Compartimos la información suministrada en el Parlamento por los representantes de Los Juncos ONG, centro de atención de personas en drogodependencia, al comparecer en la subcomisión de Presupuesto integrada con Hacienda de la Cámara de senadores, difundiendo su actividad y solicitando apoyo económico.

-La Subcomisión de Audiencias tiene mucho agrado en recibir a los representantes de la ONG Los Juncos, centro de atención de personas en drogodependencia, a quienes con gusto cedemos el uso de la palabra.

SEÑOR SARUTTE.- Es muy importante para nosotros asistir a este ámbito, aun cuando no es la primera vez que concurrimos al Parlamento.

Soy el doctor Jesús Eduardo Sarutte, Presidente de la ONG Los Juncos y concurro acompañado por la señora Vicepresidenta Alba Aguilar y el señor Representante Nacional Esteban Pérez.

Solicitamos la audiencia para plantearles la situación que estamos viviendo en el Centro Los Juncos, que es una organización no gubernamental que se ideó en el año 2008 y que se concretó en el 2009. Se trata de un centro de atención de personas en drogodependencia en el que se previeron cuatro etapas. Hoy alcanzamos las tres primeras, que consisten en la creación de un centro de atención ambulatorio diurno y de atención a la familia, y el próximo paso es la conformación de un centro de internación en una zona ubicada a diez kilómetros de Mercedes, que nos fue cedida en comodato por el INAU.

Es importante destacar que esta institución nació en la Junta Departamental de Drogas de Soriano, es multisectorial e interdisciplinaria y reúne a todas las instituciones del medio. A su vez, cuenta con el apoyo de la Junta Nacional de Drogas y con la colaboración de la Intendencia de Soriano, del INAU, del Poder Judicial y del Obispado de la zona a cargo de Monseñor Collazzi. Hasta este momento estábamos trabajando gracias al apoyo de un fondo de la Conferencia Episcopal Italiana que se integra con el pago de un impuesto. A partir de la gestión de Monseñor Collazzi, durante estos dos años y medio se pudo volcar ese fondo para que esta institución pudiera funcionar.

Hemos atendido aproximadamente 588 personas. Este número muestra la importancia del tema en nuestro pequeño departamento, que no llega a los cien mil habitantes. Se ha obtenido un buen resultado pues se han recuperado entre un 29% y un 30% de las personas, pero sabemos que estamos frente a una enfermedad que tiene sus recaídas.

Es importante destacar que contamos con personería jurídica y estamos en trámite para obtener la habilitación del Ministerio de Salud Pública, que se ha retrasado bastante y, por eso, hemos pedido ayuda para que se apurara la gestión luego de dos años de iniciado el trámite. Prácticamente el señor Ministro ya estaría por firmar dicha habilitación que, como saben los señores Senadores, precisamos para hacer los diferentes convenios.

A su vez, contamos en nuestra institución con el cuerpo técnico mínimo necesario para trabajar en el tema; me refiero a la presencia de psiquiatra, psicólogo, asistente social, médico de medicina general, administrativos y talleristas. Trabajamos en base a dos modelos, Daytop y CIES -americano e italiano, respectivamente- y ahora se está teniendo en cuenta el modelo Minnesota. Hemos aprendido mucho y estamos trabajando muy bien.

Ahora, el gran problema que tenemos es que como nos estamos quedando sin dinero, tenemos que celebrar convenios para poder llevar adelante las etapas. Es por eso que pedimos el apoyo económico del Estado a través de las comisiones que corresponda, para poder continuar. Nuestra intención es que se logren rápidamente convenios con ASSE, con el INAU, con centros de asistencia médica colectiva y con todo aquel que nos pudiera ayudar.

Si el señor Presidente me lo permite, voy a cederle la palabra a la señora Aguilar o al Presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Representantes, que nos acompaña, por si quieren hacer algún comentario.

