Compartimos las palabras del diputado Daniel Radío (Partido Independiente) formuladas días atrás en la media hora previa de la Cámara de Representantes y que aluden a la situación en el Hospital Pasteur.

“Tiene la palabra el señor Diputado Daniel Radío.

SEÑOR RADÍO.- Señor Presidente: hasta hace pocos días en el Hospital Pasteur se encontraban cerradas las Salas 203 y 204. En particular esta última permanecía cerrada desde marzo de 2011. Primero se quitaron cuatro camas y luego se la cerró definitivamente. Hay una nota de la Dirección del Hospital solicitando dinero para el arreglo de esta sala y del block quirúrguico, pero este no llegó sino hasta junio de 2012. De manera que la Sala 204 estuvo cerrada por más de un año.

Posteriormente se inundó el baño de la Sala 203 por problemas de cañerías, y el agua corría hacia la sala, por lo que los funcionarios denunciaron que era imposible trabajar en esas condiciones. Inclusive, tengo entendido que en alguna asamblea gremial se llegó a proponer el bloqueo de las camas, lo que se evitó gracias a la gestión de la Dirección del Hospital.

Esto determinó que en ese período no hubiera sala de internación quirúrgica de hombres en el Hospital Pasteur. Un hospital que tuvo 80 camas quirúrgicas, estaba con 40: 32 de mujeres y 8 de cirugía vascular, y sin camas para cirugía de hombres.

La Sala 203 volvió a abrirse prontamente, pero esto requirió que se recortaran afectaciones, es decir el dinero de las empresas tercerizadas: de cocina, de limpieza, de camilleros, de peones, etcétera.

Paralelamente, el hospital tiene serios problemas con el equipamiento en sus salas de operaciones: luces rotas, mesas de operaciones de mala calidad que se rompen y no se reparan. Un buen día se empezó a llover un quirófano. Hoy estamos a la espera de que uno de los quirófanos, totalmente inutilizado, se seque. Actualmente, hay una sola sala de coordinación quirúrgica. El uso de los quirófanos debe dividirse entre los servicios de cirugía general, urología, cirugía vascular y otorrinolaringología. El régimen de funcionamiento es como en un día de paro.

Además, cada vez faltan más insumos. El hospital cuenta con un equipo de cirugía laparoscópica de última generación que se consiguió a través de un préstamo del Banco Mundial y recientemente se realizó en el hospital, gracias a la colaboración de un laboratorio que brindó todo lo necesario, la primera cistoprostatectomía radical laparoscópica. Sin embargo, faltan tijeras, pinzas, insumos de todos los días.

La conclusión de todo esto es que se opera seleccionando las patologías. Solo se operan los casos más graves que, obviamente, no los resuelve la gente en formación. Pero si no se opera, no se forman nuevos recursos humanos; si no se opera, no se aprende. Además, se generan expectativas falsas en los pacientes. Se coordinan operaciones y se suspenden por falta de sala.

En anatomía patológica durante dos meses faltó un micrótomo, que sirve para cortar piezas quirúrgicas, de manera que se operaron pacientes, pero no se pudo saber qué tenían, ni en qué estadio de la enfermedad se encontraban, lo que retrasó los tratamientos.

Por otra parte, hay demoras injustificadas en la internación, quejas fundadas y el consiguiente deterioro de la relación médico‑ paciente. Mientras tanto, no se da respuesta a los pacientes en lista de espera con patologías no complicadas. Se está incubando una nueva emergencia sanitaria. Después se pretenderá culpar a los colectivos médicos.

Con respecto al servicio de radiología, el deterioro es espeluznante. No se hacen estudios dinámicos, hay dificultades para realizar placas simples, hay pocas horas para las tomografías. Todo esto retrasa las cirugías y encarece los servicios porque hay que acudir al sector privado.

La situación es crítica. Todo el Hospital Pasteur está en el CTI. Cuesta valorar a los pacientes. No hay dónde internarlos, y tal vez, se operen. Hace más de un año que los técnicos de la Dirección del Hospital denuncian la situación. Mientras tanto, el Hospital se comió $ 44:000.000 de stock de medicamentos, lógicamente debido a los recortes. Por ahí asoman nuevas dificultades.

Ante este panorama surrealista, y en el colmo de la irracionalidad, se cargan las tintas sobre el Servicio de Enfermedades Infectocontagiosas y se amenaza con su cierre o traslado, dejando al SEIC preso de disputas de poder, vaya a saber entre quiénes.

ASSE cuenta con el mayor presupuesto de la historia y con 400.000 usuarios menos que hace diez años. En esta Cámara se han aprobado todas las partidas presupuestales que el Poder Ejecutivo ha requerido. ¿Qué es lo que ocurre? ¿Es verdad que no se ha transferido al Hospital el dinero del obligado, es decir lo gastado el año pasado? Y ese dinero, ¿ha sido o no transferido a ASSE? ¿Hay deudas heredadas? ¿Hay un tirae y afloje entre el Ministerio de Economía y Finanzas, ASSE y el Hospital? Algunas de estas respuestas nunca las tendremos porque no se aceptó realizar la investigación que propuso el escribano Drapper. Además, la auditoría interna no encontró los documentos que necesitaba. Es decir que no se llegó a ninguna conclusión.

Mientras tanto, por la Ley de Presupuesto se votaron $ 200:000.000 para el nuevo Hospital Pasteur. Pero todos sabemos que no se puede hacer un nuevo hospital con ese dinero. Seguramente tendremos un nuevo block quirúrgico y una nueva sala de emergencia, convenientemente para 2014. Los tiempos de las inauguraciones, de los cortes de cinta, convenientemente se superpondrán con los tiempos electorales. Estamos seguros de que los electores podrán esperar. No tenemos la misma certeza respecto de los pacientes, y es por eso que expresamos nuestra preocupación”.