Compartimos la columna del edil por Montevideo, Juan Curbelo titulada “Crecimiento y desarrollo económico en el Uruguay. Desafíos para el próximo”.

“Para muchas personas – Crecimiento y Desarrollo económico – parecen guardar similitud o significar lo mismo. Incluso lo notamos indistintamente en diálogos y artículos generando aceptación o comprensión.

No siempre el crecimiento económico va de la mano del desarrollo. Hay gobiernos que inteligentemente han sabido armonizar ambos conceptos reforzando políticas sociales de inclusión, devolviendo a la sociedad obras y servicios, bajando impuestos, revitalizando las exportaciones, fortaleciendo el diálogo con “todas” las naciones, generando nuevas acciones de investigación en ciencia y tecnología, etc. Han sabido administrar inteligentemente el crecimiento económico en pos del propio desarrollo.

Uruguay por el contrario no ha sabido canalizar y armonizar ese crecimiento económico que ha tenido en esta última década la cual puede ser catalogada como “década perdida”. En este momento se torna imprescindible determinar qué significa cada concepto. Se entiende por

“Crecimiento económico”, como el aumento del valor de bienes y servicios finales que se producen en una economía en un determinado periodo de tiempo. En tanto se define “Desarrollo Económico” como la capacidad, potencialidad que tienen los países para crear riquezas a fin de promover y mantener el bienestar económico y social de todas las personas que lo habitan.

El crecimiento económico del país luego de la crisis del año 2002 se ha mantenido. Con fluctuaciones pero siempre alrededor del 8% promedio. El año que cerró, 2013, fue del 4%.

Ahora bien, este crecimiento económico que hemos mencionado ¿Ha sido garantía de desarrollo para el Uruguay que construimos todos los días Ud. y yo? Y la pregunta parece traer consigo una desalentadora respuesta. No.

Analicemos cuatro aspectos de la realidad del Uruguay (podríamos haber elegido otros, pero creo que son aspectos muy demostrativos del hoy) donde este crecimiento económico no ha redundado en un nivel de desarrollo individual y colectivo como se debería: Educación, Salud,

Seguridad e infraestructura vial. Comencemos por el último. A nivel de infraestructura vial el Uruguay se encuentra con un fuerte “debe”. Mujica llega al gobierno bajo la consigna de una “refundación del tren” tanto a nivel de vías, compra de nuevas formaciones y auge del transporte de carga motivado por la industria de la forestación. Desde la compra de trenes en China hasta el resurgimiento en el 2014 del transporte ferroviario con el vaticinio de un severo endeudamiento para el país en los próximos años, hemos visto anuncios tras anuncios diluirse la tan comunicada refundación. El tren es el gran dolor de cabeza de Mujica. Hubo crecimiento económico en el país pero no hubo desarrollo en este tema.

Siguiendo con el análisis de la infraestructura vial, no menor es el tema de los caminos rurales.

Los intendentes del interior del país ya no saben como explicar la urgente necesidad de actuar sobre dichos caminos por donde sale la producción agrícola – ganadera y sus reales posibilidades económicas para atender este tema. Pocos esfuerzos del Gobierno Nacional para apoyar la reconstrucción de la caminería rural. Mujica prometió maquinaria para el 2014. ¡Cuánto podría haberse utilizado de lo que nos está costando el deficitario manejo gubernamental en PLUNA para el mejoramiento de la caminería rural! Con referencia al Ministerio de Transporte y Obras Públicas es importante destacar el estado de algunas carreteras que necesitan también ser atendidas en forma urgente en algunos tramos, cito ruta 3, 5, 14, 26 – entre otras así como rutas de interconexión. El gran crecimiento de la industria de la forestación ha potenciado el uso de las carreteras por parte de camiones lo cual ha traído como consecuencia el desmejoramiento del estado de las mismas. Hubo crecimiento económico pero el estado vial de carreteras y red férrea no fue atendido para un desarrollo en este plano.

Educación. Aquí los resultados son por demás demostrativos. Con el presupuesto más grande de la historia nacional, estamos viviendo una situación muy preocupante y que amerita urgente atención y reacción. Estado edilicios de escuelas y liceos que muchas veces siquiera permiten

el comienzo de clases, una Ley de Educación de Tabaré Vázquez que más que ayudar entorpece por la imposición de los corporativismos docentes, reformas tras reformas de la Educación Media sin evaluación, uniformidad de contenidos sin atender contexto geográfico y social, burocracia administrativa y poca flexibilidad de planificación y ejecución de las Comunidades Educativas son algunos de los tantos problemas detectados. Sumamos a este estado de situación lo expresado por el presidente Mujica días atrás, su derrota por imponer una visión de UTU con mayor potencial obstaculizado por sus propios legisladores que no lo acompañaron.

