El II Seminario Latinoamericano y del Caribe de Petróleo y Gas, desarrollado por la Organización Latinoamericana de Energía (Olade) en conjunto con el Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM), comenzó el miércoles 25 de julio en el Hotel Radisson Montevideo.

Este año el evento, que reúne a ponentes de relevancia mundial y autoridades del sector energético de la región, tiene como tema los Retos y perspectivas de desarrollo de hidrocarburos no convencionales.

Durante la apertura, expusieron el ministro de Industria, Energía y Minería, Roberto Kreimerman; el secretario ejecutivo de Olade, Victorio Oxilia Dávalos; el presidente de Ancap, Raúl Sendic; y el director nacional de Energía, Ramón Méndez.

En su alocución, Kreimerman remarcó que los hidrocarburos no convencionales (es decir, el petróleo y gas natural que, pese a que se encuentran en grandes cantidades en la naturaleza, debido a su localización, tipo de yacimiento y características físicas necesitan de procedimientos especiales para su extracción) son de primera importancia y están “revolucionando los mercados”.

El ministro recordó que la matriz energética mundial es fuertemente dependiente de los combustibles fósiles (que implican el 84%), más allá de estrategias de desarrollo de energías renovables y de apuesta a la eficiencia energética para modificar esta realidad. En tanto ese cambio ocurre –lo que requerirá muchos años más-, es necesario continuar usando los combustibles fósiles “de la mejor manera posible” como fuente de energía y en la industria petroquímica.

Una menor oferta y la necesidad de extracción en sitios cada vez más lejanos determina que “los hidrocarburos no convencionales sean una solución para el futuro de la humanidad”, sostuvo el secretario de Estado. Para ello “debemos seguir trabajando con toda nuestra tecnología y con todo nuestro cuidado ambiental en los temas de hidrocarburos”, añadió.

Los hidrocarburos no convencionales son importantes en particular “para los países que no tenían acceso a la explotación de petróleo y gas y que por estas tecnologías lo comienzan a tener”.

“Pensamos que estamos ante una posibilidad necesaria y conveniente para la humanidad y para los países de América Latina, fundamentalmente”, dijo el jerarca, quien agregó que es necesario que la región comparta sus conocimientos sobre estas tecnologías y las ventajas económicas que conllevan.

Según Kreimerman, el diálogo sobre los hidrocarburos no convencionales es, entonces, parte del proceso de integración del continente. “Los hidrocarburos no convencionales representan una opción de crecimiento económico e industrial para transformar a nuestra economía en mucho más diversificada a través de nuestras agroindustrias, nuestra minería, nuestras industrias de conocimiento –mucha de las cuales son muy fuertes- y nuestras industrias tecnológicas”, señaló.

Por ello es importante “el descubrimiento y, en algunos casos, el redescubrimiento de técnicas de extracción de hidrocarburos”, ya que posibilitan que América Latina y el Caribe negocien en mejores condiciones “con todas las regiones de un mundo crecientemente multipolar”.

“Nuestra ubicación como reservorio de aguas, alimentos y energía del mundo debe tener, a su vez, el correlato de una posición internacional que implique la posibilidad de mejores negociaciones en el mundo para beneficio de nuestros pueblos”, opinó el ministro.

Quiénes participan

Al seminario, que se extenderá hasta mañana, asisten también el secretario general del Foro de Países Exportadores de Gas (GECF, por su sigla en inglés), Leonid Bokhanovskiy; y el exsecretario de la OPEP, René Ortiz, entre otras autoridades.

Además, participan funcionarios y representantes de 17 países de América Latina y el Caribe y dos extrarregionales, así como autoridades y expertos de empresas públicas y privadas, como YPF, BP, Pluspetrol, Ecopetrol y Pemex, entre otras.

El evento cuenta con el patrocinio de Ancap, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), BP, CAF, Pdvsa, Petrobras, Petropar, BG Group y Gasoducto Cruz del Sur.

La primera edición o se realizó en Quito (Ecuador) en 2011.