La Comisión de Industria, Energía y Minería de la Cámara de Representantes recibió el miércoles 5 de julio a una delegación de la Cámara Uruguaya de Perfumería, Cosmética y Artículos de Tocador que desnudó una dura realidad: tuvieron de ventas en 2022 por más de U$S 120 millones como consecuencia de los turistas uruguayos que adquirieron mercaderías en Argentina.

La delegación estuvo integrada por Felipe Mariñansky, presidente; Sergio Caplan, secretario, y por Marcelo Ballesta, secretario técnico.

“Nosotros queremos manifestar que en los considerandos de este proyecto no podemos estar más de acuerdo. La preocupación que existe hoy en día por el contrabando y la competencia desleal que se está ocasionando en la serie de productos que manejamos nosotros, como Cámara de Perfumería, es real y es muy importante. Estimamos más o menos que en la Cámara de Perfumería el producto bruto está en alrededor de US$ 600.000.000 anuales de venta al público y que la pérdida de ventas que estimamos que hubo en el rubro para el año 2022 fue de aproximadamente un 20 %, o sea, más de US$ 120.000.000”, denunció Caplan.

Señaló que “obviamente, eso ha ocasionado una seria retracción en lo que significan las ventas y la producción de elementos de perfumería. Todos los que han ido a Argentina saben que allá hay cosas que están muy baratas, especialmente lo que produce ese país. Hay cosas en las que de repente no hay tanta diferencia de precios, la gente va a un shopping y percibe que no hay mucha diferencia con la ropa importada, pero nadie deja de ir a una farmacia en Argentina”.

Desde su punto de vista “de cien personas que viajan a Argentina, noventa y nueve pasan por una farmacia y la compra en esos casos, de rubros de medicamentos -que no son los nuestros- y de perfumería, es realmente importante. ¿Qué está pasando en este momento? Lo que decía el diputado Melazzi: las ventas que hemos registrado en el litoral han caído más del 50%. Lo saben nuestros distribuidores”.

Caplan sostuvo que “la pérdida de ventas que nosotros tenemos en esos sectores del litoral argentino y de la frontera con Brasil está en el orden del 50%. La pérdida promedial es de 20% porque seguramente en Montevideo y en Canelones todavía la pérdida no es tan grande, pero ya hay una incidencia muy importante de productos que vienen de contrabando y que se están comercializando no en gran medida en el comercio instalado pero sí en las ferias y en muchos otros lugares”.

En este sentido, “queremos recalcar que vemos con mucho beneplácito que haya preocupación por considerar este tema que nos afecta tanto, que afecta a las fuentes de trabajo y en gran medida las posibilidades que tiene este sector, que está bastante golpeado y que, en general, tiene costos bastante elevados. Lo que también vemos -como decía el diputado Melazzi- es que nada sirve si no hay una fiscalización efectiva. En este momento me parece que darle la carga de la fiscalización al usuario, que lo que trata de hacer es comprar más barato un producto, no va a ser una medida efectiva. Es decir, nosotros como perfumería ya tenemos un montón de requisitos de etiquetado que son obligatorios”.

Enumeró que “debemos tener todos los registros del Ministerio de Salud Pública y en las etiquetas nuestras de los productos ya hay que explicitar un montón de cosas, como la composición, el contenido neto; el LATU también nos exige, por ejemplo, los tamaños de las etiquetas y el tamaño del contenido neto que se deba tener en los productos. Es decir, hay una serie de condicionantes que ya estamos obligados a tener en el etiquetado de nuestros productos, de los cuales hay una serie que no es tan fácil de etiquetar”.

El representante de la gremial dijo que “uno siempre está pensando en la etiqueta que la DGI pone en las botellas de whisky, que se pone por encima y que todos conocemos, pero hay productos de la industria cosmética que son realmente difíciles de etiquetar, especialmente los de maquillaje como lápices de labios, esmaltes de uñas, lápices delineadores de ojos. Es imposible que estos productos puedan tener una etiqueta con tanta información. De hecho, se hace muy difícil incluir la información legal en este tipo de productos”.

“Quiero recalcar que la información que pueda estar en estas etiquetas no hace a la diferencia para el usuario que vaya a comprar ese producto u otro. ¿Por qué? Por ejemplo, una de nuestras empresas asociadas es una multinacional que trae al Uruguay productos que se fabrican en Argentina y en Brasil. Ocurre que es muy difícil que se puedan diferenciar esos productos de consumo de los que entran de contrabando”, agregó.

