Recibimos y Publicamos la opinión de Ariel Fernández de la Asociación de Policías de Canelones sobre los dichos del representante de la Organización Mundial contra la Tortura respecto a la existencia de torturas policiales en la Colonia Berro.

“A LA OPINION PÚBLICA:

Ante las manifestaciones publicas del enviado de la OMCT (Organización Mundial contra la Tortura) hechas en varios medios informativos en los últimos días, Sr. Eric Sottas, en cuanto a que menores infractores denunciaron ante esa Alta Comisión maltratos y/o torturas por parte de la Policía en la Colonia Berro, este dirigente sindical a titulo personal, en defensa de los intereses y la imagen de los trabajadores policiales, se ve en la obligación de informar:

1) Un alto porcentaje de los trabajadores policiales que cumplen servicio en la Colonia Berro son afiliados de A.S.PO.CA, y por lo tanto como vocero de esos trabajadores y ante la imposibilidad de los mismos de defenderse públicamente, este dirigente actuando como medio de interlocución de estos policías con la sociedad DESMIENTE ROTUNDAMENTE POR FALACES, INCONGRUENTES Y LESIVAS CON NUESTRA DIGNIDAD TALES ACUSACIONES.

2) Prueba de nuestra afirmación es que hace por lo menos 6 años que NI UN SOLO POLICIA HA RESULTADO DESTITUIDO POR EL MINISTERIO DEL INTERIOR NI PROCESADO POR LA JUSTICIA COMPETENTE por hechos relacionados con el servicio policial en la Colonia Berro.

3) Dichas acusaciones carecen absolutamente de sustento veraz, las mismas fueron recogidas directamente de boca de los menores infractores por los emisarios de esta ONG, quienes no se tomaron la molestia de comprobar la veracidad de las mismas antes de salir a ensuciar en los medios de prensa a todos los trabajadores policiales que, en condiciones de absoluta indignidad e insalubridad, cumplen allí con el servicio asignado. No se puede perder de vista que para estos menores infractores allí internados por delitos aberrantes tales como homicidios, rapiñas y copamientos múltiples, la policía es EL ENEMIGO, y no perderán oportunidad de “denunciar” ante las distintas autoridades nacionales e internacionales hechos de presuntos abusos, maltratos o torturas como forma de perjudicar y denostar a todos los policías y a toda la institución, hechos que luego nunca se pueden comprobar, ni por la justicia competente que en todos los casos actúa ni por la propia autoridad policial.

4) Cabe recordar a la población a quien nos debemos, que la policía no actúa dentro de los hogares del INAU, salvo motín o situación extrema en la que corran riesgo la vida o la integridad de los funcionarios o de terceras personas Y SIEMPRE POR PEDIDO EXPRESO DE AUTORIDADES COMPETENTES DE INAU O POR ORDEN DE JUEZ COMPETENTE. El servicio policial en los distintos centros de reclusión de INAU se limita a la custodia perimetral y al control de ingreso y egreso de vehículos y personas.

5) Cuando la policía se excede en sus cometidos y viola derechos humanos, como tristemente pasó en dos seccionales de Montevideo en los últimos dos años, la propia institución, la justicia competente y el Ministerio del Interior se encargan de poner las cosas en su lugar, procesando, condenando y/o destituyendo a quienes lejos de representar el accionar de la mayoría de los trabajadores policiales, son una minúscula minoría que con su abusivo accionar denostan el honor de casi 30000 trabajadores que con bajos salarios cumplen con la mejor dignidad posible su tarea.

6) Por ultimo en un ejercicio de imaginación, nos gustaría invitar al Sr. Sottas a que de incógnito se hiciera pasar por policía, se uniformara y concurriera a prestar servicio una guardia cualquiera en el turno del día a los hogares Ariel, Piedras o Sarandí de la Colonia Berro. Quizás luego de soportar sobre si mismo como un trabajador policial mas las constantes lluvias de piedras de los menores infractores cuando salen a patio, luego de soportar todo el repertorio de insultos y amenazas que abarcan a los propios policías, sus esposas, madres e hijos, y después de comprobar in situ que varios de los infractores internados se encuentran armados con cortes carcelarios, puntas y barras de hierro de distintos tamaños y diferentes formas, quizás después de una sola guardia de 12 horas en esas condiciones, se de cuenta que antes de transmitir a la opinión publica versiones infundadas sobre los trabajadores policiales que allí trabajan y sufren, seria lo correcto comprobar la veracidad de tales graves acusaciones”.

Atte. y a titulo personal.

Ariel Fernández

Sec. gral. de A.S.PO.CA.