Palabras del diputado Gerardo Amarilla en la presentación del libro “Historias que sanan” del pastor Jorge Márquez (Misión Vida para las Naciones).

El evento, ante varios cientos de personas, se desarrolló en la Intendencia Municipal de Montevideo (IMM) en el marco de la Feria del Libro, en donde también hizo uso de la palabra un representante de la Editorial Ediciones B y finalizó el pastor Márquez.

Participaron distintas autoridades nacionales y del ámbito cristiano: el párroco Julio Elizaga (Parroquia de Belén), varios pastores evangélicos, la diputada Verónica Alonso,  el director de AFE, Mauricio Cusano, el colorado Alberto Iglesias, y Gustavo Ordoqui, entre otros.

Palabras del diputado Gerardo Amarilla (Partido Nacional):

En primer lugar agradecer al autor la confianza que tuvo en confiarme la presentación de éste libro que sin ninguna duda será una obra que marcará la vida de muchos de sus lectores.

Este trabajo no sólo es fruto de un ejercicio intelectual sino que es producto o resultado de una gran obra que tiene que ver con la transformación de vidas, como su nombre lo dice, destinada a sanar y a rescatar vidas que parecían desahuciadas.

La sociedad uruguaya está padeciendo una gran crisis. A pesar de que los indicadores económicos, de crecimiento y de desarrollo parecen tener una tendencia muy auspiciosa, tenemos una grave crisis que está afectando al corazón mismo de la sociedad.

Los Indicadores de violencia, inseguridad, depresión, suicidios y adicciones lamentablemente también tienen un crecimiento significativo y sus consecuencias son trágicas para nuestra Nación.

Según cifras oficiales 230 mil uruguayos tienen consumo problemático de alcohol,  52 mil tienen una relación problemática con los psico fármacos,  28 mil tienen consumo problemático con la Marihuana, 6500 con la cocaína y 6000 con la pasta base.

Estos datos son los que maneja la Juta Nacional de Drogas y están calificados como Consumo Problemático.

Según una encuesta publicada hace pocos días, también encargada por la JND, uno de cada tres jóvenes uruguayos se ha intoxicado con alcohol en los últimos 15 días, es decir más de 200 mil jóvenes se han emborrachado en las últimas dos semanas.

Aunque también se reconoce que el 70% consume alcohol regularmente, es decir unos  450 mil jóvenes son consumidores regulares.

Estas tan sólo algunas cifras significativas, a esto habría que sumarles cifras realmente impactantes derivadas de la violencia familiar, la inseguridad ciudadana, la dependencia de fármacos, abandonos, conflictos familiares y suicidios.  En particular y referido a esta última, nuestro país tiene la ignominiosa primera ubicación entre los países de la región y un lugar muy destacado en el contexto internacional. Según cifras oficiales en el 2009 se constataron 539 suicidios y de ellos 95 de adolescentes y jóvenes.

Ahora bien, que estamos haciendo como sociedad por estos problemas?, como los estamos encarando?, cuanto esfuerzo estamos haciendo para resolver estas fisuras que están resquebrajando el tejido social de nuestra nación?,  que estamos haciendo desde el Estado por la familia? Institución que todos reconocemos como base y fundamento de la sociedad, que todos concluimos que está atravesando una seria crisis pero que no advertimos políticas destinadas a fomentarla y a fortalecerla.

En medio de toda esta problemática, aparece este trabajo que entendemos constituye un aporte fundamental, a partir de las experiencias de vida trata mucho de estos temas de fuerte gravitación social.

Aquí tenemos la vida de siete personas, siete vidas que han transitado experiencias fuertes. Que han atravesado situaciones tan complejas como intensas y que además de afectarlos a ellos y a sus entornos todas podrían haber terminado engrosando esa lista de suicidios de la que hacíamos referencia.

Aquí encontramos alcoholismo, abandono, delincuencia, drogas de las más diversas clases, abuso, marginación,  depresión, intento de suicidio, rechazo, discriminación, frustración, engaño, racismo, violencia, enfermedad, temor, soledad, pánico, dolor, amargura y desesperación.

Gente que vivía situaciones en la que su propia existencia parecía no tener salida. Que el transcurso de su vida, a veces el inicio mismo y otras las circunstancias que se fueron dando iban cercando las posibilidades, matando las esperanzas y frustrando el desarrollo de esos seres humanos.

Jorge Márquez nos invita y nos lleva de la mano a compartir en este – su primer libro – las experiencias de esas vidas rescatadas del infierno.

