Lo máximo que conocen algunas personas sobre el vino es ese momento cuando lo sirven en la copa. Sin embargo, la cosecha, almacenamiento y conservación de esta bebida, es un proceso mucho más complicado, que implica un frigorífico de vinos y varias técnicas para que el vino no se ponga malo.

Sin duda el vino acompaña las comidas, así como también es la bebida predilecta para muchos en reuniones, eventos y fiestas; pero todo el proceso detrás de su elaboración es uno de los más complejos para que conserve su sabor, color y olor.

Probablemente habéis escuchado que entre más años tenga el vino mejor y de hecho, esto es una gran verdad. Sin embargo, esto aplica sobre todo a las botellas que no se han abierto, pero si habéis abierto una, es necesario tomar ciertas precauciones para que tu vino no se ponga malo.

Sí, el vino puede echarse a perder en cuestión de días si no se cumplen con los protocolos de conservación y almacenamiento, los cuales están estrechamente relacionados a la temperatura. Por esta razón, deberías considerar unas vinotecas como las de vinotechashop.es y seguir algunos consejos puede ser la solución para evitar que se dañe el vino.

Las noticias sobre las cosechas del vino se dan a conocer en medios como la Sociedad Uruguaya, por ejemplo, cuando el clima cambia. Esto sobre todo cuando llega la temporada de calor, para que los aficionados al vino tomen sus previsiones.

Mientras que el vino se mantenga cerrado, las probabilidades de que se dañe no son muchas, pero una vez que se abra la botella, la vida útil del vino dependerá de muchas cosas. A continuación encontrarás las claves para que tu vino no se ponga malo.

Asegúrate tapar bien la botella

Si la tapa de la botella de vino está bien puesta, lograrás disminuir considerablemente la circulación del oxígeno. Si se evita la exposición del vino al oxígeno, se retrasa el proceso de oxidación, que es lo que hace que el vino pueda estropearse.

Esto no solo aplica al momento de almacenar la botella, también aplica para el momento en que se está usando. Siempre es recomendable tapar la botella después de servir una copa y revisar continuamente el corcho, ya que si está dañado, será necesario sustituirlo con un tapón especial para botellas para que cierre de manera hermética.

Mantén el vino refrigerado

La mejor manera de prolongar la vida útil de un vino después de que se ha abierto la botella es conservarlo en una vinoteca o nevera de vinos. Las altas temperaturas aceleran el proceso de oxidación, por lo que mantenerlo lo mejor refrigerado posible, evitará que el vino se ponga malo.

Cabe destacar que aunque una nevera de vinos a baja temperatura retrasa el proceso de oxidación, no necesariamente lo evitará. Así que si la botella ya tiene mucho tiempo abierta en altas temperaturas, meterlo a la nevera no revertirá la oxidación.

Evita la exposición de la luz

¿Te has dado cuenta de que las grandes bodegas de vino siempre están en el sótano? Esto se debe a que la oscuridad permite conservar los vinos en las mejores condiciones. Cuando las botellas están expuestas a la luz solar, por ejemplo, el sabor del vino y su consistencia se ven afectados considerablemente.

Guarda las botellas en posición vertical

Mucho se ha discutido sobre la posición en la que deben guardarse las botellas de vino. En los casos donde las botellas ya se han abierto, siempre se recomienda almacenarlas en forma vertical, porque de esta manera, el corcho o el tapón está en constante contacto con el vino y evitará que circule el oxígeno.

Las botellas de vinos que están selladas, si pueden ir almacenadas en posición horizontal, ya que hay menos probabilidades de que el oxígeno entre.

Aprendiendo estas claves para que tu vino no se ponga malo, podrás alargar la vida útil de tus vinos por mucho más tiempo.