Compartimos la opinión de Susana Andrade (Susana Andrade –Atabaque 609- FA), “Marihuana: nuestros valores se hacen humo”.

“No estamos de acuerdo con la legalización de la marihuana.

Una subversión de valores tan drástica a instaurarse mediante ley, debería ser consultada directamente al pueblo.

¿El Gobierno presenta lucha denodada al tabaco y de pronto busca promover una droga perjudicial y adictiva en mucho mayor grado? Políticamente incluso es una medida altisonante con la idiosincrasia del Uruguay.

Se expone a la mayoría de la población abriendo la puerta a la adicción. Si fuera un remedio ideal contra el tráfico de narcóticos, debería darse legalidad y regulación integral, de lo contrario el comercio se centrará en drogas más pesadas. O si a cada conducta errada o eventual delito se le diera autorización con resultados de reducción, despenalicemos entonces la violación, la rapiña, el asesinato.

Debe haber otros caminos para combatir el narcotráfico.

En manifestaciones pro marihuana, he visto gente haciendo necesidades en la calle y otras impudicias pues al parecer pierden toda inhibición. No es un buen ejemplo para nuestros hijos. Hay ciertas actitudes que nos hacen gente por encima de títulos o estudios cursados.

Las buenas costumbres son como los derechos humanos; nacen con la persona, derivan del sentido común y deben mantenerse como el metro o referencia. Son paradigmas y en su búsqueda naturalmente mejoramos.

En comunidad priman límites por el bien colectivo, y los gobernantes son responsables de fomentar dichos lineamientos ciudadanos.

Ahora que estamos comenzando a zurcir el tejido social tan fragmentado de un país en ruinas que ya fue y quiere poco a poco levantarse y continuar, copiar a algunas sociedades económicamente desarrolladas no es garantía de evolución, todo lo contrario, puede resultar retroceso moral.

La niñez y juventud, personalidades en proceso de formación, son presas fáciles de curiosidades e inquietudes por experimentar hábitos que luego les transforman en víctimas. Por eso son tan importantes los modelos.

Normalmente buscamos fuerzas interiores para vivir la vida con sus penas y alegrías sin falsos apoyos. Humanos y humanas al fin, en momentos de debilidad, hay quienes recurren a sustancias que generan dependencia.

La marihuana es una droga psicoativa o alteradora de la conciencia. Además de sus efectos contrarios a la salud a largo plazo -cinco veces peores que el tabaco- produce alucinaciones, mareos, vértigo, confusión, falta de coordinación, problemas para hablar, deterioro del sistema nervioso central, cerebro, memoria, y dificultades en el aprendizaje. Quienes consumen faltan tres veces más al trabajo, sufren siete veces más accidentes laborales, y al enlentecerse las reacciones, tienen cuatro veces más accidentes de tránsito.

Hipótesis a considerar: persona que fuma marihuana y maneja vehículos individuales o colectivos. Mujeres embarazadas ¿tendrán dosis mensual? Policías y militares, ¿se les permitirá fumar andando armados? Un guardia de seguridad, médicos antes de operar o asistir un parto, enfermeros de emergencias o centros de cuidados intensivos, maestras, niñeras, arquitectos, bomberos. ¿Estaremos en manos de una sociedad alienada y sus consecuencias?

Es facilitar situaciones de riesgo atacando valores que imprescindiblemente deben ser democráticamente resguardados.

Susana Andrade –Atabaque 609- FA.