Compartimos la columna del diputado Fitzgerald Cantero (Vamos Uruguay) titulada “¿Década ganada en Uruguay?”.

“Hace unos días el equipo económico del gobierno uruguayo realizó una exposición a modo de balance de la situación del país. A la conferencia la titularon «Una Década de Transformaciones Profundas». Ambicioso título que sin dudas debe ser demostrado.

¿A qué transformaciones se aludió? El ministro Mario Bergara destacó la política fiscal y tributaria. El déficit tiene el dudoso honor de ser de los más altos en la historia nacional y los impuestos, los más pesados para quienes más trabajan y viven de su salario.

Nadie puede negar el crecimiento económico que ha tenido nuestro país, desde 2003 hasta hoy.

Pero justamente el reclamo es en la opacidad e ineficiencia en la aplicación de reformas que le permitan al Uruguay dar el salto hacia el desarrollo que necesitamos y que tanto prometieron.

No todo es plata

Quienes no tenemos una visión materialista de la vida no medimos todos los resultados por el dinero que está en el bolsillo.

A caballo de la violación de derechos humanos en China, sus productos invadieron nuestro mercado y se consumen a precios que se han vuelto accesibles. Pero la inmensa mayoría de los trabajadores uruguayos recibe como salario unos 583 dólares mensuales. Y se ven obligados -debido al alto costo de vida- a sumar más ingresos para sacar con dignidad sus familias adelante.

Pero veamos cómo estamos en otros rubros.

La salud, reforma que es señalada en el despliegue ministerial, brinda acceso al servicio mutual a muchos que antes se atendían en salud pública. Pero la calidad de los servicios de salud ha caído notablemente. Se igualó hacia abajo. Decayó el servicio de salud privada y no mejoró el servicio público. Por el contrario, éste ha sido utilizado como botín sindical, para acomodar a amigos de los gremios.

La educación es otra de las reformas mencionadas. Tabaré Vázquez realizó una reforma, de la que poco tiempo después se empezaron a conocer sus nefastas consecuencias.

Llegó José Mujica y dijo «educación, educación y otra vez educación». Y tenemos los peores niveles educativos en años. Esta es la peor herencia que les podemos legar a los más jóvenes.

¿Y qué dice la barra económica que habla de década ganada? Que el próximo gobierno debe encargarse del tema. Lo que el equipo gubernamental no dijo, ni va a reconocer jamás, es el gran daño que les han hecho a muchísimos compatriotas, que han perdido el hábito del trabajo por causa de las transferencias estatales.

Esas familias tendrán un grave problema cuando el Estado no pueda hacer frente a los planes asistencialistas. Y lo tiene ya hoy toda la sociedad, puesto que pasó a ser un asunto cultural, más profundo. Se empieza a dejar de ver al trabajo, al estudio y a la superación en la vida como valores.

Para una parte de la población, el ascenso social no es un objetivo, sino por el contrario, su norte es el conformismo y la dependencia estatal.

Esto incide además en el mundo del trabajo. Porque cuando el mismo equipo económico se jacta de la baja en la cantidad de personas que buscan un empleo, no menciona la cantidad que lo hace en negro, porque hacerlo formalmente significaría perder determinados beneficios sociales, a los que no están dispuestos a renunciar.

Infraestructura

Mujica viajó a Finlandia hace unos meses. Supuestamente para que se instale en nuestro país una tercera planta de celulosa. Los finlandeses le dijeron: «Arregle las carreteras primero».

¿Qué dicen los creadores de la «década ganada» ante la innegable y desastrosa realidad de nuestras carreteras? Lo tiene que encarar el próximo gobierno. Otra vez. Cual rugbier, la patean para adelante.

Ni una autocrítica sobre la gestión de un Ministerio de Transporte que ha estado más interesado en la comodidad personal del ministro que en mejorar la infraestructura por donde circula el trabajo de nuestra gente.

Otra de las promesas incumplidas y que terminó en bochorno ha sido la reforma ferroviaria. Tuvo la misma suerte que el Tren de los Pueblos Libres.

Inversión

Uruguay ha tenido un boom de inversión extranjera. Ello fue posible por las condiciones de la economía europea y norteamericana principalmente y por el régimen legal doméstico de promoción de las inversiones. Este marco jurídico y el de las zonas francas fueron resaltados por los economistas del gobernante Frente Amplio (FA).

Es bueno recordar que ambas iniciativas fueron promovidos por los partidos históricos y recibieron en su momento el furibundo rechazo del FA, al punto que promovieron un referéndum contra una de ellas.

Es muy exagerado hablar de década ganada cuando las principales reformas no han logrado los efectos anunciados, cuando se amplió la dependencia estatal de importantes segmentos de la población, cuando la infraestructura está en terapia intensiva y se transfiere a la próxima administración todas esas carencias.

También existe una serie de debilidades institucionales, de las que me ocuparé próximamente.

El autor es diputado nacional por el Partido Colorado de Uruguay. Licenciado y Diplomado en Ciencia Política.

*Publicado en www.infobae.com

Fuente Imagen: www.partidocolorado.com.uy