SEÑORA AGUILAR.- Cuando el doctor dice que nos estamos quedando sin dinero es porque este proyecto se presentó a la Conferencia Episcopal y se aprobó, y las partidas se fueron entregando a rendición de cuenta, pero en estos dos años y medio hemos trabajado en forma gratuita, porque esas 588 personas que han pasado por nuestro centro no pagaron un peso debido a que no teníamos las habilitaciones correspondientes. Hemos tratado de hacer todo dentro de la ley para que este centro sea perfecto y refleje la imagen de la sociedad y de nuestra comunidad. Somos supervisados y cuestionados en forma permanente si hacemos algo que a la comunidad no le gusta, pero es precisamente por ese motivo que nos estamos quedando sin fondos; el hecho de tener a todos los técnicos que nos exige el Ministerio de Salud Pública inscriptos en el Banco de Previsión Social y en la DGI nos ocasiona muchos gastos y todo tiene un fin. El 60% de lo que gastamos por mes se va en aportes y, además, están los gastos de alimentación y los sueldos de los talleristas, por lo que a veces resulta un poco difícil mantener una institución como esta sin recibir ningún tipo de aporte.

SEÑOR PÉREZ.- Nosotros concurrimos al departamento de Soriano con la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Representantes para tomar contacto con una serie de problemáticas que pudiera haber allí. Uno de los aspectos que nos interesó fue tomar contacto con esta organización civil. ¿Qué tenía de llamativo? El compromiso de la sociedad que asume como suya la problemática de la droga. Allí no está solo la Iglesia Católica, sino que también están presentes la Iglesia Protestante, un grupo de comerciantes y de profesionales de distinto tipo, así como personas de buena voluntad que prestan sus horas libres en apoyo a esta tarea.

Nunca pensé que Soriano tuviera una problemática tan seria en el consumo de drogas. Hablando con el Jefe de Policía, él nos señalaba que la mayoría de los presos de ese departamento son jóvenes y de familias clase media; cuando hablé con los jueces me dijeron que terminan mandándolos presos porque no tienen más remedio, pero que habría que hacer una fuerte apuesta a la rehabilitación.

Cuando vemos que la sociedad civil no rechaza el problema sino que lo asume y se compromete, sentimos que merece un respaldo y por eso, tanto a nivel de la Comisión de Derechos Humanos como de parte de Legisladores de todos los partidos, hay consenso para que esto siga adelante. Entonces, como estoy en Canelones, me pidieron que acompañara a esta delegación.

La razón de su visita, obviamente, es de carácter económico porque se podría decir que esta Comisión tiene un signo de pesos. El apoyo económico que más frecuentemente se recibe proviene de Europa, pero hay dificultades porque allá tienen su propia problemática social y, al mismo tiempo, nos están diciendo que nuestro Producto Interno Bruto no es tan bajo como cuando nos tiraban un salvavidas, y que ahora necesitan el dinero para ellos. En consecuencia, hay que rascar el bolsillo voluntario para darle la leche a los gurises que están en esa etapa ambulatoria, en la que se está trabajando muy bien. Incluso, el Ministerio de Salud Pública deriva gente que se atiende en la Casa del Obispo; esa es la realidad. Quizá podamos contribuir para cubrir pequeños gastos, buscando por aquí y por allá, aunque sea aportando algún dinero que alcance para un café con leche o lo que fuere, mientras se van dando otras etapas, sin que ello signifique que la sociedad civil se desprenda de la responsabilidad que asumió muy fuertemente.

SEÑORA TOPOLANSKY.- Si no comprendí mal, habría dos caminos a seguir: uno sería viabilizar las formalidades para las habilitaciones, lo que permitiría realizar convenios y, otro, sería obtener apoyos directos.

Me gustaría que me confirmaran si comprendí bien.

SEÑOR SARUTTE.- Es así, señora Senadora.

SEÑOR SOLARI.- Es de conocimiento de los invitados que la Comisión de Salud Pública del Senado está analizando un proyecto de ley relativo a la internación contra la voluntad de personas que tienen adicciones muy importantes y se está pensando en recurrir a instituciones como la de ustedes. Por lo tanto, desde ya adelanto no solamente la congratulación sino el aliento para que sigan en esta iniciativa.

La pregunta que quiero realizar es muy concreta. Si no entendí mal, el doctor Sarutte se refirió a distintas fases y que estaban por iniciar una etapa que comprendería la internación. Obviamente, eso conllevaría distintos costos operativos: por un lado, los que se han requerido hasta el momento con las fases que ya se tienen y, por otro, los costos operativos proyectados, agregando un servicio que a los efectos de la internación compulsiva va a ser esencial. Me gustaría, entonces, tener una idea de cuáles son los montos de los que estamos hablando, partiendo de la base de que no todo el personal va a poder seguir trabajando como voluntario -en forma gratuita- ya que es muy difícil organizar un servicio para una gran cantidad de personas que funcione sobre esa base.

