A partir del viernes 1º de febrero comienza a implementarse el método de monitoreo de víctimas de violencia doméstica a través del uso de tobilleras electrónicas y rastreadores. Cada equipo tiene tres elementos: una tobillera y un rastreador para el agresor y un rastreador para la víctima, que deberán llevar todo el tiempo con ellos. En una primera etapa se implementará solo en Montevideo y se utilizarán 100 pares de equipos.

El comisario, Ignacio González, explicó cómo utilizarán la tobillera y los rastreadores las víctimas y victimarios por violencia doméstica, una vez que la Justicia dictamine medidas cautelares para los casos más severos.

Cada equipo consta de tres aparatos: una tobillera y dos rastreadores GPS muy similares a teléfonos celulares. Todos los equipos deben ser cargados tanto por la víctima como por el agresor, porque de lo contrario emitirán alarmas en el Centro de Monitoreo y Control.

El dispositivo que lleva la víctima permite el monitoreo para una zona dinámica que estará definida por el lugar donde ésta se encuentre. Mientras que la víctima lleve el rastreador mostrará tres anillos de actuación. El primer anillo define la zona de emergencia donde se ubica el transmisor y la persona. El segundo anillo refiere a la zona de restricción y corresponde a la medida cautelar que dispuso el juez, que generalmente es de 200 o 300 metros. El tercer anillo refleja una zona de advertencia y que completa un área de 1.000 metros en total, entre los tres anillos para alertar a la víctima cuando su agresor traspasa la zona de 1.000 metros y ocasiona una alarma en el Centro de Monitoreo.

González aclaró que el traspaso a la zona de advertencia no implica que la persona haya incumplido ninguna medida cautelar definida por el juez. El anillo de advertencia funciona para tener un margen de advertencia y contar con un tiempo determinado para la prevención y actuación. Si el victimario transgrede ese anillo, la primera acción que se toma es comunicarse con la víctima para ponerla en alerta y brindarle orientaciones de autocuidado. Seguidamente, se llama al agresor y se le pregunta qué hace en el entorno de la víctima y se le indica que tiene que salir de allí.

Protección a la víctima

En caso de que el agresor no conteste la llamada, no se retire y continúe el trayecto hacia donde se encuentra la víctima, se activa un protocolo de actuación por el cual el Centro de Monitoreo se comunica con el 911 y se envía un móvil patrullero al lugar donde se encuentra la víctima. “El objeto de protección de este sistema es siempre la víctima, cualquiera sea la situación”.

Este programa permite tener varias zonas de rastreo. La zona dinámica está determinada por el lugar donde se encuentra la víctima y, al mismo tiempo, permite detectar zonas fijas de exclusión, como por ejemplo el lugar de trabajo o la escuela donde asisten sus hijos. El juez determinará en la medida cautelar una cantidad determinada de metros de la zona de exclusión, el plazo de esa medida y la prohibición de acercamiento a lugares físicos.

Las zonas fijas de exclusión funcionan de la misma manera que la zona dinámica. Si el agresor se acerca a menos de 1.000 metros, emite una alarma al Centro de Monitoreo y se genera la advertencia a la víctima, se llama al agresor y si se es necesario, se envía el móvil al lugar donde se encuentra la víctima para protegerla.

Este procedimiento estará operativo a partir del 1º de febrero y aún no existen resoluciones judiciales para la implementación de este sistema. Hasta el momento se realizaron pruebas piloto sobre la tecnología para ajustarla a los requerimientos, porque este tipo de equipos se utiliza a nivel internacional y era necesario ajustarlos a la operativa y legislación de Uruguay. En la primera etapa de implementación se aplicará solamente en Montevideo, pero de acuerdo a las necesidades se podrá expandir al interior del país. Para esta primera etapa de prueba, se arrendaron unos 100 equipos.

Fuente Contenido e Imagen: Presidencia de la República. www.presidencia.gub.uy