Estas consideraciones y otras más traen como consecuencia directa un descenso en la calidad educativa sostenida por una visión sin autocrítica del gobierno que no permite un análisis real y sinceramiento de la situación. Y si poco material de análisis teníamos, aparece al final del 2013 los resultados de las Pruebas Pisa 2012 que fueron demoledoras. Lo que todo el mundo sabía, pero nadie se atrevía a decir. Este paquete llamado” Educación” ha sido otros de los grandes dolores de cabeza de Mujica ¡En qué quedó aquello de Educación, Educación y más Educación del

1ero. de marzo de 2010! Quien no quiera ver la actual situación de la educación peca de omisión, desconocimiento o fuera de la realidad. Hubo crecimiento económico en este país, pero no hubo desarrollo en el plano educativo.

Salud. El FONASA ha tenido su implementación en todo el país. Sin embargo al día de hoy todavía existen inequidades. El crecimiento de la masa de afiliados de las mutualistas no estuvo acorde al crecimiento de la infraestructura necesaria. Las autoridades de la Salud no lo controlaron. El

gobierno del Frente Amplio ha destinado millones de pesos para que el sistema funcione, sin embargo no ha podido explicar cómo sigue destinando cada vez más dinero a la salud pública cuando ha habido una migración de usuarios del subsistema público al subsistema privado. Cada

vez tienen menos usuarios ¿Cómo se explica que con el actual presupuesto que tiene la Salud Pública en el Uruguay (el mayor presupuesto de la historia) encontremos ratas en el Pereira Rossell? ¿Cómo puede suceder que ASSE no tenga CTI en todos los departamentos? ¿Cómo puede

suceder que para pedir un especialista en una mutualista se tenga que esperar hasta dos meses o más? ¿Cómo puede suceder que el MSP, por una visión ideologizante, no haya implementado la vacuna HPV para todas las adolescentes en edad de recibirla? ¿Por qué la concentración de 7 IMAE

en Montevideo y ninguno en el interior del país? ¿Cómo puede suceder que no haya ambulancias en determinadas localidades del interior del país?

Quiere decir que tanto a nivel educativo como de salud, el tema no pase por el dinero existente sino por la gestión de los recursos sumado a la capacidad de iniciativa y generación de ideas. Y la gestión hace al desarrollo. Hubo crecimiento económico, pero los resultados a nivel de gestión de educación y salud siguen siendo claramente deficitarios.

Abordemos por último el tema de la Seguridad. Aquí los resultados siguen siendo malos. Lo que llama la atención que algunos indicadores oficiales positivos no inciden en la disminución de la inseguridad. A modo de ejemplo citamos: hay menos personas pobres en el Uruguay (pasando de un 40% en el 2002 al 12% en el 2012), fuerte asistencialismo del Ministerio de

Desarrollo Social con implementación de planes sin contrapartida exigida, inyección de dinero en la educación, mejoramiento del importe en asignación familiar, tarjetas sociales, IRPF depositado sobre la clase media, etc. Y sin embargo la inseguridad que vive nuestro país no mejora. El

ministro Bonomi ha tratado de explicar sin éxito las causas de la inseguridad. Obviamente la culpa es exógena al gobierno. Pasa por la oposición política, los medios de comunicación, del voraz capitalismo, en definitiva de los otros… Quiere decir que el crecimiento económico no

trae como consecuencia directa el mejoramiento de los niveles de seguridad. La seguridad o inseguridad no es un tema económico como cree el gobierno. No pasa por asalariar la pobreza o recaudar más IRPF sobrellevado por la clase media. Es un tema de valores y convivencia social, republicana y democrática. Es un tema de Derechos Humanos entendido como las normas básicas de entendimiento, respeto y valoración. Es un tema de respeto y valoración al Instituto Policial por parte de todos los integrantes de la sociedad así como del propio Instituto a toda los integrantes del colectivo. Hubo crecimiento económico, sin embargo los uruguayos sienten la necesidad de mayor seguridad.

Creo que el Uruguay ha seguido repitiendo políticas a nivel social, cultural, económico disfrazado con nuevos nombres. Hoy, después de casi 10 años de gobierno del Frente Amplio, en muchas cosas hemos repetido las mismas recetas y hasta aquellos que se oponían hoy argumentan a favor.

Al Frente Amplio le faltó audacia y espíritu emprendedor. Aquellos slogans de “País Productivo”, “País de Primera” sucumben y tambalean ante una sociedad que quiere y pretende desarrollarse.

Fueron frases claramente electoralistas. Los uruguayos que integramos esta sociedad seguimos esperando mayor grado de bienestar porque al fin y al cabo redunda en la felicidad de todos.

Hubo crecimiento económico en el Uruguay en estos años pero al desarrollo lo seguimos esperando….”.