Historias que Sanan: es su título y tal vez no hubo mejor elección para poder resumir su contenido. Una descripción de cada experiencia vinculada además a valores fundamentales para poder rescatar y sanar esas vidas desahuciadas. Como la Solidaridad, la Valentía, la Verdad, el Amor, la Fe, la Palabra y el Perdón hacen su tarea en esos procesos de rescate y sanidad.

Como decíamos al principio, la sociedad se ve azotada por las mismas afecciones que padecieron estas vidas y es incapaz de afrontar seriamente un rescate y una sanidad.

Por poner un ejemplo, ya vimos algunas cifras de las adicciones y creo que nos hemos quedado muy cortos en cuanto a la complejidad y la cuantificación del problema de drogas en nuestra sociedad. La Cámara de Representantes ha nombrado una Comisión que integro y que justamente está abocada a realizar un informe de las Adicciones y su Impacto en la sociedad uruguaya. Realmente nos sentimos frustrados cuando advertimos la magnitud del problema y vemos cuales son las herramientas con las que se está trabajando desde el Estado para combatir este flagelo y trabajar en la recuperación de sus víctimas.

Las cifras oficiales hablan de unos 90 mil uruguayos con consumo problemático de drogas ilegales, si le sumamos el alcohol, psicofármacos y el universo que consume pero que no está aun en la calificación “problemático” estaríamos en varios cientos de miles. Frente a ello por ejemplo el Estado uruguayo posee tan sólo 98 camas para la internación de personas con problemas críticos de adicciones.

Y lo que es más grave – a mi entender – no sólo es un tema de cantidad sino que de cómo afrontar el problema, como tratar a la persona sumergida,  que herramientas utilizar para rescatarla y sanarla definitivamente?.

Este trabajo que presentamos nos enseña herramientas para trabajar frente a esas difcultades. Nos habla del amor de Dios y la espiritualidad necesaria y fundamental en la vida de los seres humanos. Lamentablemente en nuestro Estado y por una muy mal entendida laicidad,  se niega, se ignora o directamente se combate todo componente espiritual que intente elevar al ser humano para comprender y restaurar su relación con el Creador, con su entorno y con la sociedad.

Una chica joven, que se desempeña en un Centro de Escuchas para jóvenes con adicciones, hace unos días atrás sorprendió a jerarcas de la salud con su visión frente a éste tema y con la conclusión rescatada de su experiencia de “que si no existe un componente espiritual en el proceso de rehabilitación es muy difícil salir definitivamente de las drogas”.

Además del aporte literario de Jorge Márquez como autor del trabajo y como guía de los testimonios, voy a destacar su directa participación en el proceso de cambio en la vida de estos hombres y mujeres. Su compromiso con el evangelio, con las buenas nuevas de Jesús se demuestra con su involucramiento y su rol en ese cambio de rumbo en la vida de los testigos, que lo ligan estrechamente a sus victorias y logros de la restauración.

Esa visión de Jorge no se limita a visualizar el problema como casos aislados y experiencias de laboratorios sino que lo integra a una visión global e integradora del problema  declarando  en su prólogo que “el factor común de estos relatos es la gran crisis institucional de la familia; todas las impotencias, angustias y frustraciones tienen raíces más o menos profundas en la desintegración familiar. La impotencia de la familia para retener, abrazar, alentar, fortalecer y encaminar las generaciones que traemos dentro de la debilitada estructura social, del no menos debilitado y sacudido planeta tierra, esto en las naciones ha llegado a límites en que el Estado absorto no sabe cómo responder porque tampoco ha sabido defender ese núcleo básico, fundamental de la sociedad”

Los testimonios de Carlitos, Loreley, Alvaro, Martín, Mariela, Karen e Isabel, nos invitan a transitar los caminos de duras experiencias pero que termina con transformaciones que no sólo se limitan a la salida o a la victoria personal de quien alcanza ser un padre de familia, un líder, un pastor, una consejera, sino que justamente son transformados al punto de convertirse en canales de ayuda para otros cientos o miles, pudiéndoles alcanzar para el rescate partiendo  desde sus propias experiencias y logros.

Como lo dice Karen en un pasaje del libro “mi vida tiene propósito ahora, lo sé, soy feliz, todo lo vivido sirve para ayudar, entender a otros y aconsejarlos. La vida tiene mucho valor y es una experiencia que vale la pena ser vivida”.

Con este mensaje de esperanza y con el anhelo de que este libro sea la llave para rescatar y sanar muchas de esas vidas de compatriotas que parecen estar sin salida, sin vida, sin fe y sin esperanza, es que felicito por la iniciativa a su autor y a las vidas transformadas que comparten con nosotros sus experiencias.