SEÑORA AGUILAR.- Tenemos cedido en comodato por veinte años, el ex-Hogar Asencio del INAU. Hace un año y medio que se viene trabajando -creo que el doctor dejó los planos de lo que será la planta física- con el Ministerio de Transporte y Obras Públicas donde se presentó un proyecto que, prácticamente, está avalado desde el año pasado. Asimismo, estamos trabajando con las Intendencias Departamentales de Río Negro y de Soriano, porque siempre se pensó en considerarlo como un centro regional.

Se trata de un edificio muy sólido, con muy buena capacidad de atención. Allí funcionó un centro de rehabilitación de adolescentes. Está ubicado en un terreno de 5 hectáreas, con lugar suficiente para que los chicos desarrollen diversas actividades. La reparación de la estructura edilicia -que, por cierto, está bastante mal- se llevaría a cabo con esos recursos que ya están prácticamente otorgados. Es decir que el trámite está en curso; la reparación del edificio es cuestión de meses.

En cuanto al transporte, cabe agregar que desde un principio se pensó en tener una camioneta van como medio de locomoción -figura en el proyecto- para llevar a las personas que deben ir a trabajar y no tienen cómo hacerlo, y para trasladar a los familiares y a los jóvenes cuando haya necesidad de hacerlo. La Intendencia de Soriano se comprometió en proporcionar un chofer permanente, pago por ella, y parte del combustible para el funcionamiento de dicha camioneta.

Con respecto al tema funcionarial, hemos hablado con el sociólogo Calzada, representante de la Junta Nacional de Drogas, sobre el costo por persona internada en este Centro y con qué entidades se podrían realizar convenios como los que en este momento estamos gestionando con INAU, ASSE y el Poder Judicial. Actualmente, tenemos un convenio firmado con la Cooperativa Asistencial Médica de Soriano -CAMS, una de las sociedades médicas que tenemos en el departamento- y el sociólogo Calzada nos sugirió que sería bueno tener un convenio con la Federación Médica del Interior -FEMI- ya que al tratarse de un centro regional se incluiría a todas las sociedades médicas del entorno.

No sé si contesté la interrogante del señor Senador.

SEÑOR SOLARI.- Si tenemos en cuenta el centro, con su internación prácticamente al cien por ciento de capacidad y la atención ambulatoria que ya están brindando, ¿cuál sería el costo total operativo -es decir, el costo total de funcionamiento- independientemente de que después una parte sea financiada con determinados recursos, y el resto con otros?

SEÑORA AGUILAR.- Ese tema lo estuvimos conversando con el sociólogo Calzada. La Junta Nacional de Drogas prevé para veinte internados -aunque este centro puede albergar a muchos más- $ 320.000 por mes. Ese es el monto que calcularon desde la Junta Nacional de Drogas, donde tuvieron en cuenta un costo aproximado de $ 20.000 a $ 24.000 por persona.

SEÑOR SARUTTE.- En los tres modelos anteriores de los que hablábamos, más el arrendamiento de la casa, estamos gastando $ 120.000 por mes, atendiendo en estos momentos a alrededor de treinta y siete personas. Sin embargo, el costo operativo para veinte personas internadas será de aproximadamente $ 350.000 por mes, o tal vez un poco más, dependiendo del trabajo y la cantidad de técnicos que tengamos que requisar en etapas posteriores. Indudablemente, debemos planificar de manera tal de elegir personas adecuadas para un centro de internación que realmente estén capacitadas. Por esa razón, mientras se está procesando la reconstrucción de este centro -llevará aproximadamente seis meses dejarlo en buenas condiciones, con parques y todo incluido- se tratará de preparar a veinte personas que ya trabajaron y aprendieron sobre el tema. Desde el año 2004 se está trabajando bastante bien en cuanto al aprendizaje y en preparar gente para trabajar en esos lugares, porque es muy importante saber cómo va a estar compuesto el equipo desde el punto de vista profesional, de los talleristas y educadores, a los que se apuesta muchísimo. Todo eso tiene un costo operativo que gira en el entorno de la cifra antes mencionada.

SEÑOR BARÁIBAR.- Quería saber si en el departamento de Soriano, o en Mercedes -donde se encuentra esta institución- hay organizaciones similares y, además, si la atención que brindan cubre empíricamente las necesidades del departamento o queda alguna que requiera más atención, que este Centro no esté en condiciones de atender.

