“La desaparición física de Daniel es un golpe durísimo para todos nosotros, que recibimos la noticia con incredulidad primero, y con una profunda consternación y dolor después”.

“Con Daniel se va no solamente el socio fundador de la firma, sino el hombre que con su visión, su talento y su capacidad para innovar supo poner los cimientos de un organización que, con su liderazgo, se transformó en una firma de más de 500 miembros, con oficinas en tres países”.

“Daniel ha sido y será una figura omnipresente en esta organización, y un referente ineludible para todos quienes trabajamos junto a él y tuvimos la fortuna de aprender a su lado”.

“El pensamiento de todos los integrantes de FERRERE está en este momento con su esposa Magalí y con sus hijos María José, Victoria y el pequeño Daniel, quienes han perdido mucho más que a un extraordinario hombre de Derecho, una pluma refinada y un polemista de fuste: han perdido a un esposo y a un padre, y es tiempo de rodearles, de darles contención y apoyo en esta tragedia que a todos nos conmueve”.

“Daniel murió como vivió. Haciendo cosas y soñando lejos. Viajando en su helicóptero a Buenos Aires, como lo hacía periódicamente para mantener reuniones de trabajo, pero dejando en tierra proyectos que hablaban de su capacidad y su talento, y a la vez de su arrolladora fuerza y de la pujanza que le caracterizaba”.

“Si Daniel estuviera aquí, entre nosotros, como cada día, nos pediría que juntáramos valor y que pensáramos primero en el cliente. Y eso haremos, en honor a Daniel y a su legado, luego de cerrar nuestras puertas en señal de homenaje y de respeto a nuestro socio fundador desde este momento y hasta el próximo lunes 2 de agosto ”.