Un grupo de ambientalistas argentinos resolvió la medianoche del miércoles 16 de junio suspender por 60 días el corte de una ruta hacia un puente fronterizo con Uruguay, que mantienen bloqueado hace 43 meses en rechazo a una fábrica de celulosa.

«402 votos a favor de bajarse de la ruta, 315 a favor de quedarse sobre la ruta», dijo el coordinador de la asamblea, Jorge Marchesini, tras más de tres horas de debate y una complicada votación por la paridad entre ambas mociones, en una asamblea transmitida en directo por televisión.

El vocero precisó que la medida se hará efectiva a partir del próximo sábado a las 13H00 locales (16H00 GMT), momento en que se levantará la barrera que bloquea el paso en la ruta 136, a la altura del paraje Arroyo Verde, que ha impedido el tránsito en el principal puente binacional uruguayo-argentino.

La Asamblea Ambiental de Gualeguaychú (230 km al norte) dijo que liberará el paso pero se mantendrá a la vera del camino camino al puente que une a esa ciudad argentina con la uruguaya Fray Bentos, donde está instalada la planta de UPM (ex Botnia).

La asamblea aprobó casi por unanimidad a favor de negociar con el gobierno argentino de Cristina kirchner la búsqueda de una salida al conflicto, pero quedó dividida al momento de decidir si lo hacían «quedándose arriba de la ruta o bajando de la ruta».

La paridad obligó a los organizadores a contar los votos de a uno y no a mano alzada, por lo que debieron improvisar una complicada maniobra para dividir aguas, y quienes estaban por una posición quedaron dentro del salón donde se realizó el encuentro y el otro grupo salió a un patio para el conteo.

La moción del grupo más moderado fue de suspender el corte de ruta por 60 días para «devolverle el hierro caliente al gobierno», dijeron.

Los ambientalistas exigieron a los gobiernos de Argentina y Uruguay, duramente criticados en las intervenciones, que en ese lapso avancen con «medidas concretas y efectivas».

A cambio de suspender el corte, los asambleístas reclaman un monitoreo conjunto en la fábrica de capital finlandés, para verificar si contamina, y señalan que esperan una decisión al respecto del gobierno del presidente uruguayo, José Mujica.

Este miércoles, Mujica dejó abierta la posibilidad de que Argentina tenga un monitoreo directo sobre la planta.

Otros puntos que exigen los argentinos que bloquean el puente son: evitar el transporte de mercancías para la planta de celulosa y rechazar el dragado del río que pide Uruguay, al considerar que favorecerá a la pastera.

Así, los vecinos de Gualeguaychú, de 66.000 habitantes, suspenden el bloqueo al puente internacional, que se inició en noviembre de 2006 luego de que el gobierno de Cristina Kirchner presentó querellas penales y civiles con duras acusaciones contra varios de sus dirigentes.

Mujica y Cristina Kirchner han realizado esfuerzos en los últimos meses por mejorar las relaciones bilaterales, que atravesaron picos de tensión durante las gestiones de sus respectivos antecesores Tabaré Vázquez (Uruguay) y Néstor Kirchner (Argentina), esposo de la mandataria.

El conflicto por la planta llegó a la Corte Internacional de Justicia de La Haya, que se pronunció a finales de abril y consideró que Argentina «no aportó pruebas concluyentes» de que la pastera esté «afectando la calidad de las aguas o el equilibrio biológico» del fronterizo río Uruguay.

A la vez, la Corte dijo que Uruguay incumplió su deber de informar al gobierno argentino sobre este emprendimiento, que entró en funcionamiento a finales de 2007.

El puente que une a Gualeguaychú y Fray Bentos era el de mayor movimiento entre los tres que ligan a ambos países por ser el más cercano a Buenos Aires y Montevideo, utilizado por miles de turistas argentinos y uruguayos, así como para el comercio binacional.

Fuente: Agencia AFP.