Según Caplan “se puede hacer por los lotes -pueden ser lotes que vengan al Uruguay y ellos lo pueden saber-, pero el consumidor no lo va a saber. Ahora, hay alguna serie de productos de limpieza que esas empresas comercializan que tienen marcas que no comercializan en Uruguay y que están instaladas en la frontera, por ejemplo con Brasil, y en todos los comercios de frontera se venden esos productos. Es decir que sería muy fácil para la Dirección Nacional de Aduanas o para quien quisiera fiscalizar poder ir a esos lugares y ver que esos productos que esta empresa no trae, no comercializa esas marcas en Uruguay, están siendo vendidos de esa manera. Es decir, lo que nosotros vemos es que si no hay una real fiscalización, todas las medidas que se puedan pretender de información al consumidor no van a ser efectivas”.

¿Contrabando o baja de consumo?

El diputado Gabriel Tinaglini (Frente Amplio) consultó “en cuanto a la pérdida que mencionaron del 20 % en 2022, me gustaría saber cuánto se puede adjudicar al contrabando y cuánto a la baja de consumo.

Mariñansky contestó que “lo adjudicamos casi en un ciento por ciento al problema del contrabando. El contrabando que nosotros llamamos microcontrabando -que es el que el público en general hace cuando va a Buenos Aires o a Argentina en general- y el contrabando que hubo siempre y que sigue estando”.

Ballesta puntualizó que “para poder evidenciar esto, podríamos apelar a lo siguiente. Tal vez recordamos que allá por octubre de 2022 se emitió un dato oficial del Ministerio de Turismo, que públicamente salió a decir que en el trimestre julio- setiembre habían transitado hacia la Argentina casi 700.000 uruguayos, en el orden de los 660.000. Inclusive, se definía el nivel de gasto que tuvieron esos uruguayos, diciendo que habían logrado gastar en ese trimestre US$ 247.000.000, un promedio de US$ 374 per cápita. Ese es un dato oficial.

Ahora, agregó, “si sumamos esto al comentario que hacía recién Sergio Caplan acerca de que, indudablemente, cada vez que cruzamos pasamos por un comercio a comprar este tipo de producto que nos involucra a nosotros, si quisiéramos decir que de ese nivel de gasto el 20 % fue adjudicado a productos de cosmética y demás, estaríamos -en ese trimestre y, por lo tanto, en el año- evidenciando una pérdida de venta de productos nacionales del orden de los US$ 150.000.000. Si decimos que ese 20 % es mucho -aunque creemos que es más que ese porcentaje-, que el 10 % de ese gasto fue dedicado a este tipo de productos, ahí claramente estamos en los US$ 100.000.000”.

Evidentemente, indicó Mariñansky, “ese dato es pura y exclusivamente por una de las fuentes o uno de los orígenes que tiene que ver con el comercio transfronterizo, pero en realidad también ese tipo de prácticas se encuentran desde otros lugares. De alguna manera me gustaría citar en este momento -porque también hace poquito estuvo en danza y en los medios públicos- un estudio que hizo la Cámara de Industrias con respecto al contrabando y a la competencia desleal”.

Asimismo, “les voy a leer tres o cuatro conceptos que surgen de ese documento y que tienen que ver con estas cosas. Este estudio, que no fue hecho solo para la parte cosmética sino para toda la base social industrial del Uruguay o por lo menos que comprende a la Cámara de Industrias, refleja que el «35 % de las empresas reportaron caída de ventas a la zona fronteriza con Argentina y 27 % con Brasil en 2022 respecto a 2021”.

También “una de cada tres empresas informa que el contrabando incidió en la caída de ventas del año pasado. 9 % de las empresas redujo el personal ocupado por el impacto del mayor contrabando. El 35 % de las empresas respondió que el contrabando aumentó en los primeros meses de 2023».

Allí también figura, “como opinión de las empresas, que las principales fuentes de contrabando son: razones de proximidad, contrabando a través de organizaciones delictivas y, básicamente, a través de la migración de turistas. O sea que este dato que decíamos que obedece a una de las causas, también está justificado por otro tipo de prácticas donde, hoy por hoy, no solo el sector de perfumería está siendo afectado, sino que, evidentemente, también lo están siendo otros sectores de actividad. Por eso para nosotros es imprescindible -y lo reafirmamos especialmente- el espíritu y la voluntad de este proyecto que es trabajar y mitigar especialmente la competencia desleal que existe a partir de la informalidad y, fundamentalmente, por las consecuencias que esto está generando, que tiene que ver con pérdida de empresas -como decía Melazzi hoy-, con pérdida de fuentes de trabajo, con evasión fiscal”.

Concluyó que “si decimos que solo por ese grupo de uruguayos que fue Argentina se dejó de percibir y de vender esto, creo que algún milloncito de dólares de ventas como recaudación fiscal podríamos tener de ahí, pero no los tenemos. No olvidemos que hay algunos productos que por sus características también tienen la doble sensibilidad de estar frente a un riesgo sanitario y/o bromatológico. Ese es un elemento que nos preocupa especialmente”.

Fuente Imagen: https://farmaglam.com.uy/