúl Sendic Antonaccio

Fuente: postaporteñ@ y www.alternativas-prensa.info