Compartimos la columna de opinión en Facebook del diputado José Carlos Mahía que lleva como título “Para ver más allá del conflicto de la Educación”.

“Hace unos días que estoy por escribir una columna sobre el actual conflicto de la enseñanza pública.

Algunos compañeros, amigos, gente cercana me ha recomendado que no lo hiciera, que no me convenía hacerlo, que habiendo priorizado en este período el trabajo en el departamento de Canelones no me metiera en le asunto.

Agradezco el consejo pero no, no puedo y en especial siento que no debo dejar de decir lo que pienso de todo este asunto, en particular por aquellos amigos que sabiendo el compromiso que tenemos con la Educación uruguaya se han expresado con respeto, en el acuerdo o el desacuerdo que también vale.

Como todos los Legisladores del Frente Amplio no cobro el sueldo de Diputado sino el que me fija mi partido y mi sector, soy de los que nunca abandonó la actividad docente y envío por convicción a mis hijos a la Educación Pública, por lo tanto no voy a dejar de opinar y actuar en algo que quiero y defiendo tanto.

En primer lugar debo señalar que los reclamos de mejores salarios y condiciones de trabajo para los maestros, profesores y trabajadores de la educación son justos.

Sin dudas lo son.

La enorme mayoría de los docentes cumple con su trabajo a cabalidad y no sólo enseñan en las aulas las asignaturas sino que muchas veces son también quienes contienen con mucho amor a la tarea a niñas, niños y adolescentes.

Son docentes y al mismo tiempo psicólogos, asistentes sociales y cuando no, los únicos referentes de sus estudiantes.

También es cierto que esta tarea – la de la docencia – es antes que nada una profesión vocacional que no tiene aún el reconocimiento social y económico que realmente merece.

Esto es así y hay que reconocerlo.

Dicho esto, debemos señalar algunas cuestiones que entendemos centrales: estamos en la última Rendición de Cuentas del Gobierno del Frente Amplio, a comienzos del mismo y en el marco del Presupuesto Nacional se firmó un acuerdo entre el Poder Ejecutivo y los trabajadores de la Educación que implicaba un aumento real del 22.8% para los funcionarios de la Anep.

El convenio fue firmado y como tal aceptado por ambas partes.

Que sucede cuándo una Patronal incumple lo acordado y firmado?: Se denuncia el convenio y los trabajadores se movilizan ante el incumplimiento y comienzan las medidas de lucha.

Lo que sucede es que este no es el caso, el convenio se viene cumpliendo puntualmente por parte del gobierno.

No hay incumplimiento alguno.

Que hayan movilizaciones es algo legítimo, el problema está en reclamar cosas que, una vez aceptadas, están por encima de lo ya acordado y firmado con la actitud de empezamos de cero como si no existiera nada.

Los gobiernos del Frente Amplio han sido por lejos los que más han incrementado los recursos para la Educación, alcanzando incluso las metas del 4.5% que se plantearon en el frustrado plebiscito de 1994.

Es curioso, pero con salarios sensiblemente menores, sin cobertura médica alguna para docentes ni sus hijos y con edificios en peores condiciones que las actuales, sin embargo ni Lacalle, ni Sanguinetti ni Jorge Batlle tuvieron movilizaciones como las de estos días. Es una constatación, no una queja.

Otro dato curioso es que hoy día los salarios docentes en la educación PRIVADA son más bajos que los salarios públicos sin embargo no hay liceos ni escuelas ocupadas.

Igual tarea, salario más bajo, movilización cero.

Esto también es cierto.

Insisto, la necesidad de seguir incrementando el salario docente es justa y entendible, más allá de las mejoras alcanzadas estas aún lejos de lo que debería ser.

Pero por otro lado detrásde este conflicto y más allá del sano sentimiento de la mayoría existe otra poderosa razón: una disputa de poder, protagonizada por algunos de los llamados grupos ultra “radicales”.

Bah, ultra “radicales” en los discursos y en los teclados, no en la defensa de los más humildes.

Y su estrategia es muy clara, en lo político golpear al Frente Amplio, meterlo en la bolsa de son “todos iguales” o el de la “clase política”, a todo el mundo salvo a ellos mismos.

Poner a Tabaré, Astori o Mujica en la misma línea que Larrañaga, Bordaberry o Lacalle es la jugada.

En su visión da lo mismo. Un discurso funcional a sus intereses y naturalmente a la derecha.

Pero claro, no es lo mismo 30 mil operaciones y un Hospital de Ojos que estar a ciegas o ver mal; no es lo mismo para los trabajadores tener fueros sindicales que le permitan por ejemplo a los trabajadores de las grandes cadenas irse a su casa temprano en navidad o año nuevo que irse a pie cerca de medianoche, ni lo es el salario mínimo del peón rural ni los fueros sindicales de los trabajadores privados.

Ni hablar tampoco de labaja del desempleo y la mayor formalización del trabajo lo quesupone más derechos a tener que ir a comer a las ollas populares como en 2002 y 2003.

La estrategia es sencilla: da lo mismo, son todos iguales.

Para ellos todo es nada, sin embargo, quienes lucharon por igualdad de derechos como la ley del matrimonio igualitario o la despenalización del aborto bien sabenque no es lo mismo izquierda que derecha.

Por las dudas aviso, estas leyes no la votaron ni Lacalle, ni Larrañaga ni Bordaberry.

Si votó estas leyes y otras similares la “insensible” bancada del Frente Amplio, por algo será que con esta fuerza política los jóvenes miran más la cédula y la credencial que el pasaporte.

Lo que no es poco y si no basta mirar en la familia o en el barrio, las ausencias que todavía duelen.

Pero la estrategia ultra “radical” no sólo la va contra el Frente Amplio, también quiere quebrar al Pit-Cnt y la unidad de los trabajadores.

Ya escuchamos la incitación a luchar contra la “burocracia sindical” y la expulsión sumaria de históricos dirigentes sindicales.

El objetivo es claro, dividir al movimiento popular con consignas absurdas y a la larga, conservadoras, funcionales al Antiguo Régimen.

Por esta razón entre todos y todas ayudemos a cuidar la Unidad que costó sangre sudor y lágrimas de todos, es el mayor tesoro de la izquierda uruguaya.

Por cierto, que la gran mayoría de los docentes son ajenos a esta situación, pero se ha creado un clima complicado que sabemos de ante mano va a tener repercusión en la interna del gremio y los trabajadores de la educación. Ya pasó en 1989 y está pasando ahora, las facturas van a pasar del gobierno a los compañeros de trabajo.

El compañero Presidente José Mujica ya lo dijo públicamente, estamos haciendo el máximo esfuerzo posible, si vamos más allá de lo posible lamentablemente lo pagamos todos.

La Educación, mejorar la calidad de la Educación Pública es y ha sido una prioridad de los dos gobiernos del Frente Amplio que incluye la gradual dignificación de la tarea docente.

Lo mejor que nos puede pasar es trabajar para recomponer el diálogo, ubicar las cosas en su justo término, saber que el camino es largo, el objetivo mismo de todos nuestros esfuerzos debe ser brindarle a los jóvenes la mejor educación posible, tarea en la que tiene la principal responsabilidad el Gobierno y los docentes somos protagonistas de primera línea”.