SEÑORA AGUILAR.- En el departamento y en la región no hay ninguna organización que en este momento esté atendiendo a estos pacientes. Nosotros recibimos, incluso, gente de Río Negro. Allí solo hay un refugio de la Iglesia Evangélica, que les brinda un lugar para estar, y una pequeña cooperativa de pan, pero no cuenta con lo que pide Salud Pública para la atención, que nos parece que es muy importante.

En nuestra organización, en los meses que van del año, llevamos catorce chicos internados. Cuando llega la persona, el proceso es el siguiente. Normalmente la preocupación parte de la familia, porque la persona afectada no quiere internarse, atenderse o participar. Es todo un proceso que va desde el momento ambulatorio hasta que el adolescente está desintoxicado y puede entrar al espacio diurno. En ese proceso, necesitamos de psicólogos, de asistentes sociales y de terapeutas que sepan llegar al adolescente para que se abra y vuelque su necesidad. Por eso para nosotros es muy importante la participación de los técnicos. En lo referente a las internaciones, ese camino que mencioné antes les da a los pacientes para darse cuenta de que solos no pueden; entonces, ellos mismos piden ser internados. El año pasado tuvimos otro tanto de chicos internados. Nosotros internamos por intermedio del INAU cuando son menores, y si no, trabajamos con Salud Pública. No lo hacemos por nuestra cuenta. Tenemos una red ya formada y trabajamos coordinadamente.

SEÑOR PRESIDENTE.- En cuanto al perfil de los internados, se hablaba de un número de catorce, pero quisiera saber cuántos son menores de edad, cuántos mayores y cuál es la droga por la que fundamentalmente han sido internados.

SEÑOR SOLARI.- Quisiera agregar a la pregunta que formula el señor Presidente, cuál es el origen social de estos jóvenes y cuántos cuentan con una familia que podría contribuir a parte del costo del tratamiento.

SEÑORA AGUILAR.- La mayoría son menores de edad y son pocos los que tienen entre 18 y 22 años que piden por sí mismos ser internados. Casi todos ingresan por consumo de pasta base y pocos por marihuana. Muchos, con todo este tema de la marihuana, han vuelto a recaer un poco en, dijeran ellos, fumarse algún porro los fines de semana. En ese sentido tenemos algunos problemas y al menos a ellos les exigimos consumo cero; incluso, se hacen análisis sorpresivos durante la semana para saber en qué condiciones están. En este momento, de los catorce, son tres mayores internados; el resto son menores de edad.

La condición social es de pobreza y tienen contención familiar. Ahora bien, nosotros exigimos una red de contención; si no proviene de la familia directa, puede ser de un vecino o un amigo, sobre todo para los fines de semana, que es cuando ellos más sienten la necesidad de apoyo del centro. Cuando consumen, son suspendidos y deben volver a entrar por el ambulatorio, pero igual nos visitan a cualquier hora para poder tener esa contención de los técnicos, o piden ser atendidos fuera de hora.

SEÑOR SARUTTE.- En Uruguay, al igual que en Chile y Argentina, se da el policonsumo. En nuestro caso, hemos pasado por las tres etapas: el alcohol, las drogas -aquí está incluida la marihuana y la pasta base- y los psicofármacos. Indudablemente, la población más atendida es la joven, pero también hemos atendido a personas de hasta 33 años, pero que han comenzado el consumo en etapas muy tempranas.

Con respecto a las personas que no cuentan con una contención familiar, debo decir que nosotros exigimos -esto nos lo hemos planteado como forma de trabajo en el centro- que deben tener un referente. De esa manera nos aseguramos la contención y el trabajo social que se realiza desde el centro hacia la familia o el entorno, y a su vez el compromiso de parte del entorno.

SEÑOR PRESIDENTE.- La Comisión recibe más que interesadamente la propuesta que nos han hecho llegar, la cual analizaremos.

En nombre de todos los miembros de la Comisión me permito felicitarlos por la tarea que desarrollan. Les agradecemos mucho que hayan venido hasta Montevideo para explicarnos esta situación y les decimos que estamos a las órdenes. Buen padrino tienen en el Diputado Pérez, así que tienen donde golpear tranquilos.

SEÑOR SARUTTE.- También contamos con el apoyo de los Diputados Novales y Arregui.

SEÑOR PRESIDENTE.- Sí, estoy en conocimiento de ello y sé que también está incluido el Diputado Amy, pero como vinieron acompañados del Diputado Pérez me referí solo a él.