Ayer quisimos conversar con Mauro Almeida (Yamaha Raptor 700), pero nos manifestaba que estaba muy destrozado tras la sexta etapa del Rally Dakar 2014 Argentina-Bolivia-Chile.

Hoy (sábado 11 de enero), ya descansado y recuperado, tras haber visitado el sector donde están los médicos y quienes le proporcionaron suero y sodio, estuvimos dialogando, siendo ya otro.

«Ayer llegué totalmente destruido debido a que los resortes de las suspensiones perdieron el trabajo que deben de hacer. La suspensión perdió el nitrógeno debido a la altas temperaturas del día anterior. Esto significó que me tuve que recorrer prácticamente todo el especial sin suspensión. Esto me desintegró lo que me quedaba del físico, la verdad que llegué muy cansado, no podía ni hablar, estaba mareado, realmente muy mal. Hoy de mañana me fui hasta la carpa del Dakar donde están los médicos. Allí estuve con el doctor uruguayo y además amigo quien decidió pasarme suero y sodio porque estaba deshidratado. Ahora te puedo decir que estoy en el mundo de los vivos. Estuve un par de horas para recuperarme y realmente me siento mejor. Luego salí a recuperar cosas para poder colocar el quad a punto para la segunda parte de este Dakar, que bien dijeron algunos que iba a ser el más duro de la historia y así ha sido. Junto con los mecánicos estuvimos trabajando en el cuadriciclo, donde se cambiaron un par de cositas que estaban dando problemas, otras cosas donde yo venía insistiendo que no estaban bien desde hace unos días. Al final los mecánicos me dieron la razón y se cambiaron. En este momento están terminando de reconstruirlo. Los muchachos se han portado muy bien, el cuadriciclo ha respondido a pesar de la dureza del trazado. Se ha desarmado todo los días y se ha vuelto a armar», decía un Mauro Almeida que hoy se veía de otra forma, mucho mejor, no tan demacrado.

Luego el uruguayo comentaba «Ha sido un Dakar duro, pero duro de verdad. Quizás la gente no entienda cuando uno dice duro. Para que se tenga una idea hemos pasado por lugares inhóspitos, creo que nadie daría un paseo por donde hemos pasado, con 53° de temperatura como hubo en la cuarta etapa que nos mató. Ahora, para colmo de males nos espera una etapa bajo agua -en estos momentos está lloviendo torrencialmente, sin parar y se sabe que no va a parar y en el salar no sé cómo será. Si llego a aguantar esto, voy a tener que reconocer que hice una muy buena preparación física y síquica. Además hay que tener en cuenta que de 53° como dije ahora vamos a pasar a -2° no sé si nos aguantan los cuerpos. No sé qué irá a pasar, pero no tengo ninguna pretensión en cuanto a posición, solamente la de llegar. Estoy algo cansado, el hombro me molesta, todo debido al castigo que recibió ayer cuando debí ir sin suspensiones. Todos los días pasa algo como ayer cuando venía por la mitad del especial más o menos, se me rompe la hoja de ruta al medio, eso me significaba que no podía leerla. Por suerte esta etapa la habíamos corrido en el 2011 y la hice un poco de memoria. Además el esfuerzo que uno viene haciendo no se refleja en la posición que tiene hoy, el octavo lugar. Hice un reclamo a la FIM en cuanto a tiempos ya que a algunos le devolvieron, pero a mí no. Todavía no tengo ninguna respuesta al respecto aunque sé que tienen la mejor voluntad».

Por suerte para Mauro Almeida llegó este día de descanso que le ha permitido recuperar fuerzas para encarar una segunda parte en mejores condiciones, tanto él como la Yamaha Raptor 700.

Etapa 7 – 12 de enero – Argentina y Bolivia

Salta (Argentina) – Uyuni (Bolivia).

Fuente: Robert Gianola.